UN ESPAÑOL EN LO MÁS ALTO
UN ESPAÑOL EN LO MÁS ALTO
Fue el anfitrión de la despedida de soltero de Pierre Casiraghi, el hijo menor de la princesa Carolina de Mónaco, en 2015, en el casillo de Requesens, en el Empordá, en Girona, pocos días antes de su boda con la aristócrata italiana Beatrice Borromeo. El lugar elegido era de ensueño y muy discreto, mucho más que Ibiza, uno de los lugares preferidos de los hermanos Casiraghi.
Allí se han rodado películas y, en una época, Salvador Dalí quiso comprarlo. A la selecta celebración, en la que no faltaron los alimentos de la zona, como los embutidos y el pan con tomate, asistieron el príncipe Harry y el príncipe Alberto de Mónaco y, según se dice, fue todo un éxito. Aldo Comas tiene buen gusto para preparar fiestas y, además, es uno de los grandes amigos del novio.
Su relación viene de antiguo. Fue compañero de la infancia de Andrea y Pierre: los tres estudiaron en el exclusivo Collège Alpin Beau Soleil, en Suiza. Otro de sus compañeros fue el príncipe Guillermo de Luxemburgo. Junto a Alejandra de Rojas Aldo y su esposa, la actriz Macarena Gómez, fueron los únicos españoles que acudieron a la boda religiosa de Andrea Casiraghi con Tatiana Santo Domingo, celebrada en Gstaad, en 2014. En una puesta en escena de cuento de hadas, con copos de nieve incluidos, Macarena deslumbró con un vestido rojo de Lorenzo Caprile.
Simpático, de gran imaginación y espíritu iconoclasta y excéntrico, Aldo procede de una próspera familia de empresarios gerundenses. Uno de sus tatarabuelos fue uno de los últimos gobernadores españoles de Filipinas, antes de que fuera cedido a Estados Unidos, en 1898.
Su familia tenía perfumerías y su padre gestionaba un negocio de «souvenirs», en el Perthus, un pueblo fronterizo donde la mitad es España y la otra Francia. Perdió a su madre siendo muy niño. Tras pasar por el mencionado internado suizo, terminó el bachillerato en el Instituto Vincenç Vives de Barcelona. Luego acudió a la universidad privada Ramon Llull, donde estudio comunicación audiovisual.
Su trayectoria le ha puesto en contacto con muchos tipos de gente y le ha convertido en un hombre de mundo, con unas grandes dotes para las relaciones sociales. Su contacto con la alta burguesía y aristocracia le abrieron las puertas de las reuniones sociales más selectas. Sus osados estilismos, en la alfombra roja de los Goya y otros eventos sociales, le convirtieron en una estrella cuando empezó a salir con la actriz Macarena Gómez.
Aldo y Macarena se casaron, hace una década, tras conocerse en Buenos Aires, en un bar. Fue el 29 de junio de 2013, en la iglesia de Sant Miquel de Fluvià y, una vez casados, se tiraron en paracaídas. Luego se fueron de luna de miel a Los Angeles y al Sudeste Asiático. La pareja vive en el campo, en una casa en el Ampurdán, tras pasar unos años en Barcelona. Tienen un niño, Dante, de nueve años.
La carrera profesional de Aldo refleja su personalidad inquieta. Es pintor, director de cine, fundó su propia productora cinematográfica –Cilantro Films– y una empresa de paracaidismo (un túnel de viento), en Zaragoza, Skydream Wind Tunnels. Tuvo un grupo de música, San León, que grabó algún disco con el sello Subterfuge.
Él canta y compone canciones y, según la productora, tiene un gran gusto para la música, además de tener un gran sentido del espectáculo. Aldo es también un hombre de inquietudes humanitarias. Al comienzo de la invasión rusa, condujo hasta la frontera con Ucrania para llevar alimentos y otros artículos de primera necesidad.
La pareja se ha dejado ver en numerosas ocasiones junto a los Casiraghi y su entorno más íntimo. En 2015 se unieron a los recién casados Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo en la tradicional Cena de Armadores del Real Club Náutico de Palma de Mallorca. Un año más tarde estuvieron también en la segunda boda del hermano de Tatiana Santo Domingo, Julio Mario Santo Domingo, con Nieves Zuberbühler, que fue de disfraces.
En 2019, la pareja también estuvo entre los invitados a la bosa de CArlota Casuraghi, en la abadía Sainte Marie Pierredon, enclavada en Saint-Rémy-de-Provence, donde Carolina se refugió con sus hijos tras fallecer su marido, Stefano Casiraghi. Los novios organizaron una fiesta de temática gipsy a la que Aldo y Macarena acudieron vestidos de flamencos, con looks de Avellaneda.