DIVORCIO ROYAL CON PRIVILEGIOS Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar: dos formas casi opuestas de divorciarse de una infanta (con un claro perdedor)

Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar están viviendo dos procesos de divorcio opuestos y, aunque parezca mentira, el ex de la infanta Cristina lleva ventaja.

Iñaki Urdangarin, la infanta Cristina y la infanta Elena / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Partiendo de la base de que nadie gana con un divorcio no hay que darle muchas vueltas para asegurar que Iñaki Urdangarin está protagonizando la separación de un royal con más privilegios en la historia de España hasta la fecha. Y el claro perdedor en esta «competición» es sin duda Jaime de Marichalar .

Por mucho que nos cueste hacernos a la idea, los plebeyos que ascienden al olimpo royal no quedan completamente desamparados tras sus divorcios. Valga como ejemplo la condesa Alexandra de Dinamarca, que tras firmar los papeles del divorcio que la separó del príncipe Joaquín conservó su tratamiento de alteza real, logró una manutención vitalicia, contactos con las empresas danesas más importantes (de hecho acaba de terminar su colaboración con Bang & Olufsen) y vive desde entonces en una casa comprada por su ex y valorada en más de un millón de euros.

Jaime de Marichalar estuvo muy lejos de lograr nada ni medio parecido a este panorama y, de hecho, lejos de la condesa danesa, que tiene hasta departamento de prensa, el que fue duque de Lugo intenta pasar lo más desapercibido y anónimo posible en su día a día. Anonimato que en el caso de Iñaki Urdangarin brilla por su ausencia.

Las diferencias entre el divorcio de Jaime de Marichalar y el de Iñaki Urdangarin

La única similitud entre ambos divorciados es la persona de la que partió la idea de decir adiós a la relación. Oficialmente, tanto la infanta Elena como su hermana la infanta Cristina han sido los motores de sus rupturas matrimoniales, pero todos conocemos el trasunto de estas separaciones.

La crónica real afirma que la infanta Elena ya se quería separar de Marichalar antes de que éste sufriera un ictus y esperó a que se estabilizara su salud para poner en firme su decisión. La infanta Cristina poco menos que ha sido acorralada por las circunstancias y los escándalos para despedirse de Iñaki Urdangarin.

La infanta Elena y Jaime de Marichalar, cuando aún estaban casados.

Pero desde el momento en que se hizo pública la interrupción de la convivencia entre las infantas y sus maridos, los dos procesos que han vivido los ex yernos de los reyes eméritos son casi opuestos. Y el claro ganador ha sido Iñaki Urdangarin (de momento).

Jaime de Marichalar no ha rehecho su vida sentimental desde que se separó de la infanta Elena. Iñaki Urdangarin ya tiene una relación que va viento en popa con Ainhoa Armentia. Jaime de Marichalar tardó años en firmar el divorcio desde que se anunció «el cese temporal de la convivencia». La infanta Cristina ha optado por acelerar el suyo.

La caída de Jaime de Marichalar tras su divorcio fue progresiva, evidente, y quedó sintetizada en la imagen que se divulgó por aquellas fechas hasta la saciedad en los medios en la que se veía cómo retiraban su estatua de cera de un museo madrileño.

El ex duque de Lugo perdió la custodia de sus hijos (que conservó la infanta Elena tras la firma del convenio regulador del divorcio en 2009). Pasó de ser el protocolario yerno de rey que llamaba «señora» a su esposa al padre divorciado de los nietos de Juan Carlos de Borbón.

De un plumazo se despidió de su ducado, del tratamiento de excelencia y de la Grandeza de España que le ponían por encima de su propio hermano mayor, el conde de Ripalda. Ya no sería más el «duque de Lujo» ni disfrutaría de viajes VIP gratuitos en Iberia.

Se borró por completo su existencia de la web de la Casa Real (quitando incluso las fotos de los actos en los que había estado presente) y, lo más importante para un padre que debía pasar una pensión por dos hijos, fue expulsado de los consejos de administración a los que había accedido por ser yerno del rey en empresas como FCC y Winterthur.

La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin

Eso sí conservó su tríplex en la milla de Oro (porque lo pagó) y una escolta confusa que aparece y desaparece pero que ya no depende de la casa del rey sino del ministerio del Interior (y a la que ya no obliga a correr detrás suyo mientras circula en patinete).

Cuando la infanta Cristina decidió pedir respeto y separarse del padre de sus hijos, Iñaki Urdangarin partía con ventaja: estaba en horas tan bajas que era difícil que apreciara una caída más acusada.

En libertad provisional, con el pasaporte requisado, sin trabajo estable, viviendo en casa de su madre, con cuatro hijos mayores (sólo Irene Urdangarín no ha cumplido los 18) y su ex viviendo en otro país, pocas cosas puede perder ya el ex duque de Palma.

Su relación con la casa real y sus títulos nobiliarios desaparecieron del mapa en cuanto ingresó en prisión. Enamorado de otra mujer y viviendo con su madre en Vitoria, Iñaki Urdangarin es libre de hacer lo que quiera y lo está haciendo para disgusto de Zarzuela.

A pesar de las fotos con Ainhoa Armentia, de que sus cuatro hijos aún dependen de sus padres pero él no está en disposición de hacerse cargo de ellos y del enfado del rey Juan Carlos desde Abu Dabi cada vez que oye mencionar a su ex cuñado favorito, Iñaki Urdangarin parece tener la sartén por el mago y eso se nota en cómo está gestionando su divorcio.

En vez de pagar pensión, recibe pensión. La infanta Cristina pagó sus estudios en la cárcel, le cedió el coche que ahora mismo conduce, le permitió acceder al chalet de Baqueira donde la familia real esquía para recoger sus pertenencias y él se presentó allí con Ainhoa Armentia.

Vídeo. Los trágicos romances de la infanta Cristina

Afirma Pilar Eyre que el ex duque de Palma recibe actualmente de su futura ex mujer 6.000 euros al mes bajo cuerda y que seguramente cuando firme el divorcio recibirá más porque el objetivo de los Borbones en bloque es que Iñaki Urdangarin respete las cláusulas de confidencialidad de su divorcio.

Queda claro que en el divorcio de Jaime de Marichalar de la infanta Elena, él era el eslabón más débil, pero en el caso de Iñaki Urdangarin pasa justo lo contrario: quién tiene todas las de ganar es el ex de la infanta Cristina. Aunque hay algo que sí tienen en común ambos hombres. Tanto Jaime de Marichalar como Iñaki Urdangarin mantienen cero relación con sus ex, las infantas, desde que se han separado. No les quieren ni ver.

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