A sus 23 años, Nicolás de Dinamarca ya no es un niño pendiente de un protocolo. Fue uno de los mejores estudiantes de escuela de Herlufsholm en Næstved, ha tenido entrenamientos militares y ha trabajado como modelo para Burberry y Dior. Está decidido a construir su propio personaje y, de paso, tiene planeada la venganza contra su abuela, Margarita II. Sigue los pasos de su madrastra, porque Marie de Dinamarca no ha perdonado a su suegra , mientras sigue en pie de guerra con Mary Donaldson , la otra princesa de la corte danesa).
Unos cinco meses después, Nicolás, el mayor de todos y séptimo en la línea de sucesión, ha trazado su propio plan para desafiar a su abuela. Ha tomado una decisión propia de sus tiempos que pone en entredicho las costumbres reales: ha hecho pública su cuenta de Instagram . Ha pasado de ser un personaje secundario en la cuenta de su novia, Benedikte Thoustrup, a crearse su propio templo.
La ruptura familiar se produjo el pasado septiembre, cuando la reina de Dinamarca decidió retirar el título de príncipes a sus nietos, sin previo aviso y sin opción a debate. Lo perdieron Nicolás y Félix (de 20 años), hijos del primer matrimonio de Joaquín de Dinamarca con Alexandra Manley.
Pero también los más pequeños, fruto del amor de Joaquín con Marie Cavalier; el príncipe Henrik, de 13 años; y la princesa Athena, de 10. Todos los hijos pasaron a ser plebeyos en un escueto comunicado. Se quedaron tristes y perdidos.
Según su abuela, la decisión era para protegerles y hacerles la vida más fácil. Consiguió lo contrario. Dio el pistoletazo a una enorme crisis de casas reales europeas. Abrió una posibilidad: el derecho por nacimiento podía ser revocado facilmente.
La primera indirecta es su nombre en la red social: Nicolás de Dinamarca (aunque en su biografía pone el título que le ha quedado, el de conde de Monpezat). La segunda son las consecuencias. Al haber liberado su perfil ha ganado seguidores, ya son más de 27 mil. Está a un paso de ser influencer, ¿seguirá el camino de Victoria Federica de Marichalar y Borbón?
Aunque la hija de la infanta Elena cuenta con muchos más seguidores, 233 mil, su presencia en las redes sociales ha crecido con tiempo, esfuerzo e imágenes muy preparadas. Gracias a su popularidad en las plataformas comparte su gusto por la moda y se ha ganado su propio puesto en las revistas.
De hecho, casi todas las imágenes de la nieta de Juan Carlos I muestran sus looks o los eventos de grandes firmas a los que a los que asiste. Por ejemplo, hace un par de semanas estuvo viendo un desfile de Dior con su padre, Jaime de Marichalar. Curiosamente, las marcas de lujo y la ropa también son algunas de las pasiones de Nicolás de Dinamarca.
Es poco común que los miembros de la realeza tengan cuentas personales en las redes sociales. Suelen ser celosos de su privacidad y optan por perfiles generales e institucionales. Por ejemplo, los príncipes de Gales, el príncipe Guillermo y Kate Middleton, comparten imágenes puramente institucionales y muy producidas.
El hijo del príncipe Joaquín de Dinamarca y la condesa Alejandra de Frederiksborg tiene (de momento) solo dos fotografías publicadas. En la más reciente, de hace un par de días, aparece haciendo esquí en Los Alpes. Y en la más antigua, de hace cinco, muestra con orgullo su paseo por la pasarela con la marca Burberry, en la que coincidió con personajes de la talla de Naomi Campbell.
«Nunca es divertido ver a tus hijos siendo maltratados así», declaró el padre de Nicolás con la noticia recién anunciada. Entonces, aseguraba que los cuatro estaban en una situación que no comprendían. Con el tiempo, parece que el mayor empieza a asumirlo, tiene una respuesta preparada: Contra una familia que te da la espalda, la fama de las pantallas.
20 de enero-18 de febrero
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