Las cosas han cambiado mucho desde el siglo pasado, cuando las monarcas europeas debían orquestar todo tipo de estratagemas para lograr que príncipes y princesas encontraran la horma de su zapato en las familias aristocráticas. Recordemos el famoso crucero que fletó la reina Federica de Grecia para casar a su hija Sofía: terminó en boda con el emérito Juan Carlos . Puede que ni Letizia ni Rania estén ya en esta tesitura, pero sin duda las bodas de sus hijos son un tema. Un temazo.
Para sorpresa de analistas y avistadores de lo 'royal', la reina Rania y el rey Abdalá de Jordania han aterrizado en Madrid acompañados por su hijo menor, el príncipe Hashem . Una sorpresa total, ya que lo habitual es que sean los herederos al trono los que realicen estas visitas de Estado, para tomar el relevo en los vínculos que tanto han cuidado sus padres. Es cierto: el príncipe Hussein , recién casado con la arquitecta saudí Rajwa Khalid al Saif, está de luna de miel. Aún así, la presencia de Hashem en Madrid es, al menos, reseñable.
El príncipe Hashem se ha convertido en toda una celebridad viral en las últimas semanas, también porque la prensa jordana asegura que es el favorito de su madre, la reina Rania . Toda la familia celebró hace unas semanas su graduación en King´s Academy de Madaba, en el equivalente a nuestro Bachillerato. Aún no se conoce cuáles serán sus próximos pasos, pero su hermano mayor acudió a la universidad en Estados Unidos antes de iniciar su formación militar. De momento, vive en el palacio de Raghadanjunto a sus padres.
El cuarto hijo de Rania y Abdalá II comparte generación con la princesa Leonor : también tiene 18 años. Además, es tan discreto como ella, pues no tiene perfiles en las redes sociales ni se relaciona aún en las fiestas de la alta sociedad jordana. Como la infanta Sofía, es el segundo en la línea de sucesión al trono, después de su hermano mayor y por delante de su tío paterno, el príncipe Faisal. No se le conoce novia, de momento.
La presencia en Madrid del príncipe Hashem propicia, sin duda, su presentación oficiosa ante la familia real española y, sobre todo, su primer contacto con la princesa Leonor y la infanta Sofía. Nunca está de más que los jóvenes príncipes de las casas reales se conozcan, más allá de favorecer la aparición de posibles flechazos 'royal'.
Hashem bien podría ser el príncipe azul de Leonor o Sofía, pero también un aliado. Se frecuentarán a lo largo de las próximas décadas en viajes oficiales, coronaciones, bodas y funerales. Incluso podrían coincidir en los próximos años en la universidad, si ambos eligen uno de los exclusivos centro estadounidenses en los que se han formado sus padres. Claramente, los príncipes y princesas globales se mueven en los mismos círculos sociales y académicos.
¿Será la presencia del príncipe Hashem en España una casualidad conveniente o habrá sido Rania la que, atenta a la presencia en Madrid de la princesa Leonor y la infanta Sofía, habrá querido traérselo? Lo cierto es que Rania y Letizia tienen mucha complicidad , y no cabe descartar que a ambas le haya parecido muy buena idea presentar a sus hijos casaderos, por lo que pueda pasar.
Podemos descartar, sin duda, que la reina Letizia despliegue ningún operativo especial para presentar a Leonor a la realeza europea, más allá de la oportunidad que pueda surgir en este tipo de citas. Con la boda de la monarca con el príncipe Felipe se rompió esa regla no escrita que disponía matrimonios entre casas reales o, al menos, con pretendientes de rancio abolengo. En el siglo XXI, las plebeyas también pueden ser princesas y reinas.
De momento, el príncipe Hashem ya ha participado en una papel principal en una boda real, pues fue la persona elegida por Rajwa Khalid al Saif para acompañarla al altar, donde la esperaba el príncipe heredero Hassam. Elegantemente vestido con un traje azul marino, el hijo menor de la reina Rania de Jordania tiene aplomo y pelazo. Aún luce adolescente, pero eso se cura con los años.
20 de enero-18 de febrero
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