Quién es la princesa Benedicta de Dinamarca, la peor pesadilla de la princesa Mary (y el mayor apoyo de la reina Margarita)

Todas las casas reales tienen un verso suelto con la lengua afilada y en la danesa ese papel lo ostenta la princesa Benedicta.

La princesa Mary de Dinamarca y su tía política, la princesa Benedicta. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

De las tres hermanas de la familia real danesa, Ana María de Grecia , la reina Margarita II y la princesa Benedicta, sin duda la última es la más desconocida. Y no debería, porque entre otras cosas es la auténtica «bestia negra» de la futura reina danesa, la princesa Mary.

En plena crisis de la casa real nórdica por la retirada del título de príncipes de los hijos de Joaquín de Dinamarca, la princesa más veterana de la corte danesa ha vuelto a la primera plana dejando claro que ella es el mejor apoyo de la veterana monarca tanto en público como en privado.

Mientras desde Francia Joaquín se quejaba amargamente de la decisión de su madre, en Dinamarca una sola declaración de su tía Benedicta le ha puesto en su sitio. « Mi hermana toma decisiones sabias. También como Reina. Piensa en el futuro y no en el aquí y ahora, y eso es lo más importante«, dijo mientras inauguraba un hogar para ancianos y al mismo tiempo sugería que su sobrino no es quién para cuestionar a la reina y sí un personaje un tanto corto de miras.

Vídeo. La princesa Margarita y la increíble historia del hombre que dice ser su hijo

No es la primera vez que zanja los trapos sucios de palacio en público apoyando las acciones de su hermana y llamando al orden a las nuevas generaciones royal. De hecho, en 2019 se hizo famoso su «rapapolvo» a la persona que en el futuro será la reina consorte danesa: la princesa Mary. ¿Pero quién es la princesa Benedicta, defensora de la reina?

Quién es la princesa Benedicta (y por qué se enfrentó a Mary de Dinamarca)

La princesa Benedicta Astrid Ingebrog nació en plena Segunda Guerra Mundial, el 29 de abril de 1944, como la segunda hija del rey Federico IX y la reina Ingrid de Dinamarca. Solo que en aquel momento sus padres no eran reyes, sino sólo príncipes herederos, y su país no era libre, estaba bajo la ocupación alemana.

Curiosamente, y a pesar de la mala prensa que tuvo el anuncio de su enlace, la princesa demostró su sana intención de hacer lo que le viniera en gana comprometiéndose y casándose con un príncipe alemán al que había conocido en 1966 en la boda de Beatriz de los Países Bajos y Claus von Amsberg.

La familia real danesa en el castillo de Graasten. / gtres

En contra de la opinión pública el 3 de febrero de 1968 se celebró su enlace con Ricardo de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, un royal germánico que le sacaba diez años de ventaja: ella tenía 23 y él 33 años. La pareja decidió soportar el aluvión mediático retirándose estratégicamente al apartado castillo de Berleburg en Alemania.

A pesar de su «exilio» alemán, Benedicta jamás perdió el contacto con sus adoradas hermanas y, de hecho, las tres pasan juntas los veranos en el castillo de Graasten, una tradición que instauró su madre la reina Ingrid.

Juntos los príncipes Sayn-Wittgenstein-Berleburg crían en Alemania a sus tres hijos ( el príncipe Gustav y las princesas Alexandra y Nathalie ) y Benedicta casi desaparece del mapa danés hasta la muerte de su esposo en 2017.

A partir de ese momento Benedicta retorna mucho más a menudo a la corte de su hermana y empieza a representar a la corona danesa en cada vez más actos públicos. De hecho, actúa como regente cuando Margarita y su heredero, el príncipe Federico, no están disponibles.

Por eso es Benedicta quién informa a la prensa sobre cómo está la reina en su última infección por covid, tiene una asignación propia dentro de la casa real y una página oficial de Facebook donde hace posados que nadie se cree (como cuando apareció en una sillita viendo la televisión y nadie se creyó que ese fuera el salón de su castillo alemán).

Pero su papel más controvertido le viene, precisamente, por su capacidad para ser la más royal de las princesas danesas. Todo el mundo sabe que Benedicta estaba tan despegada de la realidad que no se hacía ni un café hasta que se casó. También es capaz de enarcar las cejas como nadie si los calcetines y el resto de la ropa de sus interlocutores desentonan.

La princesa Benedicta y su hermana la reina Margarita II. CASA REAL DANESA

Por eso llamó tanto la atención que mandara una pulla en vivo y en directo a la princesa Mary en 2019 a cuenta de su ropa. «No creo que nuestro papel sea comportarnos como actrices de cine», afirmó en una entrevista recogida en el libro Benedicta.

« Me educaron para comprar calidad y que tanto la tela como el modelo duraran muchos años. Jamás me compraría una falda para una única temporada. Se puede vestir la misma ropa varias veces», seguía explicando la royal dejando claro que la mujer de su sobrino, la princesa Mary, no estaba a la altura de esa formación.

Antes de la publicación del libro los blogs especializados en realeza y moda calcularon que solo la duquesa de Sussex había invertido más presupuesto que Mary en nutrir su vestuario. En total la princesa heredera adquirió 170 vestidos nuevos que costaron más de 100.000 euros. Un error que la princesa Benedicta no estaba dispuesta a pasar por alto.