juntos, pero no revueltos

La repentina enfermedad de Jaime de Marichalar que acabó con el matrimonio de la infanta Elena: mal genio y un accidente cerebrovascular

La relación entre Elena de Borbón y Jaime de Marichalar ya estaba tocada antes del ictus que sufrió Marichalar, en diciembre de 2001. Pero la infanta permaneció fiel junto a su esposo seis años más, cuando se anunció «el cese temporal de la convivencia». Fueron años duros por el fuerte carácter de ambos.

La infanta Elena y Jaime de Marichalar en la boda de Beltrán Gómez Acebo y Laura Ponte. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

La boda de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar, celebrada en Sevilla el 18 de marzo de 1995 , fue la primera de un hijo de los reyes Juan Carlos y Sofía y la primera boda real que tuvo lugar en España en casi un siglo. Se habían conocido ocho años antes en París, en un curso de literatura francesa. Después viajaron con otros amigos a Nepal y Bután.

Cuando aparecieron en La Zarzuela frente a los periodistas para anunciar el compromiso, en noviembre de 1994, la infanta dijo unas palabras que luego se analizarían como una premonición: «Nos conocíamos hace algún tiempo, pero no ha parado hasta convencerme». Su gran amor había sido el jinete Luis Astolfi , aunque aquella relación nunca fue oficial.

Tras la boda, Elena y Jaime fueron de luna de miel a Australia. Pero, a los cuatro años de contraer matrimonio, el 22 de diciembre de 2021, y cuando ya empezaban a correr rumores sobre la continuidad de la pareja, Jaime de Marichalar sufrió un ictus. Fue ingresado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid por una isquemia cerebral que le dejó paralizado medio cuerpo, y que se produjo cuando Jaime de Marichalar se encontraba haciendo ejercicio en una bicicleta estática en el gimnasio cercano a su casa al que acudía habitualmente.

El marido de la infanta Elena tenía entonces 38 años. Hubo muchos comentarios sobre las causas que habían provocado aquel ictus. Se habló de «malos hábitos». Marichalar emprendió acciones legales contra algunas publicaciones que les pusieron nombre, pero perdió. Años después, su hermano Álvaro aseguró a la revista ¡Hola! que todo había sido una calumnia.

La pareja se instaló en Nueva York

El matrimonio tuvo dos hijos. Felipe Juan Froilán nació el 17 de julio de 1998 y Victoria Federica, el 9 de septiembre de 2000. En enero de 2003, dos años después del ictus, se anunció que la infanta había tenido un aborto. Pero la relación del matrimonio ya no iba bien desde tiempo antes del accidente cerebrovascular de Jaime de Marichalar.

Fue el rey Juan Carlos quien aconsejó a su hija que dejara pasar el tiempo por la imagen nefasta que daría dejando a un marido enfermo. Así que doña Elena permaneció al lado de su marido y se instaló con él en Nueva York durante 11 meses para que siguiera su recuperación bajo la supervisión del cardiólogo Valentín Fuster.

La infanta Elena durante la boda del rey Felipe VI y doña Letizia. / GTRES

Quienes conocen a la infanta aseguran que se portó de forma impecable y aguantó mucho, porque a Jaime se le agudizó el mal carácter por culpa de la enfermedad. La infanta Elena es también una persona de fuerte personalidad. La enfermedad le provocó a Jaime dificultades para hablar y andar, de las que se fue recuperando poco a poco. La relación de la pareja se deterioró todavía más.

Por qué se separaron Jaime de Marichalar y la infanta Elena

Elena y Jaime tenían poco en común. A ella le gustaba levantarse temprano para hacer deporte —por entonces todavía participaba en concursos hípicos—, mientras que él prefería salir a cenar y codearse con la alta sociedad. A Elena le gusta navegar y esquiar. A Jaime no le atraen los deportes. Le gusta la moda, la vida social y la caza. Solo compartían su afición por los toros. Ni siquiera frecuentaban el mismo círculo de amigos.

La infanta Elena y Jaime de Marichalar en la cena de gala previa a la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson. / gtres

De gustos que parecían excéntricos, como desplazarse en patinete o mezclar llamativos colores en su indumentaria, Marichalar convirtió a la infanta en una de las mujeres mejor vestidas de España . Pero tras los primeros años de su transformación en mujer elegante, la infanta volvió a su indumentaria sencilla y cómoda y a sus días en el campo en casa de amigos íntimos. Cuando regresaron de Estados Unidos, cada uno empezó a hacer su vida.

El 13 de noviembre de 2007, la Casa Real difundió un comunicado en el que se anunciaba el «cese temporal de la convivencia», un eufemismo para no hablar de separación o de divorcio. Fue difícil para la casa real encontrar la fórmula –que parece que deja abierta la posibilidad de una reconciliación–, pero la propia infanta amenazó con dejar el hogar conyugal si no se emitía el comunicado. Una vez anunciado, la pareja dejó de vivir bajo el mismo techo. El divorcio llegó el 21 de enero de 2010. De lo que no hay noticias es de la nulidad eclesiástica. La relación entre ambos es, a día de hoy, prácticamente inexistente.