La princesa Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verret se casan el último día de agosto en un fiordo. /
De momento no hay aplazamiento de boda, sino declaraciones de amor. Marta Luisa de Noruega (52 años), la princesa que renunció a sus funciones reales por amor, se casa el 31 de agosto en un fiordo con un chamán entregadísimo a su relación. «No le habría propuesto boda si no hubiera estado convencido, en el fondo de mi alma, de que quería pasar el resto de mi vida con ella y que cada respiro que tomaba estaba dedicado a hacerla feliz», confesó Durek Verret (49), el médium, en un podcast presentado por su princesa. Ninguna mención a sus recientes gafes.
El más polémico, pues dio la vuelta al mundo y salió en la primera página de los periódicos noruegos, fue la detención de Marius Borg (27), hijo del primer matrimonio de Mette-Marit, tras una agresión física y verbal a una joven de 20 años. Sucedió en el piso de la víctima, que se encontraba totalmente destrozado y donde se encontró un cuchillo clavado en una pared. Evidentemente, no se espera a Borg en la boda. El escándalo en el país ha sido mayúsculo.
No todos los gafes por los que está pasando la boda entre Marta Luisa de Noruega y Verret Durek tiene que ver con terceros. De hecho, el mes pasado los novios protagonizaron una nueva polémica que sentó bastante mal en Det kongelig slott (el palacio real noruego ) y más aún a la opinión pública noruega. Se desató por el uso indebido del tratamiento de alteza real, el monograma y el título de princesa para promocionar una ginebra rosa que, por cierto, se servirá en el enlace. Como disculpa, Marta Luisa de Noruega adujo que había sido un error de la destiladora.
El alcoholismo es un importante problema social en Noruega, hasta el punto de que se está debatiendo la prohibición de toda publicidad de bebidas con graduación. «Es una pena que la princesa Marta Luisa y Durek Verrett hayan decidido convertir su boda en un cartel publicitario del alcohol», ha afeado Ragnhild Kaski, secretaria general de la organización Av-og-til, que trabaja por combatir las consecuencias del alcoholismo en el país.
El chamán Durek y la princesa Marta Luisa de Noruega podrían haber invitado a su boda a los duques de Sussex. /
No es la primera vez que Marta Luisa recibe una reprimenda de la propia Corona de Noruega debido a sus tratos comerciales con fines lucrativos. Junto a su entonces recién adquirido novio chamán, filmaron documentales, dieron charlas sobre asuntos espirituales y cobraron por sesiones de espiritismo, siempre utilizando el título de princesa noruega. La desfachatez de la pareja asombró en Noruega.
En aquel momento, los reyes Harald y Sonia tuvieron que comparecer para comunicar la salida de su hija de la vida institucional. «Durek Verrett pensó que podría hacer cualquier cosa», dijo entonces el rey. Paralelamente, Casa real emitió un comunicado en el que manifestaban que la princesa Marta Luisa «quiere contribuir a hacer más clara la distinción entre sus actividades empresariales y su lugar en la Familia Real y no debe usar el título de Princesa ni referirse a miembros de la Casa Real en sus propios canales de redes sociales, en producciones de medios o en relación con cualquier actividad comercial».
La propia Marta Luisa realizó sus propias declaraciones, para que quedara meridianamente clara su relación con la Corona noruega. «Ha habido tanta confusión conmigo por tomar un camino diferente al de ser una 'royal' tradicional, ha habido muchas críticas a lo largo de los años, especialmente por mi espiritualidad, y en Noruega eso es un tabú», declaró. «Supongo que el pueblo noruego ha decidido que es mejor para mí que renuncie debido a sus puntos de vista sobre las cosas».
La prevención ante los emprendimientos espirituales del chamán alcanzaron un nuevo grado de preocupación durante la pandemia de coronavirus. Entonces, Durek Verret aseguró tener la clave de la sanación, una medalla con «tecnología espiritual avanzada». Entonces, el secretario de Estado del Ministerio de Saalud y Bienestar de Noruega, Ole Henrik Krat Bjørkholt, tuvo que responder a la polémica y no dudó en tachar de «estafador peligroso» al prometido de la princesa.
Los felices novios, durante un viaje al universo Disney. /
Además de creerse la reencarnación de un rey, nada menos que el faraón del Antiguo Egipto, Durek Verret posee una bien trabajada reputación de seductor, con más de 300.000 seguidores en sus redes sociales. Bisexual y fan de los 'realities' (participó en 'Bling Empire'), cuenta entre sus amigas a famosas como Gwyneth Paltrow, Rosario Dawson o Nina Dobrey, a las que cobraba por sus sesiones de acercamiento a los espíritus 900 euros la hora.
La pasión del chamán Verrek por los famosos se ha visto multiplicada gracias a su compromiso con la princesa Marta Luisa de Noruega. De hecho, parece que pidió a la hija de los reyes Harald y Sonia que invitara a Meghan Markle y el príncipe Harry, para convertir así su boda en el fiordo en un evento de primer nivel. Parece que en la lista de invitados están Lenny Kravitz, la misma Paltrow o amada Hearst, casada con un director de cine noruego.
La princesa noruega no queda atrás en lo que a experiencias sobrenaturales, paranormales, se refiere. En una entrevista, Marta Luisa explicó que un fantasma intentó estrangularla, siendo ella apenas una niña, en el castillo de Skaugum. No fue un espectro cualquiera, sino el de Wilhelm Rediess, un general alemán de las SS y mano derecha del mismísimo Hitler en Noruega, que vivió en el castillo tras la invasión nazi del país nórdico.