Alfonso de Borbón Yordi, de soltero de oro a pareja ejemplar de Eugenia Silva: discreto, padre de dos hijos, dedicado a los negocios familiares y todo un misterio

Alfonso de Borbón fue durante años un solteo de oro, ahora es un padre ejemplar y está dedicado a los negocios familiares.

Elena Castelló
Elena Castelló

Alfonso de Borbón es alto, delgado y atractivo. Su cuerpo atlético, sus casi dos metros de altura, su melena canosa y su barba un punto desarreglada le convirtieron, durante varios años, en un codiciado soltero de oro, pero hoy es un padre dedicado a sus dos hijos y uno de los grandes apoyos de su pareja, la modelo y empresaria Eugenia Silva (que tiene las sandalias de Mango más ponibles) (mentora en el mundo de la moda de Vicotira Federica ). Pero si hay algo que distingue, por encima de todo, a Alfonso de Borbón Yordi es su discreción.

Su padre, Alfonso de Borbón Escasany, es primo en cuarto grado del Rey Juan Carlos, y tataranieto del infante Enrique de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. Mantiene buenas relaciones con el rey Felipe, a pesar de ser familiares lejanos. Su madre, Marisa Yordi, es una conocida relaciones públicas, que trabajó durante muchos años para Loewe.

A sus 48 años, lleva una vida tranquila y estable, volcada en su familia y sus negocios. Nunca ha querido aparecer en los reportajes que Eugenia Silva protagoniza, de vez en cuando, en alguna revista del corazón, aunque no ha tenido problemas en posar junto a su pareja en algunos de los numerosos eventos sociales a los que acuden.

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En su círculo se encuentra el empresari o Rosauro Varo, Marta Ortega Ortega y su esposo, Carlos Torretta, Javier Hidalgo o Samantha Valllejo-Nágera. La última vez que pudimos ver a la pareja junta fue en la boda de Isabelle Junot y Álvaro Falcó , en Plasencia, el pasado mes de abril. También se les ve en la inauguración de la temporada de ópera, en el Teatro Real, o de alguna exposición del Museo Thyssen-Bornemisza.

La relación de Alfonso y Eugenia se consolidó en 2013, después de largos periodos de separación y reconciliaciones intermitentes, y romper definitivamente en 2009, tras una relación de dos años. En esa época, no era raro verles de vacaciones en Ibiza, bañándose en el mar y prodigándose gestos de ternura en sus paseos por las calles de Dalt Vila o mientras hacían la compra en un supermercado.

Eugenia Silva acababa de romper una relación con el escritor Ray Loriga. Tras romper, Alfonso e Eugenia siguieron siendo amigos. En el verano de 2013 se les volvió a ver en varios actos sociales, como la boda de Israel Bayón y Cristina Sainz, el enlace de Adriana Abascal y Emmanuel Schreder o la inauguración del Hotel Finca Cortesín, en Málaga, que reunió a toda la jet del momento. Se habían vuelto inseparables. Se instalaron juntos en Nueva York, donde vivía Eugenia desde hacía varios años, por razones de trabajo.

Tras unas vacaciones en Tailandia y Bali, donde viajaron con sus amigos Amaia Salamanca y Rosauro Varo, nació su primer hijo, Alfonso, y regresaron definitivamente a España. La decisión fue dura para la modelo, que adora la ciudad de los rascacielos, pero quería que su hijo creciera en Madrid y hoy la familia vive una vida tranquila en uno de los más exclusivos barrios de la ciudad, frente al Parque del Oeste.

En los primeros meses, cuando Eugenia viajaba a Estados Unidos por trabajo, Alfonso se quedaba al cuidado del niño. Poco después, llegó su segundo hijo, Jerónimo. A pesar de sus largos años de convivencia, la pareja no tiene pensado casarse. «No lo hemos pensado», asegura la modelo siempre que le preguntan por ello. Pero no parece que la falta de un matrimonio reste estabilidad a su familia. «Alfonso es un señor, un señor estupendo. Sin Alfonso, no podría llevar el ritmo frenético que llevo por mi profesión. Es tierno, atento y muy protector, es un padre excepcional», declaraba hace unos meses a la revista francesa Point de Vue.

Alfonso estudió en Estados Unidos y se dedica a administrar la compañía inmobiliaria que posee su familia, con propiedades en Madrid, Barcelona y Sevilla. Hasta hace un tiempo estaba centrado en el mundo de las telecomunicaciones, con empresas como Teleconnect o Cobra Sky, pero hoy está totalmente centrado en los negocios familiares. Su padre es el mayor accionista de la empresa, el resto es de su hermano Fernando de Borbón Escasany, duque de Sevilla y Grande de España.

La compañía se fundó a finales de los años setenta y, en 2018, sus beneficios alcanzaron casi el millón de euros. Parece que los activos de la empresa –oficinas, locales, comerciales y garages, enclavados en barrios señoriales en su mayoría– superan los 11 millones de euros. Alfonso es un gran consejero de Eugenia, pero cada uno lleva sus asuntos por separado. «Su apoyo es muy importante para mí, me da su opinión, que es muy válida y, como siempre, acertada», decía la modelo en una entrevista.

Alfonso es además, un gran deportista. Participó dos veces en la llamada Marathon des Sables, una durísima carrera que tiene lugar en el desierto del Sahara. Los participantes recorren 250 kilómetros en seis días. Es triatleta: entrenaba para asistir al Ironman, la prueba más exigente del triatlón. En 2015 participó en el maratón de Nueva York, junto con Rosauro Varo.