Por qué Carla Royo-Villanova es nuestra royal más completa: princesa, escritora, viajera, empresaria (y se casó antes que nadie vestida de Caprile)

La princesa Carla de Bulgaria, como la conocen fuera de nuestra fronteras, puede presumir de ser una royal polifacética: escritora, viajera, empresaria y descubridora de tendencias.

Carla Royo-Villanova y el príncipe Kubrat. / Gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

La boda de Mafalda de Bulgaria, hija de Rosario Nadal y el príncipe de Preslav, Kyril de Bulgaria , nos ha dado la oportunidad de redescubrir a una de las royals más completas que transitan por tierras españolas (y de las más discretas): Carla Royo-Villanova, la esposa del príncipe Kubrat (hijo de Simeón de Bulgaria).

Entre sus múltiples facetas, la princesa no solo es princesa, también tiene una carrera como escritora, viajera, bloguera... La única etiqueta que ya no puede lucir es la de empresaria en el mundo de la cosmética: desafortunadamente su empresa se fue al traste durante la pandemia. Tras una visita a Bulgaria y descubrir las bondades dermatológicas del agua de rosas realizada con la rosa damascena que se cultiva en aquel país, en 2008 Carla Royo-Villanova decidió sacar al mercado su propia línea cosmética.

Si alguien pensaba que por pertenecer a la aristocracia montar su negocio propio le sería más sencillo a la princesa que al resto de nosotros, se equivocaba: Carla Royo-Villanova hipotecó la casa familiar para crear Carla Bulgaria Roses Beauty y la pandemia finiquitó ese sueño, en diciembre de 2021 confesó haber agotado el «pulmón económico» y tras casi 13 años de batallar en el mundo de los negocios se tuvo que despedir de este proyecto.

El cierre de su firma cosmética confirmaba lo mismo que ella misma confesaba entrevista tras entrevista: a pesar de ser una royal, tanto ella como su familia vivían con los pies en el suelo. «Nosotros vivimos del sueldo de mi marido como cirujano y de los pocos beneficios de mi empresa. Los comienzos no fueron fáciles, la vida de un cirujano es muy sacrificada siempre. Pero pasar dificultades juntos nos ha unido mucho más», explicaba en una entrevista.

Si su estatus como empresaria ha cambiado su relación con Kubrat ​Sajonia-Coburgo-Gotha, tercer hijo de Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo , príncipe de nacimiento y cirujano de formación, también lo ha hecho, pero para mejor: son una de las parejas más estables de los royals europeos. Su boda en 1993 incluyó destellos de novedades en el habitualmente rancio panorama de la aristocracia incluyendo a la novia vistiendo por primera vez en una ocasión con tanta prensa pendiente un vestido con corpiño diseñado por Caprile.

Kubrat y Carla se conocieron muy jóvenes (él tenía 19 años y ella 16) en el pantano de San Juan, pero desde ese primer encuentro no se separaron. «El amor va creciendo cada día -confesó Carla Royo-Villanova a la prensa-. Cuando conocí a Kubrat yo era muy jovencita y tuvo mucha paciencia conmigo. Fue mi primer novio, yo jamás había estado con otro chico y él demostró que me quería muchísimo. Después, todo ha ido a mejor». Incluido en ese «a mejor» seguramente estén incluidos los tres hijos de la pareja: Mirko (que ya ha cumplido 27 años, ha estudiado medicina como su padre y es el heredero del título de príncipe de Panagiuristhe), Lucas (de 24 años que también se forma como médico en la Universidad de Navarra) y Tirso (el menor de todos que tiene 20 años).

Además de su aventura empresarial Carla Royo-Villanova ha demostrado ser una viajera incansable (ha llegado a declarar que en los últimos 10 años no ha pasado más de 15 días seguidos en su casa), ha trabajado como relaciones públicas de Pedro del Hierro, se formó como decoradora de interiores y es una pionera en las publicaciones sobre estilo de vida. Además tiene una sólida carrera como escritora con obras en las que habla de la maternidad, el optimismo, el Pilates... y, como no, explicando cómo debemos vestir y comportarnos en sociedad, que para algo es princesa aunque no presuma de ello.