Nicole Coste se ha convertido en la peor pesadilla para Charlène de Mónaco, en la imagen junto a su marido Alberto. / INSTAGRAM

Charlène tenía razón

Así amortiza Nicole Coste su relación con Alberto de Mónaco: trapos sucios, gastos excesivos y un seguro antisecuestro

La relación que sigue molestado a la princesa Charlène entre su marido, Alberto de Mónaco, y su ex, Nicole Coste, esconde más de lo que parecía a primera vista.

Desde que llegó a la vida de Alberto de Mónaco en 1997, Nicole Coste estuvo destinada a dejar su impronta en la vida de la dinastía Grimaldi y no sólo amargándole la vida a la esposa oficial del regente de Mónaco, la princesa Charlène.

En el palacio del principado más diminuto de Europa todos saben que Nicole Coste y la princesa triste por antonomasia no se soportan. La propia ex azafata se ha dedicado a airear los trapos sucios de su mala relación concediendo entrevistas exclusivas a la prensa francesa.

Pero mientras que por un lado declaraba que a la Charlène siempre enferma le había llegado su dosis de karma, de otro se deshacía en elogios acerca del padre de su hijo Alexandre Grimaldi-Coste, el mismo hijo por el que demandó al príncipe heredero monegasco para que lo reconociera oficialmente.

Ahora, gracias a las declaraciones del ex asesor del príncipe Claude Palmero, por fin se conoce a qué se debe el cambio de actitud de Nicole Coste para con su «príncipe», cómo fue capaz esta mujer de pasar de las demandas en los tribunales a las zalamerías públicas. Y también, nos muestra el motivo por el que Charlène no soporta a la ex de su marido. Quizá todo este asunto jamás fue una cuestión de celos, sino de patrimonio.

Las cuentas poco claras de Nicole Coste y Alberto de Mónaco

Además de los años de pasión que protagonizaron juntos a finales de los 90, Nicole Coste y Alberto de Mónaco tienen un vínculo imborrable en común: su hijo, Alexandre Coste Grimaldi, nacido en 2003.

Nicole Coste junto a su hijo Alexandre y el príncipe Alberto de Mónaco / instagram

Pero no fue hasta 2005 cuando la azafata reconvertida en diseñadora consiguió que el príncipe reconociera a Alexandre como su hijo biológico, eso sí, previa renuncia a sus derechos dinásticos (aunque no a su acceso a la fortuna de los Grimaldi en el momento de cobrar la herencia que le corresponda tras la muerte de su padre biológico). Con el reconocimiento llegó la regularización de las relaciones y la pensión para el niño. Pero también mucho más.

Desde el momento en que aquel juicio con pruebas de paternidad de por medio se resolvió, Nicole Coste ha dedicado una gran cantidad de energía a construir su vida en torno al principado más rico de nuestro continente. A pesar de residir oficialmente en Londres, su presencia en Mónaco es tan constante y recurrente que ella mismo llegó a declarar que en la ciudad la quieren y conocen más a ella que a Charlène.

Pero vivir/visitar a menudo Mónaco no es precisamente barato, y en 2007 el encargado de llevar las cuentas del príncipe, Claude Palmero, ya le advirtió a este del gasto excesivo que Nicole Coste estaba realizando. Las advertencias no sirvieron habida cuenta de cómo se desarrollaron los hechos posteriormente.

Alberto no sólo costeaba la manutención de Alexandre, sus estudios y hasta un seguro antisecuestro. Para cuando se cumplieron cuatro años de la boda de Alberto de Mónaco y Charlène, en los libros de cuentas del principado constaba que Nicole Coste le costaba al fondo del príncipe un millón de euros al año. Una cifra que siguió aumentando.

Alberto de Mónaco junto a su hijo Alexandre Grimaldi. INSTAGRAM

De poco sirvió que Charlène se quejara de las atenciones públicas y privadas que recibía la togolesa. La cuenta de gastos de Nicole Coste no parecía alcanzar techo nunca. Desde pagar los sueldos a los empleados que trabajaban para ella a ponerle una tienda para que vendiera sus modelos en Londres, todo salía del mismo sitio, una cuenta «secreta» que el consejero del príncipe Alberto había creado para mantener los pagos lejos de las pesquisas de Charlène.

Cómo utiliza Nicole Coste las redes para mandar mensajes a Chralène de Mónaco

Pero la discreción no era una opción para Nicole Coste, y los ingresos extraordinarios siempre iban combinados con «humillaciones» en forma de posados y fotos de Instagram destinadas a que las vieran los medios y, por supuesto, la princesa. La misma mujer que solicitaba financiación para sus proyectos con descaro y bajo cuerda a Mónaco, después se regocijaba en mostrarse posando sonriente al lado de su ex.

Un tira y afloja público, privado y financiero del que Nicole no siempre salió airosa. Cuando inauguró la famosa tienda de ropa poco menos que exigió que Alberto asistiera para darle publicidad a dicha apertura, pero el príncipe se resistió a concederle este capricho. Nicole no es tonta y sabe quién está detrás de esa negativa: Charlène. Al final, Alberto de Mónaco acudió de forma privada de Londres a apoyar el negocio de su ex, pero no posó ante la prensa. Nicole Coste, por supuesto, lo contó en Instagram.

Según Palmero, como Coste teme lo que pueda pasar con su patrimonio si el príncipe muere, todo está a nombre de Alexandre. Y como Alberto teme lo que pueda suceder si Charlène se entera de todo el dinero que en realidad dedica a su ex, su asesor creó dos compañías distintas, Gamma y Azur Property, para que a Nicole Coste no le falte de nada.

Han tenido que pasar muchos años, y una traición en palacio, para que el tiempo y l as finanzas le dieran la razón a Charlène; y es que parece que como intuía la princesa la relación de Nicole Coste y su marido no es normal.