El emérito, Juan Carlos I. /
Juan Carlos I se mudó a Abu Dabi en 2020 y dejó atrás a su familia , las polémicas y se podría decir que hasta su reino (aunque ya había abdicado). Tardó dos años en hacerlo público en una carta, tenía la intención de continuar residiendo de forma «permanente y estable» en el otro continente. Pero parece que le falta algo, y ya tiene planes de volver. Como en otras ocasiones, es por su pasión por surcar los mares, aunque probablemente aprovechará para organizar almuerzos con sus seres queridos (una costumbre) y quizás tenga alguna discusión con Felipe VI (para organizarse).
Como han compartido varios medios nacionales, el emérito tiene planeado volver al país siguiendo su misma decisión del año pasado. Quiere visitar España como base preparatoria del Campeonato del Mundo de Vela de la Clase 6 metros de Sanxenxo (Pontevedra). No quiere perderse el evento ni la competición de su velero, reconocido y bautizado como el Bribón.
No obstante, todo depende de que su salud se lo permita. Le gustaría presentarse en mayo, en la fase preparatoria, y también en junio, cuando será el evento oficial. Esta segunda fecha sería entre el 9 y el 11 de junio, un mes previo a las vistas preliminares del juicio que tiene abierto en Reino Unido por la demanda de Corinna Larsen (su ex amante, como ella misma se define), que comenzarán el 18 de julio.
Pase lo que pase, su determinación por pasar unos días disfrutando de la cultura ibérica es tajante. Incluso se ha puesto en contacto con el equipo del Bribón para que estén avisados. Les ha pedido que vayan preparando todo para que pase unos días agradables con uno de sus hobbies favoritos.
Han sido escasas las apariciones públicas de Felipe VI junto a su padre: la última en el funeral de Constantino de Grecia, donde se dice que se saludaron con un abrazo, aunque no lo compartió oficialmente la Casa Real. Sí ha disfrutado de más tiempo con sus hijas que, junto a sus nietos, le visitaron en Abu Dabi.
El emérito, por su parte, sigue con un pie anclado en el viejo continente con la mirada puesta en España. Hace apenas un mes Juan Carlos hizo acto de presencia en la entrada a la Academia Francesa de su amigo Mario Vargas Llosa. Allí ya adelantó a los micrófonos que «seguramente» volvería pronto. Algunos medios han asegurado que asistirá al evento royal del año: la coronación de Carlos III que tendrá lugar el 6 de mayo. De ser así, su viaje intercontinental puede ser otra oportunidad para una visita express a nuestro país.
En 2022, el emérito intentó seguir el mismo plan que tiene entre manos para este 2023: la doble visita a Sansenxo. Sin embargo, finalmente el emérito no pudo cumplir su segunda visita estival por sus graves problemas de salud. En esta ocasión, las fuentes cercanas aseguran que el que fue rey de España se encuentra con energía e ilusión para afrontar el trote del vuelo.
La reina Sofía y Juan Carlos I.
Sus visitas suelen ser por ocio o por estar presente en la vida de sus hijas. En agosto del año pasado decidió visitar Ginebra, donde vive la infanta Cristina desde hace 9 años. Allí pasó unas horas también con la infanta Elena. Era una etapa dolorosa para los Borbón: Cristina atravesaba una dura crisis, en plena separación de Iñaki de Urdangarin. El padre de sus cuatro hijos había empezado una relación con Ainhoa Armentia, y el apoyo de sus allegados era una ayuda fundamental para superar el tremendo dolor.
Quedaban dos personas al margen de este viaje, la reina Sofía y Felipe VI. La primera no se pronunció y el segundo solo lo había hecho indirectamente, años atrás. En marzo de 2020 anunció que rompía con la herencia de su padre. Un desmarque oficial.
Felipe se mantuvo al margen también durante la visita de su padre en mayo, cuando aún se encontraba bien para un viaje tan largo. Fue su padre el que dio el paso. A sus 85 años fue acogido por su amigo Pedro Campos. Allí se preparó para las regatas en Sanxenxo y también para asistir como espectador a un partido de balonmano en Pontevedra. Era muy importante: Quería ver jugar a su nieto, Pablo Urdangarin.
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Ese fin de semana se alargó con una visita a la Zarzuela. Juan Carlos llegó en su coche a las 10 de la mañana, saludó a la prensa y se adentró en una reunión absolutamente sellada. Pasó en el edificio 11 horas. Después, el comunicado de la Casa Real donde decían que padre e hijo habían debatido acerca de cuestiones familiares, acontecimientos y consecuencias en la sociedad española. Tenían que dejar claros algunos límites. En todo momento, era Juan Carlos el que se acercaba a su hijo.
Ese día tuvieron un almuerzo completito. Ellos dos, la reina Letizia, la infanta Sofía,, la infanta Elena, sus hijos Froilan y Victoria Federica, la infanta Margarita (hermana del emérito) y su marido. La reina Sofía no pudo sumarse al almuerzo por positivo en Covid. «Como es natural, volveré con frecuencia a España, a la que siempre llevo en el corazón, para visitar a la familia y amigos», sentenció en su carta oficial de hace unos años. Siempre fue claro: volverá.