Isabel Floréz, la mujer que sustituyó a la infanta Elena en el corazón de Luis Astolfi, su amor en los 80 (y el hombre que siempre le ha apoyado)

La relación jamás confirmada entre Luis Astolfi y la infanta Elena fue la comidilla de los 80, hasta que María Isabel Flores y su boda holandesa con el jinete acabó con los rumores.

Imagen de Luis Astolfi en los años 80. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

El idilio ochentero entre Luis Astolfi y la infanta Elena hizo correr ríos de tinta en los 80 y eso que nunca fue confirmado ni por sus protagonistas ni por la casa real. Sin un solo dato al respecto la relación fue dada por muerta en 1989. Para entonces ya se sabía que la verdadera pareja del jinete era una sevillana anónima llamada María Isabel Flores (y rebautizada en algún punto del camino como Isabel Flórez).

Mientras se relacionaba a la infanta y al jinete las revistas del corazón estaban de lo más entretenidas. La hípica se puso de moda y todo el mundo se creía experto en la pragmática de matrimonios promulgada por Carlos III que obligaba a las infantas a contraer matrimonio solo con royals.

A pesar de que medios como el ABC se encargaron de relacionar a Luis Astolfi con Felipe II, el romance entre el jinete y la infanta no llegó a nada. Los comentaristas del corazón del momento afirmaban que Luis Astolfi no supo aguantar la presión. La realidad fue evidente un par de años después, cuando en 1991 Luis Astolfi se casó en Holanda con una guapa y desconocida sevillana.

La elegida para llevar al campeón de hípica hasta el altar fue María Isabel Flores. Guapa, joven, anónima y capaz de cambiar su apellido de Flores a Flórez en algún punto de su corto recorrido por la prensa rosa, la primera y única esposa hasta la fecha de Luis Astolfi posee una envidiable capacidad para desaparecer de los focos.

La descubrimos tímidamente en las fotos de la boda menos posadas de la historia del ¡Hola!. Su madre, Sara Saborido, fue la encargada de dar algunos detalles de la relación entre los noviaos a la publicación: «A Luis le conozco de toda la vida, desde que era pequeñito, es un chico fenomenal. Pero fue en el verano de 1988 cuando Luis y María Isabel se enamoraron».

La suegra de Luis Astolfi estaba en lo cierto y los paparazzis, en aquellas fechas, ya estaban al tanto de que algo se estaba cociendo entre el affaire no oficial de la infanta Elena y una joven de bikini fucsia. El propio ¡Hola! publicó imágenes del jinete, que en aquel momento vivía en Bélgica, visitando las playas y chiringuitos marbellíes junto a María Isabel.

En marzo de 1991 el rumor del noviazgo del jinete y la joven sevillana ya no era rumor sino un hecho. Cuando Luis Astolfi acudió a la fiesta de clausura del torneo hípico del Club de Campo de Madrid que se celebró en Pachá, el resto de invitados le dio la enhorabuena por su futura boda.

La ceremonia se iba a celebrar en verano y en Sevilla. Finalmente se convirtió en el evento casi anónimo que despachó el ¡Hola! con un par de fotos apresuradas y que se celebró en Holanda, país en el que residía en aquel momento Luis Astolfi.

Con Isabel llegó la paz y el anonimato a la vida del jinete. Por fin los éxitos deportivos eran más importantes que los cotilleos. De la pareja apenas queda un leve rastro en los medios más rosas, un par de reseñas por el nacimiento de sus dos hijos y poco más.

El primero en llegar al mundo, Luis, nació en Sevilla mientras su padre vivía en Holanda donde se preparaba para sus terceros Juegos Olímpicos. Pesó cinco kilos al nacer y su padre fue el responsable de hablar con los medios.

La segunda, Marina, vendría al mundo cinco años más tarde, cuando Isabel Flores ya se había reconvertido en la empresaria Isabel Flórez gracias a que en 1994 había abierto junto a una amiga una tienda de calzado infantil en Sevilla a la que bautizó El caballito azul.

Que Isabel montara un negocio propio dio a los medios la posibilidad de conocer un poco más a una mujer de intimidad blindada antes, durante y después de su vida con Astolfi. Gracias a El Caballito azul concedió algunas entrevistas en las que se descubrieron detalles de su vida junto al ex de la infanta, cosas como que « Luis es partidario de que la mujer trabaje y tenga una vida propia».

También descubrimos que ella le acompañaba a menudo en sus torneos por el mundo, la tienda se llamaba Caballito como tributo al jinete y que su único hijo ya montaba en pony con cuatro años (a pesar de que ella prefería jugar al paddle y al golf).

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Hubo que esperar otros diez años más, cuando Isabel Flórez ya era propietaria de dos tiendas en Sevilla, para poder leer en los medios su versión de su idilio con el ex de la infanta Elena. «Yo salía con un chico cuando era muy jovencita y él siempre bromeaba y me decía: 'Bueno, ¿cuándo vas a dejar a tu novio?'. A los diecinueve volví a estar libre y a los veintitantos empezamos a salir juntos», explicó en Sevilla Press.

Luis Astolfi e Isabel Flórez se separaron definitivamente en 2012. Y tras 21 años de discreción en los medios podemos asegurar que María Isabel Flores consiguió el más difícil todavía: haber sido pareja durante dos décadas del primer novio de la infanta Elena sin salir en una sola foto y recuperar el anonimato tras un divorcio que no se reseñó en ningún medio.

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