El príncipe Harry testifica en el juicio contra el tabloide británico Daily Mail / GTRES

Único testigo

Por qué el juicio del príncipe Harry se puede volver contra él: conversaciones con su ex, teléfonos pinchados y la excusa del jet lag

El duque de Sussex está de nuevo en Londres para testificar en el caso contra un grupo editorial. El príncipe Harry les acusa de haber realizado escuchas ilegales.

El príncipe Harry ha vuelto a Londres. Lo ha hecho en solitario y, a juzgar por lo que contaba su abogado, con jet lag. Se ve que los 8.750 kilómetros que separan Los Angeles, donde reside, de la capital inglesa, donde se celebra el juicio en el que testifica este martes, le han pasado factura. Son 10 horas y media de viaje (sin escalas) y ocho de diferencia horaria. En realidad, el duque de Sussex tenía que haber comparecido ayer lunes, pero esa fatiga es la que David Sherborne, letrado de Harry, argumentó para excusar su ausencia.

Es la primera vez que el hijo del rey Carlos III pisa suelo británico desde la coronación de su padre. En aquella ocasión, su presencia fue vista y no vista. Todo en aquel viaje fue de perfil bajo: poco ruido en la llegada, un papel menor en la ceremonia, y vuelta rápida a Estados Unidos para celebrar el cumpleaños de su hijo Archie. Visto y no visto. Tampoco se espera mucho de este regreso en el que lo único que tiene que hacer es personarse en el en el juicio contra Mirror Group Newspapers, editor del periódico Mirror y la revista Sunday People, entre otras publicaciones. No se espera que vea a la familia.

De qué acusa el príncipe Harry al grupo editorial Mirror Group Newspapers

El príncipe Harry sigue haciendo historia, a su manera. Con la visita que hoy ha realizado al Tribunal Superior se convierte en el primer miembro de la familia real en declarar en más de 130 años. Habría que remontarse más de un siglo para encontrar un precedente. Hasta 1891 cuando Eduardo VII tuvo que declarar por un asunto relacionado con juegos de cartas ilegales.

Harry ha llegado relajado, sonriente y con un atuendo formal: traje azul marino y corbata en tonos púrpura. Es el primero de los dos días que el duque de Sussex tendrá que asistir a un juicio al que llegó tarde (debería haber arrancado este lunes, 6 de junio) por celebrar al otro lado del charco el cumpleaños de su hija Lilibet.

Pero, ¿de qué va el juicio del príncipe contra el imperio editorial? Básicamente de haber tenido el teléfono (el suyo y el de gente cercana) pinchado, de haber sido escuchado en conversaciones privadas que no lo estaban siendo y de haber publicado al menos 140 artículos entre 1996 y el año 2010 que contenían información que solo podría saberse a través de esas escuchas ilegales.

El abogado de Harry aseguraba que el teléfono del duque «habría sido pirateado en varias ocasiones». También ha asegurado que el duque (que mantiene otro litigio contra The Sun y al del Daily Mail) no pretende «una vendetta en general contra los medios del Reino Unido». Según palabras de su letrado, lo que pretende el príncipe es aprovechar su fama para llamar la atención sobre una práctica peligrosa, pero al parecer bastante extendida. De hecho, en este juicio, que durará unas siete semanas, también cuenta con los testimonios de cuatro actores, entre ellos Michael Turner y Nikki Sanderson de la famosa serie inglesa Coronation Street.

El príncipe Harry acompañado por su letrado David Sherborne / GTRES

Entre las conversaciones telefónica de Harry, supuestamente escuchadas por los periodistas del MGN, estarían las que mantuvo con su hermano Guillermo (que ahondaron más en sus diferencias) y su expareja, Chelsy Davy. La presunta escucha ilegal de esas charlas derivó en una serie de artículos, que según Sherborne, precipitaron el final de la relación además de propiciarle al príncipe episodios depresivos.

Además, el abogado también ha mostrado artículos sobre la princesa Diana, con información obtenida presuntamente de forma ilegal, y que afectaron a la salud mental del príncipe. Harry acusa a Piers Morgan, entonces editor del Daily Mirror, de ser el principal responsable. «No había límites… Ningún aspecto de la vida del joven príncipe estaba a salvo», aseguraba Sherborne.

Por su parte, la defensa del grupo editorial asegura que toda la información se consiguió por los cauces habituales y ha pedido al juez más tiempo para interrogar a Enrique. Aunque la guerra que el príncipe mantiene con los medios de comunicación británicos no es algo nuevo, muchos han calificado de temerario su presencia en el juicio, ahora que su imagen está más denostada que nunca. De hecho, el último capítulo protagonizado con su mujer, Meghan Markle, en las calles de Nueva York, le ha dejado muy tocados. El episodio pasó, en cuestión de horas, de « persecución de coches casi catastrófica» a un desmentido por parte de la policía de la ciudad.

El portavoz de Harry explicaba que «si bien ser una figura pública conlleva un nivel de interés del público, nunca debe ser a costa de la seguridad de nadie. La difusión de estas imágenes, dada la forma en que se obtuvieron, fomenta una práctica altamente intrusiva, que es peligrosa para todos los involucrados».

La versión de la policía era bien distinta: «El miércoles 16 de mayo por la noche, la policía de Nueva York ayudó al equipo de seguridad privada que protegía al duque y la duquesa de Sussex. Hubo numerosos fotógrafos que hicieron que su transporte fuera un desafío. El duque y la duquesa de Sussex llegaron a su destino y no se informaron colisiones, citaciones, lesiones o arrestos al respecto».

Tendremos que esperar para ver cómo evoluciona el juicio, pero todo parece indicar que podría terminar como el incidente en la gran manzana: mucho ruido y pocas nueces. O como dicen en el imperio británico: «Much ado About Nothing».Eso, y que acabe de apuntalar la (mala) fama que se está ganado el príncipe a este y al otro lado del Atlántico.