Las malas noticias sobre la familia real danesa no cesan desde que la reina Margarita anunció que retiraba sus títulos de príncipes a sus nietos, los hijos del príncipe Joaquín y su esposa, la princesa Marie, y los nacidos del anterior matrimonio del príncipe con la condesa Alexandra Manley, a partir de enero de 2023. El revuelo fue mayúsculo y ha alterado las relaciones de toda la familia. Hace pocos días, se supo que todos pasarán las Navidades separados, en destinos remotos y con planes diferentes. Aunque ya se habla de que se reencontrarán en Año Nuevo.
La reina Margarita se trasladará, como todos los años, al castillo de Marselisborg, en la ciudad de Aarhus, a 200 kilómetros de Conpenhague, con su inseparable hermana, la princesa Benedikta, y varios amigos. Estará allí desde el 21 de diciembre y el 31, a las seis de la tarde, pronunciará su discurso de Año Nuevo desde el Palacio de Christian IX, en Amalienborg.
El príncipe heredero, Federico, y su familia viajarán a Australia, el país de origen de la princesa Mary, en unas vacaciones privadas, que pasarán junto a los familiares de su esposa. Hace cinco años que Mary no visita a su familia, en parte, por culpa de la pandemia. Por su parte, el príncipe Joaquín y Marie Cavallier, harán un viaje, a finales de diciembre, con sus dos hijos, Henrik y Athena, un desplazamiento cuyo destino no se ha hecho público y que, aseguran, tenían planeado desde hace tiempo. Parece que la manera de gestionar el estado de shock en el que se encuentra la familia real es poner tierra de por medio.
El anuncio de la reina Margarita, que aseguró no haber valorado lo suficiente su papel como madre y abuela, aunque no se retractaba de la decisión tomada, fue, en realidad, el detonante que puso al descubierto las tensas relaciones de una familia real en crisis desde hace años.
Retrato oficial de la reina Margarita de Dinamarca, con vestido de gala de terciopelo azul, condecoraciones e impresionantes joyas. Foto; DR
Según el comunicado real, la monarca les retira su tratamiento de altezas reales y sus títulos de príncipes a sus nietos Henrik, de 13 años, y Athena, de 10, así como a Nicolás y Félix, de 20 y 23 años, hijos del primer matrimonio de Joaquín con Alexandra Manley. Pero, tal y como lo expresa, de alguna forma les 'libera' de esta responsabilidad.
Sin embargo, las palabras de la condesa Alexandra, apuntan a otra dirección al asegurar que se les ha quitado su identidad y que «se sienten excluidos». Joaquín aseguró, por su parte, que estaban siendo « maltratados». La reina insistió: era algo bueno para ellos en el futuro.
Incluso la habitualmente discreta princesa Mary dio su opinión. «También revisaremos los títulos de nuestro hijos cuando llegue el momento. Hoy en día no sabemos cómo será la casa real en la época de Christian», aseguró, en unas declaraciones que parecen profundizar en esa intención de redimensionar la monarquía. Los cuatro hijos de Joaquín solo conservarán sus títulos de condes y condesa, que les otorgó en 2008.
Margarita quiere una nueva monarquía, concentrada en las figuras esenciales de los herederos, y «adelgazada» de títulos y privilegios y, sobre todo, de gastos, una renovación que están empezando a poner en marcha las monarquías europeas, incluida la española y la británica. Pero, en el caso de la familia real danesa, esta transformación sucede a un desencuentro de años entre madre e hijos y entre los dos hermanos, Federico y Joaquín.
Joaquín se reunió en octubre con su madre, después del anuncio, intentando rebajar la tensión, pero no fue posible. Desde entonces solo se ha visto a Joaquín con su madre en un acto público, por su Jubileo de Oro, junto con su esposa, un encuentro al que también acudió Federico con la princesa Mary. La imagen de armonía y modernidad que siempre quisieron dar ha volado en pedazos.
La relación de Federico y su hermano, Joaquín, siempre ha sido conflictiva, como suele serlo entre el heredero y su hermano menor, cuando solo son dos. Nunca ha sido fácil ser el segundo, como ha demostrado Harry de Inglaterra, y Joaquín trató de encontrar su lugar lejos de su país, al igual que el hermano de Guillermo de Inglaterra.
Joaquín y Federico de Dinamarca con sus esposas, Marie Cavallier y Mery Donaldson. Foto: DR
Por aquel entonces, también se habló de tensiones. Federico y Marie se trasladaron a París, con sus dos hijos en 2019, un movimiento que sorprendió. Fue la princesa Marie la que dio pistas en una entrevista a un medio danés, en 2020. «No siempre somos nosotros los que decidimos. Creo que es importante saberlo», afirmó de manera críptica.
Joaquín estudió economía agraria y orientó sus estudios a la administración agrícola, trabajo que desempeñaba en Dinamarca. En Francia, sin embargo, retomó su carrera militar y el hasta entonces coronel en la reserva volvió a vestirse de uniforme y comenzó una formación del más alto nivel para convertirse en el agregado militar del Ministerio de Defensa danés en París. Este traslado se interpretó como una confirmación de la desunión entre los dos hermanos y las dos cuñadas, que se venía rumoreando desde hacía tiempo.
Parece que Joaquín se habría quejado en numerosas ocasiones por el poco relevante papel que juega en la familia real. Una fuente de palacio contó, entonces, a un portal de internet danés, que los dos hermanos han intentado «no coincidir nunca en reuniones familiares, a no ser que no les quede otro remedio. Las fiestas navideñas las suelen pasar separados y la reina Margarita alterna un año con cada uno de sus dos hijos». Entre los desencuentros de Federico y Joaquín está también a indiscreta relación de Joaquín con la prensa.
Pocos días después del comunicado de Margarita, en una entrevista desde París, Marie aseguraba a una publicación danesa que no han vuelto a hablar con Federico y Mary y aseguró que, tanto su esposo como ella, tienen una relación «complicada» con el heredero al trono y su mujer. También revelaron que, desde que se hizo público el deseo de la Reina de que los príncipes Nicolas, Felix, Henrik y Athena dejaran de ser Altezas Reales, no han vuelto a hablar con la Reina. Esto indica que la comunicación entre Joaquín y la Corona danesa ha quedado completamente rota. Todo parecía arreglado tras la grave operación cerebral de urgencia que sufrió Joaquín en julio de 2020, pero la realidad es distinta.
Joaquín y Marie Cavallier se instalarán en Washington, Estados Unidos, el próximo año, con sus hijos Henrik y Athena. Parece que Joaquín va a ocupar un puesto de responsabilidad en la industria de defensa. Federico de Dinamarca dijo, sin embargo, que la decisión de su madre, que apoyaba, no ha afectado ni deteriorado la relación que mantiene con su único hermano y que su comunicación sigue siendo tan fluida como antes. «Estoy en contacto continuo con mi hermano, siempre lo he estado», aseguró poco después del comunicado de Margarita. Aunque añadió: »Es triste ver lo afectado que ha estado por la decisión».