En punto muerto
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin habrían fijado como fecha para firmar su divorcio a principios de junio. No ha ocurrido así. /
Nada de lo que se escenificó en Ginebra, durante la celebración de la graduación y el 18 cumpleaños de Irene , indica paz familiar. Pudimos ver entonces una familia unida y en armonía, festejando juntos una fecha feliz. De hecho, la coincidencia de la infanta Cristina , Iñaki Urdangarin y el rey emérito Juan Carlos parecía propicio para la firma definitiva del divorcio de la pareja. Pues bien: no fue así.
Ahora sabemos que todo continúa igual entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin , aún vinculados por el compromiso matrimonial año y medio después de que saliera a la luz la infidelidad de aquel. Fueron unas fotos de paparazzi las que despertaron a la infanta de España de su enamoramiento, y no la admisión por parte del ex duque de Lugo del fin del amor.
La aparición de Ainhoa Armentia y la evidencia de que Iñaki Urdangarin mantenía una relación paralela con esta compañera de trabajo echó a perder cualquier posibilidad de reconciliación entre el ex deportista y la infanta Cristina. Se activó entonces el proceso de divorcio, un reto nada fácil para una pareja económicamente desigual no solo en lo económico, sino en lo judicial.
Que Iñaki Urdangari n entrara en la cárcel por el caso Nóos no es un dato desechable en este difícil y polémico divorcio. De hecho, el posible juego de compromisos y deudas que pueda existir entre los Borbón y los Urdangarin debido a este punto se escapa al conocimiento público, inevitablemente.
Vídeo. Los divorcios más escandalosos de la realeza /
No solo los tejemanejes económicos de Iñaki Urdangarin, esos por los que terminó en la cárcel, pueden dificultar este divorcio. También los acuerdos previos, firmados en las capitulaciones matrimoniales por los abogados de ambas partes pueden ser impugnados. Parece que los acuerdos previos a la boda no satisfacen ya a un ex duque de Lugo que, a diferencia de la infanta Cristina , pasó por la cárcel.
La cuestión económica es apuntada por todas las crónicas como el motivo del bloqueo de la firma del divorcio por parte de la infanta Cristina . Parece que la ex pareja libra una guerra de desgaste y que la hija pequeña de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía ha decidido un 'alto el fuego' para disfrutar en lo posible de las vacaciones.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, en los años felices de su matrimonio, antes de que estallara el caso Nóos. /
El divorcio que podría haberse firmado el pasado 5 de junio, coincidiendo con la mayoría de edad de Irene Urdangarin, queda así pospuesto 'sine die'. 'Monarquía confidencial' apunta a la necesidad de la infanta Cristina de darse «un respiro» en una situación evidentemente tensa, que ha convertido un trámite aparentemente fácil o algo muy delicado. Sobre todo por lo económico, pero no solo.
Iñaki Urdangarin podría haber elevado sus exigencias y, como explica el medio citado, la infanta Cristina no terminaría de aceptarlas. El periodista Juan Luis Galiacho desveló en 'El cierre digital' que el ex duque de Lugo ya no aceptaba una manutención de 25.000 euros mensuales y dos millones de euros en concepto de indemnización, además de varios inmuebles. Ahora, podría esta pidiendo más.
Para solventar la diferencia de criterio y dar carpetazo a la cuestión, el rey Juan Carlos se habría ofrecido a hacerse cargo de los requerimientos económicos de Iñaki Urdangarin, cosa que habría aceptado la infanta Cristina. Sin embargo, esta no pasa por el aro de sufragar una escolta para su ex ni la residencia donde se establezca con Ainhoa Armentia, su nueva pareja.
La presencia de Armentia en la vida de Urdangarin no es lo único que complica un divorcio que podría haberse resuelto rápidamente, si dependiera únicamente del dinero. Parece que la ex pareja se resiente además de un empeoramiento de la relación entre el ex balonmanista olímpico y su hija Irene , que estaría muy afectada por el proceso de divorcio.
Según estas fuentes, la pequeña de los Urdangarin le echa la culpa a su progenitor del sufrimiento de su madre, cosa que enturbia la relación padre-hija. Irene no parece tener interés en conocer a Ainhoa Armentia. Evidentemente, la armonía y cordialidad que se escenificó en Ginebra el pasado junio no muestran el cisma real que vive la familia. Aunque, sin duda, la presencia de las abuelas, Claire Liebaert y Sofía de Borbón, en la celebración bien merecía un cese de las hostilidades. De momento, el divorcio sigue en suspenso.
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