Era un 27 de agosto de 1999 cuando el primer ministro holandés, Kok, afrontó en la rueda de prensa semanal una pregunta sobre la soltería del príncipe heredero de los Países Bajos, Guillermo Alejandro . ¿ Tiene el príncipe novia? El primer ministro afirmó que no sabía nada del tema y que preguntaría en palacio. Un día más tarde esa consulta ya no fue necesaria: en la fiesta preboda de Vanessa Loudon con Janus Smalbraak, celebrada en Leende, el príncipe había parecido del brazo de una rubia anónima: Máxima Zorreguieta .
Hasta ese momento a Guillermo se le conocían unas cuantas actitudes poco principescas y mal vistas, como su afición por llevar bermudas y la caza, su declarada fobia al trono y los periodistas y su extensa lista de novietas más o menos adecuadas (Paulette Schröder, Claudette Bockstart, Frederique van der Wal, Yolande Adriaansens, Trinette van der Neut, Barbara Boomsma, Emily Bremers…).
En ese listado de futuribles princesas que la reina Beatriz miraba con desdén por considerar un poco demasiado ordinarias, destacaba un nombre que sí le hacía gracia a su majestad: el de Vanessa Loudon.
No deja de ser curioso que ese mismo nombre, que aparecía invariablemente en los titulares de las revistas cuando la vida amorosa del príncipe Guillermo Alejandro parecía estar de capa caída, acabara estando relacionado con la presentación en sociedad de la futura reina Máxima . ¿Pero quién era esta mujer que reveló al mundo el verdadero amor del príncipe?
Vanessa Loudon es hija del diplomático Ronald Henry Loudon y de la baronesa Maria Bentinck van Schoonheden, y lo que es más importante, sus padres eran íntimos de los monarcas holandeses, la reina Beatriz y el príncipe Claus.
El padre de Vanessa Loudon fue un diplomático de carrera que tras casarse con la baronesa emprendió su periplo por el mundo en ciudades como Bangkok, Bonn o Nueva York. En 1986 regresó a Holanda por la puerta grande cuando fue nombrado secretario de la reina Beatriz, cargo que ocupó hasta 1992.
Volvió entonces a su carrera como diplomático y desempeñó el cargo de embajador en Egipto durante años. Cuando se jubiló la reina le distinguió con la Cruz de Honor de la Orden de la Casa de Orange. Todo un privilegio.
Lo que hacía tan fácil a la prensa creer que un matrimonio Vanessa Loudon-Guillermo de Orange sería posible no era sólo que contaba con el beneplácito real y que la chica cumpliera con los gustos del príncipe (alta, rubia, delgada), sino que el apellido de los Orange y los Laudon llevaba siglos unido. Una boda parecía el siguiente paso lógico.
Hacía ya un siglo que el primer Loudon famoso, John Loudon, llegó al palacio de los Orange dispuesto a llevarse bien con la reina Emma (madre de la reina Guillermina) y, de paso, hacer negocios. El rey Guillermo III había fallecido (probablemente de sífilis) y la reina viuda quería acabar con la mala prensa que rodeaba a la dinastía Orange-Nassau. John no sólo le brindó a la reina viuda su apoyo, sino que le propuso crear una compañía petrolera, la Royal Wells, y gracias a esta idea y la explotación del petróleo de Borneo, juntos, Orange y Loudon, se enriquecieron.
El éxito económico de la familia Loudon se convirtió en un pilar en su relación con los Orange: eran tan ricos que sólo ellos se podían permitir decirle a las reinas holandesas las verdades a la cara de vez en cuando. Una labor que contribuyó a que las monarcas limpiaran el nombre de su dinastía, porque sin críticas, no hay avances.
Gracias a esta simbiosis la familia Loudon ha formado parte de todos los grandes eventos reales desde hace 100 años. Fue la familia Loudon, por ejemplo, una de las cuatro familias nobles holandesas que se pusieron a favor del pretendiente al corazón de la princesa Juliana, el príncipe Bernardo de Lippe, cuando su candidatura estaba en entredicho por sus inclinaciones nazis. Aquel apoyo culminó en boda real y muchas décadas después, fue otra Loudon, Vanessa, quién propició otro enlace real, y de paso, una exclusiva en De Telegraaf.
La publicación holandesa publicó un amplio despliegue cubriendo el enlace entre Janus Smalbraak y Vanessa Loudon. Pero lo verdaderamente interesante era que el príncipe había acudido a la boda acompañado de una mujer rubia, vestida de negro, argentina, que bebía vino tinto y parecía conocer y llevarse bien con la novia.
Ante semejante noticia el resto de medios se pusieron a trabajar contrarreloj para descubrir la identidad de la misteriosa partenaire del royal a la que el redactor del Telegraaf había identificado erróneamente como «señorita Herzog».
Finalmente fue la corresponsal en Brasil de Volkskrant, Ineke Holtwijk, quién se dedicaría a remover cielo y tierra para conocer la identidad de la argentina. Cuando estaba a punto de rendirse un empresario argentino le confesó que la pareja había estado recientemente junta en la estación de esquí de Bariloche y que la señorita Herzog se apellidaba, en realidad, Zorreguieta. El resto, es historia.
20 de enero-18 de febrero
Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más
¿Qué me deparan los astros?