El misterio del piso en Bidart que la infanta Cristina comparte con Iñaki Urdangarin: propiedad amarga y gastos a medias

Es su primer verano como soltera y la infanta Cristina ha querido disfrutarlo como merece: con un montón de viajes entre los que ha visitado a su madre la reina doña Sofía en Mallorca y a su padre el rey don Juan Carlos en Abu Dabi y en compañía de su hermana la infanta Elena. Además de haber recorrido un tramo del Camino de Santiago con algunas amistades.

Y contra todo pronóstico, la hija menor de los reyes eméritos está pasando estos últimos días de agosto en Bidart, la bonita localidad del País Vasco francés donde conserva el piso en el que disfrutaba de sus vacaciones familiares con Iñaki Urdangarin y sus cuatro hijos. Tras el divorcio, la infanta quedó como propietaria de esta vivienda, pero permitiendo su uso a su exmarido, con quien comparte los gastos derivados de ella.

Una decisión sorprendente. Sobre todo teniendo en cuenta que a esta localidad costera francesa, punto de reunión de los Urdangarin y la matriarca del clan, Claire Liebaert, desde hace años, sigue acudiendo el exjugador de balonmano con su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Pero que demuestra que para la infanta el bienestar de sus hijos sigue siendo lo principal.

La hermana del rey Felipe VI está disfrutando de un verano muy especial, ya como una mujer divorciada y con sus cuatro hijos independientes. Tres de los cuales, por cierto, han decidido vivir en el Palacio de la Zarzuela junto a su abuela la reina doña Sofía. Irene y Miguel ya están instalados desde hace unos meses.

Y Juan Urdangarin también se instala en Zarzuela , el hijo de la infanta Cristina que residía y trabajaba en Londres, al parecer será el siguiente en unirse a la lista de «huéspedes» del palacio. Con estas circunstancias personales, doña Cristina ha podido dedicarse las vacaciones a sí misma. Y las ha dividido entre el camino de Santiago y Mallorca, donde ha pasado unos días junto a su madre la reina emérita.

Pero la infanta Cristina ha viajado a Abu Dabi , donde estuvo a principios de agosto, para visitar a su padre el rey don Juan Carlos acompañada de su hermana la infanta Elena. También coincidieron en la capital de Emiratos Árabes con su sobrino Froilán de Marichalar, quien sigue viviendo y trabajando en la misma ciudad que su abuelo el emérito.

Pero ahora se ha conocido que la infanta Cristina, cuñada de la reina Letizia, está pasando unos días en Bidart, la bonita localidad vascofrancesa donde acostumbraba a pasar sus veranos felices con Iñaki Udangarin y sus cuatro hijos. Una decisión que sorprende si tenemos en cuenta que el piso donde se aloja la infanta con sus hijos Juan e Irene Urdangarin es de su propiedad desde los acuerdos de divorcio.

Pero con la condición de que su exmarido Iñaki Urdangarin pueda seguir haciendo uso de él cuando la infanta no se encuentre allí, claro. De hecho, en esta decisión tomada en común en el divorcio que firmaron en enero de este año, el exjugador de balonmano podría haber aceptado a cambio hacerse cargo de la mitad de los gastos derivados de la vivienda como la comunidad o los consumos de luz, gas y agua. Un acuerdo que resulta cuanto menos extraño si tenemos en cuenta que Urdangarin sigue haciendo uso de la vivienda cuando acude con su nueva pareja Ainhoa Armentia.

Bidart siempre ha sido un lugar muy especial para los Urdangarin, ya que allí pasan sus veranos, y algunas otras vacaciones de Navidad y Semana Santa, desde hace años. Y cuando la infanta Cristina se casó con Iñaki, la bonita localidad del País Vasco francés se convirtió también en su lugar de retiro vacacional con sus hijos.

Y a pesar de su separación de facto y de que Iñaki Urdangarin sigue acudiendo a este lugar con su nueva pareja, Ainhoa Armentia, la infanta Cristina ha regresado allí estos días. Lo ha hecho en compañía de sus hijos Juan e Irene y han visitado a la madre del exduque, Claire Liebaert, con quien la hermana del rey sigue manteniendo una relación muy cercana.

Lo curioso es que el piso de Bidart, que es la única vivienda en común que el exmatrimonio pudo salvar tras el Caso Nóos –su famoso palacete de Pedralbes tuvo que ser vendido para hacer frente a la deuda contraída tras la sentencia–, pertenece solo a la infanta tras el divorcio. Con casi 100 metros cuadrados, dos dormitorios y un gran salón, cocina y terraza, además de garaje y piscina comunitaria, el piso sigue siendo de uso común y para ello el exmatrimonio debe comunicarse las fechas en las que van a hacer uso de él para no coincidir.

Aunque no es oficial, es muy probable que el exduque haya pasado algunos días de vacaciones allí con alguno de sus hijos. Lo cierto es que los cuatro vástagos del exmatrimonio siguen disfrutando tanto de este lugar como de su familia paterna, y siempre que pueden visitan a su abuela Claire Liebaert.

La matriarca, que reside en Vitoria, también tiene un piso en Bidart y sigue acudiendo siempre que puede. Ahora es el turno para que la infanta Cristina disfrute de su residencia francesa con sus hijos y visite a su exsuegra, con la que mantiene una excelente relación. Y con quien sigue caminando de la mano cuando están juntas. A pesar de todos los pesares.