UNA JOYITA EN abu dabi La (mala) fama de Froilán de Marichalar cruza fronteras: qué dicen los medios internacionales del hijo más problemático de la infanta Elena

Con una rápida búsqueda se deduce que Felipe Juan Froilán de Marichalaracopia más filtraciones a ocultar que noticias para presumir. Desde sus implicaciones en peleas hasta sus dificultades en los estudios o su pasión por las fiestas nocturnas. Estos suelen ser los temas en los que se implica el nieto de Juan Carlos I, que acaba de mudarse a Abu Dabi para alejarse de las polémicas y se comenta que allí vive ahora mismo en un hotel de lujo.

La imagen del Froilán rebelde es la tónica en la prensa nacional, pero ¿y la internacional? Los medios de otros países que desgranan los entresijos de la familia real española tampoco le facilitan una imagen ilustre o digna de admiración. Más bien lo contrario.

Si bien otros jóvenes de la monarquía europea desafían a sus familiares con inconformismo e indirectas, ellos consiguen equilibrar la balanza con otros proyectos. Es el caso de Nicolás de Dinamarca , quien se ha ganado su hueco con otros méritos, como la moda (precisamente el camino que también quiere seguir la hermana de Froilán, Victoria Federica). A pesar de acercarse al mundo de las redes sociales para desmarcarse de la firma de su abuela Margarita II (que decidió quitarle el título), ha esquivado escándalos.

Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón tenía solo 15 años, pero ya era el mayor de los nietos de los reyes de España, y se le miraba con lupa. La revista mexicana Quién apuntaba frases duras y contundentes ya en 2014, como que el hijo de la infanta Elena y quinto en la línea de sucesión al trono era «un dolor de cabeza» para su familia.

Se rescataba que desde su infancia era inquieto, y lo defendían con momento clave en la boda de los príncipes de Asturias en 2004. Cuando daba patadas a sus primos. Ahí empezó a generar problemas a sus padres, que se separarían años después, en 2010.

A su actitud entre juguetona y violenta se le sumaban unas malas calificaciones. El medio apuntaba que la hija de la reina Sofía había tenido que meter a su hijo en un internado (uno de los más prestigiosos del Reino Unido, por cierto, con un coste de 24.000 euros). Ese gesto fue en vano, y al año siguiente volvió a su colegio Santa María de el Pilar (que vale 330 euros al mes).

No pasó desapercibido su episodio bélico con su primo Pablo Urdangarín. La famosa anécdota del curso de vela en la que el joven le dio un cabezazo e intentó clavarle un pincho (de brochetas).

Y, al final del día, se coronó: preguntó a los periodistas si no habían sido suficientes las fotografías que les habían hecho. Se ganó el título de indócil, se estaba enfrentando a quienes escribían de él. La prensa se empezó a hacer eco de que era asiduo en los antros «light» (fiestas para menores de edad) y que se había disparado un pie, motivo que llevó a su padre, Jaime Marichalar, a tener que declarar ante la Guardia Civil.

También rescataron lo bueno: que es divertido, simpático, líder. Que quizás su actitud se debía a la libertad que le daban, mientras que sus progenitores crecieron en un ambiente mucho más controlado y exigente. Que le gusta la cocina (y se le da bien) y que es amante de las costumbres heredadas de su casa: los toros, las cazas y las juergas. Al fin y al cabo, concluían con que su comportamiento era propio de su edad.

Al año siguiente trascendió un episodio del que se han creado numerosos rumores. Froilán volvía a ser noticia por su chulería, esta vez en una cola del parque de atracciones. El periódico argentino Clarín recogía que el adolescente alegaba que podía colarse porque era «cuarto en la línea de sucesión al trono de España».

En definitiva, «la oveja negra». El Telegraph lo llamó así, sin medias tintas. Insinuaron que había propagado insultos racistas y recordaban su corte de manga. Además, señalaban que este último incidente se producía un año después de que Juan Carlos I decidiera abdicar (para esquivar las polémicas) en favor del rey Felipe. Pero los problemas se multiplicaban.

El paso a la vida adulta ha expuesto aún más a Froilán quien, a diferencia de su hermana, prefiere evitar las redes sociales. Lo poco que él deja sobre sí mismo se enfrenta a lo mucho que los medios lo exponen.

Quizás el tema que más se repite son las peleas. El medio alemán Bunte considera de interés para sus lectores sus numerosas discusiones, y lo describen como alguien descontrolado. Utilizan fuentes de España para confirmar que el sobrino de Felipe VI podría enfrentarse una sentencia de prisión de tres meses a un año.

¿El motivo? Su «detención del 25 de noviembre en estado de ebriedad», instantes después de que se produjera una reyerta frente a una discoteca de Madrid, Vandido. Continuaba el mito del royal amante de las salidas nocturnas. Uno de sus amigos había sufrido un corte de 2,5 centímetros en el antebrazo y tuvo que ser atendido en el hospital.

No obstante, también recogían lo que Froilan defendía al día siguiente, que todo era mentira, que estaba en la puerta cuando ocurrió la pelea y que no se involucró. «Soy una víctima», dio entonces, «y ni siquiera eso, soy un testigo».

Pero los redactores recogen también que, a mediados de julio, había estado otra vez en el sitio y lugar inadecuados, en el Opium Beach Club, donde celebraba su 24 cumpleaños. En la discoteca, un invitado en el área VIP disparó múltiples balas. El mensaje de la web es claro: están a la espera de una resolución, una respuesta de la familia real y un veredicto, pero la imagen de Froilán ha quedado manchada.

Otro medio argentino, Infobae, ha aprovechado estos hechos para hacer un perfil completo y minucioso del joven. Retratan el cariño de sus abuelos y de sus padres. Según aseguran, tiene un parecido evidente con su madre en cuanto a físico, pero no discreción. (Recordemos que anunció su divorcio como un «cese temporal de convivencia» y que desde entonces no se le han conocido romances).

A Froilán se le ha señalado como un foco de controversias. En resumen, lo llaman el príncipe Harry a la española. Desde Francia, Point de Vue asegura que «no es el miembro más sabio de la tribu de los Borbones de España». Por eso, justifican que haya volado a Emiratos Árabes Unidos, donde reside su abuelo, el emérito.

Aun así, no tienen esperanza en el nuevo plan para centrarle. Porque pasó por un internado en Sussex, luego al internado Blue Ridge, a Saint George en Virginia y finalmente a la Academia Militar de Culver. «¡La disciplina de los cuarteles no parece haber domado su carácter!», aseguran. La única opción que le queda: «el exilio dorado».