Le hemos visto el móvil a Mary de Dinamarca: lo que las apps de la reina revelan sobre su matrimonio con Federico

Si quieres saber l o que una persona guarda en su teléfono móvil, el último reducto de intimidad del ser humano en el siglo XXI, puedes pedirle por favor que te deje ver su contenido. Si el modo educado y legal falla (lo más probable) siempre puedes recurrir al programa de espionaje israelí Pegasus, algo que ya sufrieron en sus carnes digitales Pedro Sánchez , Emmanuel Macron o el rey de Marruecos, Mohamed VI. O también puedes esperar a que un fotógrafo indiscreto inmortalice su pantalla de inicio cuando la tenga desbloqueada, como le ha pasado a la reina Mary de Dinamarca .

Mientras la australiana y su esposo, el rey Federico X, siguen intentando actuar como si los rumores de crisis matrimonial no existieran, lo cierto es que los ecos del supuesto romance clandestino del royal con Genoveva Casanova siguen resonando. Y puede que el smartphone de Mary tenga algo que decir al respecto.

Los gestos supuestamente cariñosos en público de la pareja parecen mecánicos y ensayados. Su lenguaje corporal es frío y distante y apenas hay contacto visual ni interacción. Y hasta los habitualmente leales medios daneses están pidiendo explicaciones. Por ejemplo el diario 'Ekstra Bladet' ha dado voz a Jesper Olsen, presidente de Transparencia Internacional de Dinamarca, que no duda en volver a poner de actualidad sus fotos con la mexicana que son en su opinión «un reflejo de la opacidad del rey Federico», ya que «de su viaje a Madrid, así como de otros traslados que ha realizado sin dar notificación sobre ello, no se sabía nada, ni se supo cuánto costaron».

Mary y Federico siguen entre tanto evitando las preguntas de los periodistas sobre su matrimonio en las entrevistas, pero durante su último viaje a Noruega pudimos echar un vistazo al alma digital de la australiana: su móvil. La pantalla fue fotografiada cuando abandonaba el yate real danés y esto es lo que más llamaba la atención.

Diez mensajes sin leer y cuatro llamadas perdidas, bueno, eso puede ser normal. Pero lo que desborda a Mary es el ritmo al que le llegan los correos electrónicos: hasta 1.769 sin leer. También vemos apps bastante normales, como la del 'New York Time', la aplicación de la Federación Ecuestre Internacional y una para rastrear mascotas. ¿Las más llamativas? Las numerosas aplicaciones de compras y de moda, entre ellas Farfetch, Zalando o AboutYou. Un detalle extra: las compras de frustración se consideran un medio probado para superar temporalmente una crisis. No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.

Móviles y apps aparte, la familia real danesa ha estado de celebración este fin de semana por los 56 años que cumplía el rey Federico . El monarca posaba sonriente junto a su esposa en el balcón del Palacio de Frederik VIII, en Amalienborg, estaba vez sin beso, pero emocionándose hasta las lágrimas por el cariño de su pueblo.

Tras la celebración, Federico X hacía pública la entrega de un regalo muy especial para su esposa, pese a que era él el homenajeado. De este modo, condecoraba a la reina Mary con la Cruz de Gran Comendador de Dannebrogorden.

Del gran valor que tiene este honor da cuenta el hecho de que se ha concedido en contadas ocasiones a lo largo de la historia. En la actualidad solo hay siete titulares vivos, entre ellos la reina Margarita y el príncipe Joaquín . Federico X y su hermano pequeño fueron los últimos en recibir la condecoración en 2004.

Otro curiosidad es que solamente ocho personas son admitidas a la vez en la orden. Ahora que la reina Mary ha recibido los honores, solo queda una plaza libre en este club de lo más exclusivo. Conocida en su día como los Caballeros Blancos, la orden se limitaba inicialmente a hombres de la realeza y la nobleza, antes de que Cristian VIII rompiera la tradición en 1840 al concedérsela a su tía, la reina María Sofía Federica.

Pocos días antes de la fiesta de cumpleaños de su esposo, la australiana protagonizaba su propio momento entrañable cuando subía al escenario de la Cumbre Mundial de la Moda, celebrada en Copenhague. Allí compartió un pequeño secreto al confesar que, aunque sus dos hijas, la princesa Isabella , de 17 años, y la princesa Josephine, de 13, pueden ponerse su ropa y sus zapatos, no tiene que compartir las prendas con ellas a menudo.

«La diferencia de edad hace que no se quisieran poner la mayoría de mi ropa ni muertas», dijo entre risas la royal. «Sin embargo, cuando las veo con algo que es mío, siempre se me dibuja una sonrisa en la cara», añadió Mary.

Una de esas contadas ocasiones fue la confirmación de la princesa Isabella en 2022, cuando la adolescente lució un traje blanco que su madre había llevado durante un viaje a Estocolmo en 2017. Añadiendo su propio toque personal al look, la joven royal optó por lucir un broche diferente al que su madre llevaba entonces: uno con diamantes y perlas que le regaló su abuela, la reina Margarita , el día de su bautizo en 2007. Ese día, la princesa Josephine también tiró de reciclaje textil y lució un vestido rosa que antes había llevado su hermana mayor.