ZafiRos y diamantes

Las espectaculares joyas de la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo en su último retrato oficial antes de jubilarse

En su último cumpleaños antes de abandonar el trono del Gran Ducado junto a su esposo Enrique, María Teresa de Luxemburgo ha lucido unos impresionantes zafiros.

La gran duquesa María Teresa de Luxemburgo celebra sus 69 años. / casa gran ducal

Jorge C. Parcero
Jorge C. Parcero

Apenas faltan unos meses para que se produzca el relevo en el trono de Luxemburgo. Será el 3 de octubre cuando el gran duque Enrique abdique y sean su primogénito, el príncipe Guillermo , y su esposa, la princesa Estefanía, los que pasen a estar al frente del único Gran Ducado del planeta. Pero antes, la corte del pequeño país del Benelux se vestía de fiesta para celebrar el 69 cumpleaños de la gran duquesa María Teresa.

«Alles guddes fir de gebuertsdag! ¡Joyeux anniversaire! Alles gute zum geburtstag!», escribía la cuenta oficial en Instagram de la familia real luxemburguesa en los tres idiomas oficiales de la nación para felicitar a la siempre controvertida María Teresa Mestre , junto a sus nuevos retratos oficiales.

Unos retratos que podrían ser los últimos antes de su jubilación el próximo otoño , que vendrá acompañada también de una mudanza. Los grandes duques residen actualmente en el palacio de Colmar Berg, pero se trasladarán al castillo de Fischbach cuando el príncipe Guillermo acceda al trono.

Para la ocasión, la gran duquesa lució su mejor sonrisa para posar en solitario y junto a su marido mientras estrenaba un favorecedor vestido azul marino con una capa superior transparente, cortesía de una de sus marcas de cabecera, Natan Couture . En un vídeo entre bastidores de la sesión publicado también por las redes de la casa real, la vimos lucir otro look, en este caso de Elie Saab.

Los grandes zafiros de la gran duquesa de Luxemburgo

Pero sin duda lo que más destacaba en las fotos de la royal, firmadas por su fotógrafa de confianza, Sophie Morgue, eran sus joyas de diamantes y zafiros, procedentes de la valiosa colección gran ducal.

Los grandes duques de Luxemburgo en sus últimos retratos oficiales. / casa gran ducal

El collar de la gran duquesa perteneció en su día a su suegra, Josefina-Carlota , y está formado con un gran conjunto de zafiros cabujón como pieza central, con adornos de diamantes y más zafiros a los lados. La madre del gran duque Enrique a veces lo lucía como tiara, pero María Teresa solo ha usado esta joya, que se puede separar en tres elementos individuales, como collar

Los pendientes, que llevan décadas en la familia, están formados por una pieza ovalada que acomoda un par de zafiros, con otro más engastado en la gota en forma de pera. La gran duquesa los usó recientemente en una visita al Vaticano donde fue recibida por el papa Francisco . También han sido grandes favoritos de su nuera, la princesa Estefanía , en los últimos años.

Las piezas favoritas de su joyero

Estas piezas de zafiros forman parte de una de las mejores colecciones de joyas de todas las familias reales europeas. En ella destacan otras piezas como el collar de diamantes que le regaló a María Teresa de Luxemburgo su padre, Agustín Batista y González de Mendoza. Este fue el fundador de la Compañía Fiduciaria de Cuba, el banco más poderoso del país antes de la Revolución Cubana, cuando su familia huyó a Nueva York tras la confiscación de sus propiedades.

Otra de sus joyas más emblemáticas es la Tiara Belga, que le vimos lucir en una reciente visita de Estado a Bélgica. Curiosamente, esta pieza fue llevada a Luxemburgo por una princesa belga el día de su boda. La joya fue un regalo para Josefina–Carlota en 1953 tras casarse con el gran duque heredero Jean y cuenta con la friolera de 854 diamantes engastados en volutas. La tiara es de platino y está montada sobre una base de paladio.

Los diamantes de esta tiara, como suele ser habitual en este tipo de piezas, proceden de lo que en su día fue el Congo Belga, y la joya fue creada por Henry Coosemans. Su parte central, con el diamante de mayor tamaño, puede desmontarse y usarse como un broche.