Se llama Henriette Ellermann-Kingombe y hemos podido adivinar su presencia, como una sombra, tras la reina Mary de Dinamarca en su reciente viaje a Alemania para asistir a una competición deportiva. Tras las fotos, llegan las dudas, ¿quién esta mujer que no se separa de la recientemente proclamada reina?
En realidad, Henriette Ellermann-Kingombe no debería ser una desconocida: forma parte del círculo de confianza de la monarca desde 2021, año en el que entró a formar parte de su equipo. Pero no ha sido hasta ahora cuando ambas han demostrado en público su buena sintonía.
Desde que Mary Donaldson se convirtió en princesa y entró por la puerta grande a la corte danesa hubo una constante en su forma de escoger a su círculo de confianza que estaba abocada al fracaso: la manía de dar cargos de responsabilidad a sus mejores amigas. La jugada no le salió exactamente bien.
Sus tres primeras damas de confianza y secretarias (la condesa Victoria Bernstorff-Gyldensteen, Caroline Heering y Tanja Elise Kjærsgaard) procedían del círculo de amigos de su marido y su suegra y todas acabaron abandonando a la princesa. Hasta que apareció Henriette Ellermann-Kingombre.
Dama de la reina y secretaria personal su perfil sorprende, por contraste, con el del resto de elecciones que hasta ese momento había hecho Mary. Al contrario que las demás, novatas en sus quehaceres, Henriette poseía una cabeza bien amueblada y con algunas canas (no en vano entró al servicio de la casa real ya cumplidos los 50) y una amplia experiencia.
Había trabajado en algunos de los ministerios más prestigiosos del organigrama político y social danés, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde permaneció durante casi 20 años; hasta el Parlamento y el Ministerio de Estado, donde trabajó cuando Lars Løkke Rasmussen era primer ministro.
En el momento en el que la princesa Mary y Henriette Ellermann-Kingombe hicieron «match», esta última estaba desempeñando su labor en el Ministerio de Asuntos Exteriores al más alto nivel: era la jefa de la sección encargada de la cooperación de las distintas organizaciones que forman parte de Naciones Unidas.
Su perfil internacional, su capacidad para gestionar agendas y su experiencia sirvió para que la reina quisiera fichar a Henriette como su mano derecha. Debutaron juntas con un discurso sobre sostenibilidad en la escuela de negocios de Copenhague y todos consideraron el resultado como un éxito. Una de las mejores intervenciones de la entonces princesa heredera.
Pero no fue en aquel entonces cuando la secretaria llamó la atención de la prensa. Su momento de gloria se produjo a comienzos de 2024. En la velada navideña del palacio real todo el mundo sabía lo que se avecinaba: la reina Margarita había anunciado su deseo de ceder su lugar a su heredero, el príncipe Federico . Era la última cena de gala de la octogenaria reina como anfitriona y junto a ella se reunía, como cada año, la familia real en pleno y todos aquellos que son alguien en la sociedad danesa.
Por supuesto Henriette Ellermann-Kingombe también estuvo allí, y por una vez, acaparó los focos. La mujer normalmente discreta de melena rubia, gafas y traje sastre apareció envuelta en transparencias, con un corpiño de escote vertiginoso y una falda de satén negro que consiguieron llamar la atención de los fotógrafos de la velada.
Tanto es así que en la siguiente velada a la que fue invitada y vestida de gala los periodistas hicieron los deberes y le preguntaron quién firmaba el vestido que llevaba puesto (que por cierto era del diseñador danés Lasse Spangenberg).
Para su siguiente aparición pública junto a la monarca en Alemania, Henriette había aprendido la lección y se ocultó de las cámaras, volvió al traje soso y la melena suelta. Pero los curiosos periodistas siguieron buscándola entre el público. Parece ser que, muy a su pesar, ha nacido una estrella.
20 de enero-18 de febrero
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