cumpleaños infeliz La Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo cumple 67 años en plena polémica: por qué la mujer que llegó para salvar el gran ducado se ha convertido en su mayor problema

Madre de familia (royal) numerosa y rodeada de problemas, la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo celebra su cumpleaños en las horas más bajas de su reinado.

La Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo / getty images

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Hoy 22 de marzo la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo cumple 67 años, 23 de ellos dedicados al complicado papel de ser la esposa del dirigente de una de las familias royal más ricas de Europa.

Llegó a la corte de Luexemburgo enamorada y apoyada en el favor pueblo, que quiso ver en ella a alguien espontáneo y natural, la salvadora de una de las familias reales más herméticas y conservadoras del continente. Dos décadas después, María Teresa se ha convertido en el principal problema de la gran casa ducal de Luxemburgo.

La publicación del informe Waringo , encargado por el propio Gobierno de Luxemburgo en 2020, destapó el mal carácter y la actitud despótica de la Gran Duquesa con la gente que trabajaba a su servicio y se convirtió en un sonadísimo escándalo en su país porque llegó a debatirse en el Congreso y produjo un cambio legislativo que mermaba considerablemente sus funciones, que ya eran d epor sí meramente representativas.

A este escándalo se sumó a finales de 2022 una nueva polémica provocada por un ataque de ira en público de María Teresa, reflejadopor los principales medios de comunicación de su país. Ambos incidentes han mermado cosiderablemente el lustre social que exhibía la joven novia cubana que dijo «sí, quiero» al príncipe heredero luxemburgués Enrique hace más de 40 años.

La mujer que nunca gozó de la venia de su suegra, la gran duquesa Josefina Carlota, por su condición de plebeya ha acabado dándole la razón a sus detractores: con sus escándalos reflejados en la presna luxemburguesa, María Teresa no parece que fuera la solución. Y todos los intentos posteriores para lavar su imagen han caído en saco roto.

El movimiento más sonado de esta ofensiva para recuperar su buena imagen fue una entrevista en español concedida por la propia María Teresa en 2021 al programa Aquí y ahora de Univisión. En aquella ocasión la Gran Duquesa describió un complot político en su contra.

«[El informe Waringo] fue provocado tres meses después del éxito de mi conferencia internacional, dice cosas que no son ciertas», explica ante las cámaras. «Se decidió que todo lo que yo pudiese hacer humanitario es parte de mi vida privada y no oficial. Es una de las críticas a las cuales no pude responder porque el mundo político no nos deja que nos expresemos», aseguró enesa entrevsita televisada.

Esta queja, la de restarle importancia a su trabajo y no dejar que se manifestara en público no fue bien recogida por los que conservaban en la memoria sus acciones pasadas. Tanto la gran duquesa actual como su esposo han sido criticados en varias ocasiones por sus intentos de «intervenir» demasiado a menudo en la política de su país.

Retrato de la Gran Duquesa de Luxemburgo

El papel de los Grandes Duques en la monarquía parlamentaria de Luxemburgo se restringe a la representación del país en actos institucionales internacionales bien escogidos y, en el caso del príncipe, en ser la cabeza del ejército. Nada más (y nada menos).

Detalles como que la gran duquesa pagara con el presupuesto de la Casa Ducal sus iniciativas solidarias o que el gran duque intentara subastar por su cuenta joyas de la colección real han supuesto un escándalo en el pasado. Y sobre la imposibilidad de quejarse u opinar en público, en Bégicas todos los medios inciden en cómo aireó la propia María Teresa su mala relación con su suegra ante los periodistas en el pasado.

María Teresa de Luxemburgo y su esposo el Gran Duque Enrique: el cheque en blanco de la infidelidad

El único que ha permanecido como una roca al lado de la gran duquesa en su periplo por la mala prensa y los ataques de ira ha sido su marido, el Gran Duque Enrique. Hay quién desea creer que el flechazo que culminó con una boda real un día de los enamorados permanece intacto, pero los más pragmáticos recuerdan que Luxemburgo es un estado extremadamente católico y que el gran duque le «debe» a su esposa un favor XXL.

Porque la dictadura palaciega de María Teresa no ha sido, ni mucho menos, el único escándalo protagonizado por la esposa de Enrique de Luxemburgo en el pasado. Antes de que trascendiera a los medios su afición por vivir en París, su elevado tren de vida y su capacidad para discutir a gritos por un vestido, María Teresa de Luxemburgo estuvo a punto de acabar con la corona ducal por despecho.

El muy católico Enrique, capaz de negar su firma a una ley de eutanasia por motivos de conciencia, fue sospechoso en los años 90 de mantener un affaire con una política de alto nivel de su país. Cuando se enteró del amorío, María Teresa abandonó a su marido e intentó llevarse a sus cinco hijos con ella. Las autoridades no se lo permitieron.

El acuerdo al que llegó el matrimonio tras aquella pelea que casi acaba con su relación y con la imagen de solidez de los herederos del ducado es un secreto. Años después hubo incluso rumores de que todo el asunto de la infidelidad ducal habíasido un bulo instigado por la suegra de María Teresa, Josefina Carlota, para precipitar la ruptura de la pareja.

El plan materno no funcionó y llegamos a 2020 con el gran duque quejándose del «linchamiento mediático» que estaba sufriendo su mujer a expensas del informe Waringo. El Grand Duque Enrique ha repetido en varias ocasiones que si había podido asumir su tarea como duque de Luxemburgo era por la compañía y apoyo constante «de la mujer que amo».

La Gran Duquesa de Luxemburgo y su marido, el Gran Duque Enrique

Una declaración de amor que quedó deslucida cuando rubricó oficialmente el cambio que proponía el informe Waringo en el que se desposeía a su mujer de cualquier papel oficial y cualquier poder para gestionar el palacio.

Ahora, mientras María Teresa cumple años, el Gran Duque ha vuelto ha hablar de lo que está pasando a su compañera. Ha sido durante su visita de estado en Letonia y, esta vez, aunque el mensaje ha sido menos expresivo y cariñoso sí ha apuntado a los culpables de la desazón de la duquesa: la prensa.

«Lo que se publicó en el periódico (el d'Lëtzebuerger Land luxemburgués) no es 100% correcto. También hubo especulaciones», aseguró y sin dar más pistas se negó a dar más explicaciones a los periodistas. Habrá que esperar para descubrir el siguiente movimiento en la corte luxemburguesa para recuperar el prestigio de la duquesa.