La princesa Leonor, durante la última gala de entrega de los Premios Princesa de Asturias. /
Aunque la relevancia social de las celebrities y la realeza son incomparables, gracias a las hijas de las famosas sabemos lo delicado que es el momento en el que cumplen 18 años . La mayoría de edad marca el final de la protección legal para unas jóvenes que son vigiladas estrechamente por los medios de comunicación tradicionales y virales. En el caso de la princesa Leonor , esta vigilancia es extrema.
Existe una comprensible demanda de presencia de la princesa Leonor en el espacio público, una petición que realizan sobre todo analistas de la monarquía y expertos en Casa Real, precisamente los que deben responder a la ansiedad de contenidos protagonizados por la hija mayor del rey Felipe VI y la reina Letizia . Su justificación: sabemos apenas nada de la futura reina.
Efectivamente: Leonor y Sofía pueden ser las dos jóvenes 'royal' más protegidas entre las jóvenes generaciones de las monarquías europeas. Y, sí, existe un cierto riesgo de desconexión del vínculo si la ciudadanía no logra conectar afectivamente con la mujer que va a ser la próxima jefa de Estado. Sin embargo, tras las demandas de una mayor visibilidad de la princesa y la infanta no solo hay preocupación por la estabilidad monárquica.
No es casualidad que los medios de comunicación de todo cariz nos volquemos con la figura de la reina Letizia y sus hijas: todo lo que se refiere a las mujeres de la familia real tiene un interés inmediato y masivo entre las audiencias. Cada paso que da puede convertirse en viral, cosa que redunda inevitablemente en el beneficio económico de las empresas de comunicación. Letizia, Leonor y Sofía son una mina de clics.
La reina Letizia, la infanta Sofía y la princesa Leonor, en un acto en Santiago de Compostela este mismo año. /
Esta perspectiva cruda acerca de la presencia de las mujeres de la familia real en los medios de comunicación no puede servirse sin matices, claro, pues lo que sí está en manos de los distintos medios es q ué tratamiento se dispensa a las figuras de Letizia, Sofía y, especialmente, Leonor. La hija mayor de la reina tiene un papel especial en todo esto, pues está llamada a ser la futura reina.
Todos los medios aprovechamos el atractivo del contenido protagonizado por Leonor, pero en el caso de la futura reina se está rompiendo el pacto no escrito sobre el tratamiento de la información relativa a la familia real. Hasta la fecha, las cabeceras podían aplicar una línea crítica con la monarquía o mantenerse dentro de los límites del respeto constitucional. Ahora surge una tercera y preocupante tercera vía.
La princesa Leonor, futura reina, empieza a protagonizar contenidos virales que no son ni críticos ni afectos, sino directamente degradantes. Se trata de supuestas informaciones en las que no se tiene en cuenta ningún tipo de trascendencia institucional, de forma que la figura de la futura jefa del Estado pasa a ser tratada como cualquier otra famosa del panorama global. Eso sí: sin haber cumplido aún los 18 años.
La reina Letizia y la princesa Leonor, durante la visita al pueblo ejemplaar de Asturias en 2022. /
En los últimos meses hemos leído todo tipo de informaciones degradantes de la figura de la futura reina, pero algunas han sido especialmente preocupantes por por proceder de medios de comunicación importantes a los que se les supone la asunción de ciertos límites en lo que se refiere a la dignidad de las instituciones. Hubo un antecedente: las alusiones en un programa de televisión al físico de la infanta Sofía, aún una niña. Con Leonor ha ido a peor.
Aunque parezca imposible, periódicos de viejo cuño y en la órbita de lo deportivo han publicado supuestas noticias protagonizadas por la princesa Leonor, en las que se asegura que está a dieta con el objetivo de gustar a un futbolista. Aquí, no se trata solo de la veracidad del contenido, sino de la degradación implícita de la figura de una joven que, no lo olvidemos, será reina.
Esta degradación de la figura femenina, en este caso de trascendencia constitucional como es la de la princesa Leonor, conecta con una tradición de la prensa amarilla que costó muchísimo abolir. Se trata de la publicación de fotos de mujeres jóvenes más o menos desnudas. La 'chica de la página 3' del diario británico 'The Sun' era una institución, lo mismo que el topless del alemán 'Bild', pero desaparecieron en 2015 y 2018, respectivamente.
La princesa Leonor, en su última aparición oficial en un acto de la Cruz Roja. /
En 2017, el diario 'As' fue denunciado ante el Instituto de la Mujer por sexismo ante su insistencia en publicar en su contraportada 'la chica As', una joven en ropa interior o semidesnuda. La redacción se mostró avergonzada por estos contenidos que el director se empeñaba en defender. Y en mantener, pues aunque la chica As desapareció del papel, continuó apareciendo en la versión digital hasta hace poco.
¿Es de recibo encontrar a la princesa Leonor, futura jefa del Estado, en este contexto sexista y degradante? ¿Cómo podemos justificar el menoscabo de una figura institucional que, únicamente por el hecho de ser mujer, recibe un tratamiento que la reduce a la dimensión sexual? Y no perdamos de vista el agravante: Leonor aún no ha cumplido 18 años. ¿Qué ocurrirá cuando se convierta en mayor de edad?