El príncipe de Gales y su hermano, el duque de Sussex. /
Durante años Harry y Guillermo fueron uña y carne. O al menos eso parecía. El príncipe de Gales y el duque de Sussex pasaron juntos por un proceso complejo que incluía la separación de sus padres (con los ríos de tinta que aquello supuso) y la muerte en trágicas circunstancias de su madre, la princesa Diana . El menor de los hijos de Carlos III fue padrino de boda del mayor, algo que se repitió a la inversa cuando el pelirrojo se casó con Meghan Markle.
Todo parecía fluir entre las dos parejas tan bien que la prensa bautizó al cuarteto (a los tres mencionados añadimos a Kate Middleton ) the Fab Four, o sea, los cuatro fantásticos. Y entonces llegaron los problemas. Aunque, para Harry puede que esos problemas arrancaran mucho tiempo atrás...
El distanciamiento entre las dos parejas comenzó poco después de que la ex actriz norteamericana llegara a la vida de los Windsor Empezaron las tensiones, la rivalidad señalada y aumentada por algunos medios, el enfriamiento del buenrollismo, el Megxit, la salida de los Sussex de la familia real, la entrevista con Oprah Winfrey, su nueva vida lejos del Reino Unido, el documental, el libro… Todo mal.
Meghan y Harry se aislaron cada vez más de la familia del príncipe, al punto que la duquesa se quedó en casa para la coronación de su suegro , una ceremonia histórica seguida por millones de personas en el mundo y que contaba con un reducido número de invitados. Ella podría haber sido una de las elegidas, pero decidió quedarse en su mansión con sus hijos.
Ese desplante y el fugaz paso del propio Harry por la ceremonia más importante en la vida de su padre, la de ser coronado rey delante de la plana mayor de las monarquías reinantes, fue solo la gota que colmó un vaso que estaba ya rebosante hace tiempo. Los intentos de acercamiento entre ambas partes no parecen ser tales aunque de vez en cuando suenan trompetas de un lado y otro: que si la princesa Ana podría servir como bisagra entre ambos hermanos, que si Mike Tindall (integrado en la familia real pero con muy buenas relaciones con los Sussex) podría hacer lo propio… Pero las cosas siguen igual.
Una de las últimas imágenes del los príncipes de Gales y los duques de Sussex juntos. /
Una de las últimas veces que Guillermo y Harry protagonizaron un acto público replicando la cordialidad y camaradería de antaño fue en julio de 2021, cuando inauguraron la estatua en recuerdo de su madre que aquel año habría cumplido 60 años. La imagen, que representa a la princesa con un niño y una niña, está situada en el Jardín Hundido del Palacio de Kensington. Seguramente, esa imagen les trajo vivos recuerdos de su madre, pero también de su infancia. Y ahí es donde, según las palabras del propio duque de Sussex, pudo empezar todo.
El Colegio del Rey de Nuestra Señora de Eton, conocido comúnmente como Eton College, es una de las instituciones educativas más prestigiosas de Inglaterra. Situada muy cerca de Windsor, en él se han formado primeros ministros como David Cameron y Boris Johnson, y miembros de la realeza británica como los príncipes Guillermo y Harry.
Según explica el duque de Sussex en su famoso libro autobiográfico fue ahí donde comenzó el distanciamiento de su hermano que el propio Guillemo propició. En Eton, el príncipe de Gales parecía sentirse como pez en el agua mientras el pequeño Enrique no acababa de encajar. Todos le intentaban animar diciendo que en el mayor encontraría apoyo y consuelo, pero las palabras del futuro rey de Inglaterra no fueron las que esperaba él: «No me conoces. Ni yo a ti». En palabras de Harry, su hermano intentaba desmarcarse de él porque «se estaba forjando una vida propia y no pensaba renunciar a ella».
La princesa Diana junto a sus hijos, Guillemo y Harry. /
Antes de que Harry llegara a Eton, Guillermo llevaba dos años haciendo su propio camino, sin cargas, sin nadie de quién ocuparse o que le importunara: «Ningún hermano pequeño lo acompañaba, lo molestaba con preguntas, empujaba su círculo social. Estaba forjando su propia vida y no estaba dispuesto a renunciar a eso», explica en sus memorias.
«(Guillermo) siempre odiaba cuando alguien cometía el error de pensar en nosotros como un pack… Para él, era un incordio usar la misma chaqueta, los mismos pantalones cortos ajustados que yo. Y ahora, asistir a la misma escuela, era un auténtico suplicio… Le dije que no se preocupara. Olvidaré que alguna vez te conocí. Pero Eton no lo iba a poner fácil. Pensando en ser útiles, nos pusieron bajo el mismo maldito techo», explica Harry en su libro.
Sus intentos por encajar en el nuevo colegio llevan a Harry a raparse la cabeza. Un día, un compañero le dice que su pelo es un desastre y le propone cortarlo para deshacerse de esa «mata de hierbajos», como recuerda en Spare. «No quería rajarme, quería ser un tío guay», confiesa Harry para justificarse. Los mechones rojizos caen al suelo. Cuando se mira al espejo descubre, con horror, su cabeza despelujada. Sus colegas se ríen y la desesperación le precipita a la habitación de su hermano para buscar consuelo, pero solo encuentra risas y reproches: «No deberías haber hecho eso», le dice su hermano,
Durante esos años escolares, las peleas entre ellos son bastante habituales. Harry ha relatado alguna de ellas, viajando con su padre en el coche camino de Escocia. «Empezamos a pelear y pronto estuvimos rodando de un lado a otro, intercambiando golpes», explica. «Papá se salió a un lado de la carretera y le gritó a Guillermo que saliera del coche. ¿Yo? ¿Por qué yo? Se volvió hacia mí, furioso. Sintió que me salí con la mía», recuerda Harry. «Salió del coche y se dirigió al de respaldo con todos los guardaespaldas. Se abrochó el cinturón y la marcha se reanudó. De vez en cuando miraba por la ventana trasera. Detrás de nosotros, podía distinguir al futuro rey de Inglaterra, planeando su venganza».