Quién es Sofía de Bulgaria, la princesa discreta e hija ideal que hubieran querido las infantas Elena y Cristina

La nueva generación de 'royals' europeos suele saltar a las portadas con ocasión de bodas, looks o decisiones inesperadas, como dedicarse a la canción, rodar una película o hacerse influencer. Ya no existe destino adecuado para las jóvenes aristócratas, aunque sus madres no terminen de aceptar las profesiones plebeyas de sus hijas. En España tenemos dos ejemplos en curso: la discutida carrera en la moda de Victoria Federica y la supuesta decisión de Irene Urdangarin de seguir los pasos de su prima. No tanto por dedicarse a la moda, sino por dejar de cultivarse con una formación universitaria importante.

La ausencia de mundo, también de mundo intelectual, de estas jóvenes 'royals' sale a relucir en cuanto deben contestar a las preguntas de la prensa, algo de lo que huyen a toda velocidad. Son famosas las carreras de Victoria Federica para evitar a los periodistas en los eventos, sabedora de que no hay retoque posible cuando a una le enchufan la alcachofa.

Lógico que la infanta Cristina , conectada a los destinos del mundo gracias a su trabajo para la Fundación La Caixa, quiera para su hija algo más que producir posados. Irene, de momento, se ha negado a cursar estudios superiores. Parece que su prima no ha terminado la carrera de Marketing y Comunicación que comenzó.

Si el ejemplo de Victoria Federica está pensado de más en las elecciones de la hija menor de la infanta Cristina, bien puede esta señalar otros ejemplos en una familia que los Borbón conocen muy bien: la familia real de Bulgaria. Podríamos hablar de Mafalda Sajonia Coburgo, la hija cantante de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, estudiante Cum Laude en el Berklee College of Music (Boston), probablemente la escuela de música más prestigiosa del mundo. O de su prima Sofía, hija de Constantino de Bulgaria y María García de la Rasilla, probablemente el tipo de princesa ideal que Elena y Cristina hubieran querido tener como hija.

Los tres hijos del rey Juan Carlos y la reina Sofía conocen perfectamente bien a la tercera generación Bulgaria. De hecho, el rey Felipe es padrino de Sofía Sajonia Coburgo (24 años), la princesa que mejor ha conjugado el peso de la historia que conlleva su apellido con las aspiraciones que impone el siglo XXI. Recordemos que su padre Constantino y el monarca han compartido vacaciones en Marivent y Baqueira: solo se llevan un año. También es importante señalar que la reina Letizia, poco dada a amistades con aristócratas , y María García de la Rasilla tienen una buena relación. Tanto es así, que Constantino es padrino de la infanta Sofía.

El trayecto formativo de Sofía de Bulgaria puede compararse al de otras jóvenes de la élite empresarial, financiera y aristocrática del país, incluidas Victoria Federica e Irene Urdangarin . Acudió junto a su hermano Umberto al Liceo Francés de Madrid, aunque los últimos cinco años de formación obligatoria transcurrieron en el Runnymede College, un colegio británico situado en el barrio de la Moraleja al que acudieron los hijos de David Beckham, los de Cayetano Martínez de Irujo o los de Luis Figo.

Aún en el Bachillerato, Sofía de Bulgaria comenzó a acercarse a dos prestigiosas universidades para realizar algunos programas de verano: en Brown (Rhode Island) relacionados con la oratoria y el teatro; en Georgetown (Washington) superó el programa que permite cursar estudios superiores en los mejores centros internacionales. Evidentemente, en su casa se respiraba la exigencia intelectual, aunque finalmente la nieta del rey Simeón decidió acudir a la École Hôtelière de Lausanne, en Suiza, precisamente el centro que esperaba acoger a Irene Urdangarin.

En realidad, no conocemos si la ausencia de Irene Urdangarin en esta prestigiosa escuela tiene que ver con sus deseos de no iniciar aún estudios universitarios o si no superó las pruebas de acceso. Sea como fuere, Sofía de Bulgaria terminó su grado de International Hospitality Management en 2022 y recibió su diploma en una ceremonia a la que asistieron sus padres. Quizá la infanta Cristina y su hija estuvieron invitados a aquel evento y allí surgió la idea de que Irene cursara este tipo de formación.

El despegue profesional de Sofía de Bulgaria desde su misma entrada en esta escuela fue extraordinario y, sin duda, habría de animar a la infanta Cristina a soñar con este tipo de carrera para su hija. Aún como estudiante, la hija de Constantino y María García de la Rasilla hizo prácticas en el hotel Villa Magna de Madrid y en el Yatch Club de Mónaco. Después de graduarse pasó a desempeñarse en el mundo de la relojería exclusiva y la joyería. Ya estaba en el corazón del lujo del mundo de la moda.

Desde hace medio año, Sofía Sajonia Coburgo vive y trabaja en París, la capital de la alta costura mundial y el destino soñado de cualquier amante de la moda que se precie de tal. La inteligencia de cada uno de los movimientos de su meteórica carrera, impulsada sin duda por un apellido 'royal' y una formación exquisita, parece una actualización de la de Simoneta Gómez Acebo , ejecutiva en Cartier durante tres décadas. La tía de Victoria Federica e Irene Urdangarin pudo ser un ejemplo para ambas. Ahora pueden ver en Sofía de Bulgaria hasta dónde les puede llevar su apellido.

La princesa Sofía trabajó en París para la firma Van Cleef & Arpels y, al poco tiempo de llegar a la capital francesa, fichó por Boucheron, una de las firmas del lujo del grupo Kering. Tiene, sin duda, mucho por progresar en el exigente mundo de la joyería más exclusiva, pero ya posee todas las características que le permitirán convertirse en una ejecutiva de prestigio. Algo mucho más atractivo a largo plazo que invertir el tiempo de juventud en posar para fotos publicitarias, sobre todo porque después de los 30 poco interesan ya las jóvenes de la realeza.