La princea Birgitta de Suecia ha muerto a los 87 años. /
Era uno de los emblemas de la alta sociedad balear, aunque la controvertida Birgitta de Suecia iba por libre, era el verso suelto de la familia real sueca. La hermana del rey Carlos Gustavo de Suecia ha muerto a los 87 años en la isla donde se estableció en los años 90 y donde encontró su lugar en el mundo. Hablamos de una princesa muy 'sui generis', que no dudaba en responder las preguntas de los periodistas, no se andaba con paños calientes y si tenía que criticar a su familia lo hacía.
Ha sido el propio Carlos Gustavo de Suecia quien ha dado la noticia mediante un sentido comunicado: «Con gran tristeza he recibido la noticia del fallecimiento de mi hermana, la princesa Birgitta. Era una persona de fuerte personalidad y gran sinceridad a la que mi familia y yo echaremos profundamente de menos. Junto con toda la familia, envío mi más sentido pésame a los hijos y nietos de Birgitta».
Como homenaje, el rey Carlos Gustavo de Suecia ordenó que las banderas del Palacio de Drottningholm y el de Haga ondeasen a media asta. También se cumplirá el deseo de la princesa Brigitta, que sus restos mortales descansen en el cementerio real de Hagaparken, parque situado al norte de Estocolmo. Asimismo, el entierro será una ceremonia íntima destinada al círculo familiar.
Nacida el 19 de enero de 1937 en el Castillo de Haga, Birgitta de Suecia fue la segunda de los cinco hijos del príncipe Gustavo Adolfo y la princesa Sibila, padres de la princesa Margarita, la princesa Desiré, la princesa Cristina y el príncipe Carlos Gustavo, destinado a ser el rey de Suecia. Ya desde el nombre con el que fue bautizada y que muchos padres pusieron a sus hijas, estaba destinada a ser popular. A su manera.
Por su longevidad a la princesa Birgitta le tocó vivir diferentes momentos históricos de enorme calado como lo fue la Segunda Guerra Mundial en la que sintió ciertas carencias, como el resto de los ciudadanos de su país. Su padre, el príncipe Gustavo Adolfo, manifestó que no deseaba que tuvieran ningún privilegio con respecto a sus conciudadanos.
La infancia de la princesa sueca estuvo marcada por la prematura muerte de su padre en un accidente de aviación cuando contaba solamente diez años. Carlos Gustavo solo tenía nueve meses . Una tragedia que marcó profundamente su vida. Inicialmente comenzó a recibir su educación en el Palacio Real junto a otras ilustres alumnas de su entorno, más tarde acudió a la escuela francesa y por último acabó en un internado en Chateauz d'Oex en Suiza.
La princesa Birgitta, con su hermana, la princesa Margarita, en su juventud. /
Una de las claves de su personalidad fue su pasión por el deporte. Fue campeona de esgrima en su país y en 1936 representó a Suecia en los Juegos Olímpicos de Berlín en las competiciones ecuestres. Le apasionaban también el golf y el tenis y fue directora de gimnasia en el Instituto Central de Gimnasia entre los años 1956 y 1958.
Al año siguiente se marchó a Munich para aprender alemán. Fue allí donde conoció al gran amor de su vida, el príncipe e historiador del arte alemán Johann George von Hohenzollern-Sigmaringen, con quien contrajo matrimonio civil el 25 de mayo de 1961, para días después hacerlo por la iglesia en Estocolmo. Por el linaje de su marido, pudo conservar su tratamiento de Su Alteza Real, pues era hijo de Federico de Hohenzollern-Sigmaringen y de la princesa Margarita de Sajonia.
Se quedaron a vivir en la mencionada ciudad alemana y tuvieron tres hijos, Carl Christian, que nació en 1962, Desiré, que llegó el año siguiente, y Hubertus, que vino al mundo en 1966. Birgitta diversificó sus actividades, fue modelo fotográfica e incluso tuvo una tienda de ropa en los años 90, publicó un libro sobre el deporte, fue presentadora de televisión y publicó sus memorias.
Fue en los años 90 cuando dejó de convivir con su marido, sin nunca divorciarse, como Carolina de Mónaco de Ernesto de Hannover. Decidió entonces mudarse a Mallorca, donde pudo dedicarse a una de sus grandes aficiones, el golf y tomó el sol todo lo que le apeteció. Lucía una piel eternamente bronceada. Asimismo, creó la asociación HELP para ayudar a los niños más desfavorecidos de distintos países, y formó parte de la Sociedad Real de Suecia en Hong Kong destinada a fortalecer los vínculos comerciales entre ambos países.