El saludo secreto de la infanta elena y el emérito Juan Carlos. / LIMITED PICTURES

DOS HORAS Y MEDIA CARA A CARA

Lo que no se vio del 60 cumpleaños de la infanta Elena: el saludo secreto de Juan Carlos y el regalo inesperado de Letizia

Contra todo pronóstico, el 60 cumpleaños de la infanta Elena no se ha celebrado en Zarzuela ni en Sanxenxo, sino en un céntrico restaurante de Madrid. Y han acudido Felipe y Letizia.

Las quinielas acerca del 60 cumpleaños de la infanta Elena han errado en los dos elementos fundamentales. El primero, el lugar de celebración. Apostábamos por Zarzuela, el hogar familiar y el lugar donde se ha reunido tradicionalmente la familia, aunque es cierto que los reyes Felipe y Letizia son renuentes a ceder su uso para asuntos particulares de familiares sin papel institucional. ¿Quizá Sanxenxo?, predijimos. Pues no: la reunión se celebró en un céntrico restaurante de Madrid.

La infanta Elena cerró dicho restaurante para que no hubiera testigos de la reunión familiar más esperada: la que había de cobijar bajo el mismo techo y en la misma mesa a los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía, sus tres hijos y la actual reina, Letizia Ortiz. Conocemos los temblores, falsos o ciertos, que han agrietado las relaciones familiares de los Borbón. El último, gravísimo, llegó a atribuir al emérito exiliado en Abu Dabi la difusión de una presunta infidelidad de la reina.

Difícil sostener esa teoría de la conspiración que achaca al emérito Juan Carlos las desdichas públicas de los reyes Felipe y Letizia tras presenciar la llegada escalonada de Borbones al 60 cumpleaños de la infanta Elena. Quizá la aparición de los monarcas ha sido, también, un aviso a navegantes: cada vez resultan más obvios los intentos de enfrentar a dos facciones familiares que, en realidad, están destinadas a entenderse.

Juan Carlos expresó su deseo de ver más a la familia

La provecta edad de los reyes Juan Carlos y Sofía invita, sin duda, a pasar página y aprovechar el tiempo con ellos y con el resto de la familia. Lo dijo el emérito al despedirse de la prensa que esperaba en la puerta del local: «A ver si no hay que esperar 60 años para que volvamos a reunirnos». La próxima cita podría ser en su propio cumpleaños en Abu Dabi, el 5 de enero.

Imposible no ser sensible ante un deseo tan sinceramente expresado, aunque los monarcas Felipe y Letizia difícilmente viajarán a Emiratos para asistir a una fiesta. De nuevo, se cuidaron de no posar para una foto de grupo, quizá por considerar que el famoso cordón de seguridad sigue siendo necesario en Navidad, quizá porque la relación no está, pese a las sonrisas, del todo normalizada.

Los reyes felipe y Letizia no dudaron en pararse unos minutos para que los fotógrafos pudieran captar su imagen al terminar la reunión de cumpleaños. (FOTO: LIMITED PICTURES)

Así las cosas, los reyes Felipe y Letizia llegaron rápidamente los primeros y se marcharon los primeros, pero sin perderse ni un solo plato del menú. Eso quiere decir que departieron con abuelos, hermanas y sobrinos alrededor de dos horas y media. Difícilmente pueden haber evitado completamente a los familiares con los que su relación sea más tensa. Inevitablemente, los tres hermanos Borbón han hablado.

Esta reunión supone un gran triunfo para la infanta Elena, gran mediadora familiar a la hora de restablecer la comunicación entre su padres y hermanos. En su 60 cumpleaños, la primogénita estaba exultante al ver que todas las personas importantes en su vida, también los Zurita, algunos Gómez-Acebo y Alexia de Grecia, habían acudido a su llamada.

