Esta casa es una ruina
Esta casa es una ruina
En ocasiones, tener un título real y una, supuestamente, desahogada posición económica, no te exime de tener problemas de vivienda como el común de los mortales. Que se lo digan al príncipe Andrés, al que su hermano Carlos está empeñado en desahuciar de Royal Lodge. O, justo en el extremo opuesto, a la princesa Marta Luisa de Noruega, que trata de mudarse a su nuevo hogar, sin conseguirlo todavía.
La hija de los reyes Harald y Sonia, que este verano se casaba con el polémico chamán norteamericano Durek Verrett en una fastuosa boda celebrada en los fiordos, adquirió en agosto de 2023 la que esperaba fuera la casa de sus sueños. Se trata de una residencia en el municipio de Baerum, muy cercano a Oslo, por la que desembolsó 18,65 millones de coronas noruegas, o 1,6 millones de euros al cambio actual.
Pero un año y medio después, la casa sigue vacía y, lo que es peor, generando numerosos gastos para la familia, según ha informado la revista noruega 'Se og Hør'. Al parecer, la principal razón por la que la hermana del príncipe Haakon y su marido no se pueden mudar es que las obras de renovación y ampliación de la casa siguen paralizadas, a la espera de que se firme una nueva regulación urbanística.
Mientras se produce esa ansiada mudanza, Marta Luisa sigue residiendo junto a Durek Verrett y su hija pequeña, Emma Tallulah, de 16 años, en una magnífica propiedad de 250 m2 en Lommedalen, una pintoresca comunidad rural a las afueras de la capital noruega. La royal pagó en 2003 8,8 millones de coronas (750.000 euros) por esta residencia, que a día de hoy ha aumentado considerablemente su valor.
El problema para Marta Luisa, cuyas dos hijas mayores – Maud Angelica y Leah Isadora– ya se han independizado, es que tanto para las sucesivas obras que ha hecho en esta casa, como para la compra del chalé que sigue vacío y sus previstas renovaciones, ha pedido varios préstamos hipotecarios. Según la prensa de su país, la suma total de todos podrían alcanzar la considerable suma de dos millones de euros.
Estos problemas económicos para la pareja llegan después de que ambos se hayan visto involucrados en una sucesión de graves polémicas que se iniciaban con una ginebra. Antes de su boda, la princesa puso en el mercado una bebida premium con el monograma de la familia real noruega en la etiqueta. Una decisión que disgustó a sus compatriotas, ya que la hija del rey Harald tiene prohibido expresamente utilizar este distintivo con fines comerciales.
Más controvertida aún fue la noticia que surgió cuando, transcurridos varios meses de su boda de ensueño en la localidad costera noruega de Geiranger, seguían sin pagar a muchos de sus proveedores. Según 'Se og Hør', sus deudas ascendían a más de 85.000 euros.
Con problemas en todos los frentes para la pareja, ahora ha sido el estadounidense el que ha salido al paso de las acusaciones de abusos sexuales por un ciudadano sueco de 49 años, Joakim Boström. Los hechos habrían tenido lugar en 2015, durante una sesión de chamanismo practicada por el sanador californiano. «Empezó a tocarme el pene. Reaccioné de forma violenta. Le grité: '¿Qué estás haciendo? ¿Quieres que tenga una erección? Le pedí que parara, pero no cejaba en su empeño. Parecía decidido a mantener relaciones sexuales'», asegura esta persona.
Verrett siempre ha negado categóricamente los hechos y desde entonces había mantenido un perfil bajo de cara a los medios. Pero ahora ha decidido romper su silencio en una larga entrevista junto a su mujer para la revista 'Verdens Gang'. «Me han comparado con el príncipe Andrés, Jeffrey Epstein y P. Diddy. Es horrible. Las acusaciones son infundadas y falsas«, se defiende de entrada el yerno del rey Harald V.
Al mismo tiempo, el matrimonio también denuncia la supuesta implacabilidad de la revista 'Se og Hør' contra ellos. « Publican cualquier cosa, con tal de que sea negativa, sin comprobar si es correcta y sin ninguna consideración hacia nosotros como familia«, lamenta la princesa.