Solo faltaron a la sorprendente cita madrileña Miguel Urdangarin, el más misterioso de los hijos de la infanta Cristina; la infanta Sofía, que ya está de vacaciones en Zarzuela, y la princesa Leonor, de maniobras invernales en Astún. Una vez más, nos quedamos sin ver a las jóvenes Borbón Ortiz con sus primos Urdangarin y Marichalar.

Una muestra del divertido desfile de Borbones que se produjo a la salida del restaurante, con Victoria Federica seguida por la infanta Elena, Froilán, Pablo Urdangarin y Alexia de Grecia. / GTRES

Inevitablemente, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica sonreían abiertamente al ver la felicidad de su madre. Dicen que el joven exiliado en Abu Dabi ha dado un giro de 180 grados y que por fin sueña con proyectos profesionales, no solo con planes hedonistas. Lució ciertamente ejecutivo con su traje azul, aunque no tanto como un imponente Juan Valentín, impecable.

Al lado de su primo y hermano, Pablo no parecía estar tan cómodo con un traje algo desajustado. Irene, sin embargo, volvió a exhibir estilazo cosmopolita. Si finalmente se decide a trabajar en el mundo de la moda, no va a tener que llamar a ninguna puerta: se le abrirán solas.

Letizia y Felipe se reafirman como equipo irrompible

El almuerzo convocado por la infanta Elena, confirmación de fumata blanca de los Borbón, reservaba otras sorpresas además de la presencia de los reyes Felipe y Letizia. La asistencia de esta última fue un regalo y una confirmación: la pareja que forma con Felipe de Borbón es irrompible.

A tenor de lo que pudimos ver en la fiesta de cumpleaños de Elena, el equipo formado por Letizia y Felipe permanece y se reafirma frente a la familia y frente al mundo. Ambos lucieron sonrisas enormes. Aunque una foto de último minuto del rey Felipe ya entrando en su coche captó su conocido gesto adusto, con el entrecejo más que fruncido.

Juan Valentín e Irene Urdangarin salieron juntos del restaurante madrileño donde la infanta Elena celebró su 60 cumpleaños. (FOTO: LIMITED PICTURES)

Fue, sin embargo, otro el gesto más definitorio de la celebración del 60 cumpleaños de la infanta Elena. Sobre todo porque se escenificó con luz y taquígrafos, en la misma puerta del restaurante para que todo el mundo lo viera. Se produjo, además, tras la salida de los reyes Felipe y Letizia en dirección a su coche.

Justo detrás de los monarcas, abandonó el restaurante el rey Juan Carlos ayudado por su inseparable Vicente García-Mochales y seguido de la anfitriona y cumpleañera. Al despedirse, Elena hizo la preceptiva reverencia ante su padre, acaso subrayando el orden de lealtades que se guardan en el seno familiar. Felipe es el jefe del Estado, pero en la intimidad Borbón Juan Carlos sigue siendo el rey.

El movimiento final del curioso saludo secreto con el que se despidieron la infanta Elena y el rey emérito Juan Carlos: con las manos en el corazón del otro. / gtres

En esa despedida vimos, además, el saludo secreto con el que padre e hija sellan su especial complicidad. Se trata de una curiosísima coreografía, habitual entre padres e hijos creyentes, que se remonta a la época de Alfonso XIII y que ya realizaba el propio rey Juan Carlos con su madre, María de las Mercedes de Borbón y Orleans.

Como vemos, tras dos afectuosos besos y la genuflexión de rigor, la infanta Elena y el rey emérito Juan Carlos se hacen la señal de la cruz en la frente el uno al otro y, al bajar las manos, las estrechan rápidamente en cuatro movimientos para terminar dándose recíprocamente dos toques sobre sus respectivos corazones.

Los muy seguidores de la familia real desvelaron que no es la primera vez que la infanta Elena y su padre se saludan de esta curiosa manera en público. Ya hace dos años mostraron este particular ritual que, por cierto, también se detectó entre la infanta Cristina y su hijo Pablo, hace unos meses. Sin duda, una tradición especial y genial.