ADIÓS A LA ERA URDANGARIN

Cristina comienza su nueva vida de divorciada: nueva compañía en Ginebra y a la espera del anuncio de boda que no ha podido evitar

La infanta Cristina comienza 2024 soltera y sin compromiso a la vista. Su nueva vida de divorciada pasa por un nuevo compañero en su casa de Ginebra y un anuncio de boda que desestabilizará a toda la familia.

La infanta Cristina comienza este 2024 con los papeles del divorcio ya firmados. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Todo ha terminado y, a la vez, todo empieza para la infanta Cristina, divorciada desde hace varias semanas de Iñaki Urdangarin. La fase final del acuerdo de divorcio se firmó en secreto y ante notario, en el que podría ser el último y doloroso encuentro cara a cara de la pareja. El futuro inmediato de Urdangarin está bastante claro, por mucho que le pese a Cristina de Borbón. El 2024 se proyecta complicado para la hija menor de los eméritos.

Si Cristina se refugia en su profesión y su retiro ginebrino, Iñaki Urdangarin da los últimos pasos hacia la estabilización de su nueva vida sentimental. De momento, se ha mudado con Ainhoa Armentia a un piso situado en la misma urbanización en la que vive Claire Liebaert, su madre. Hace algunos días, esta desveló ante las cámaras de televisión cuál era su deseo más anhelado para su hijo: «Lo único que quiero es que tenga trabajo».

El trabajo es lo único que se le resiste a Iñaki Urdangarin, aunque el acuerdo de divorcio con la infanta Cristina podría impedir que pase apuros económicos por su inactividad profesional. No ha trascendido que exista una suma de compensación al ex olímpico por parte de la hermana menor del rey Felipe VI, pero son muchas las voces que no duda de que exista. Pilar Vidal, jefa de la sección gente en ABC, es una de ellas. «No me puedo creer que no exista compensación. Cualquier pareja de a pie la pacta», ha explicado en 'La Roca'.

Sea como fuere, lo evidente es que Iñaki Urdangarin se desliza suavemente hacia una nueva vida, tranquila y sin sobresaltos, en Vitoria, mientras que la infanta Cristina se aclimata a su nuevo estado civil de divorciada en Ginebra. Sabemos que esta circunstancia es un trago para la ex duquesa de Palma, quien jamás contempló que su matrimonio no fuera para-toda-la-vida. Su nueva vida de divorciada será más difícil que la de su hermana, la infanta Elena. Sufre una desventaja clara: vive a cientos de kilómetros de su familia.

Cristina no tiene que estar sola en Ginebra

A nadie se le escapa la difícil situación afectiva que vive la infanta Cristina, alejada de su círculo íntimo de amigos españoles, de su madre, su hermana y sus primas y, además, por primera vez lejos de su hija, Irene . La joven ha estado viviendo en España en los últimos meses, antes de partir para Camboya donde ha iniciado una estancia de cooperación. Durante algunas semanas, Cristina estuvo sola en su casa de Ginebra. Las últimas noticias sobre su nueva vida de divorciada hacen pensar que, como suele suceder, se le cayó la casa encima.

Tal y como revela 'Vanitatis', hoy sabemos que Miguel, el hijo más esquivo de la infanta, se ha trasladado a Ginebra para vivir con su madre en esta nueva etapa. La infanta Cristina no está ya sola en Suiza, sino acompañada por el joven de 22 años y recién licenciado en Biología Marina. Evidentemente, no parece que sea la inexistente costa suiza la que atraiga al biólogo en ciernes, sino más bien apoyar a su madre en un trance sentimentalmente difícil.

Miguel Urdangarin, en una foto reciente. / gtres

No es el mejor momento para que la infanta Cristina se quede sola en Ginebra, sin apoyo directo de sus padres, amigos e hijos. No solo por el conocido síndrome del nido vacío, especialmente doloroso para una mujer que disfrutó al máximo una ideal y unida familia numerosa. El 2024 que la hermana menor del rey Felipe VI tiene por delante se anuncia especialmente duro, pues es probable que durante su curso se anuncie la esperada boda de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia. Unas nupcias que asolarán definitivamente el ánimo de la infanta.

La vigilancia sobre la infanta Cristina solo puede aumentar durante el año que tenemos por delante. En su próxima visita a España será noticia si la recién divorciada continúa llevando su anillo de casada , una joya de la que no ha querido desprenderse hasta la fecha. Se interpreta como un símbolo de su inextinguible compromiso sentimental con Iñaki Urdangarin y una evidencia de la tragedia con la que vive su separación.

La infanta Cristina quizá no retome su vida sentimental

Ahora que los vínculos legales se han disuelto, cabe esperar que la pieza vuelva al joyero. Si no fuera así, la triste figura de la infanta Cristina se tornaría aún más dramática, alejando además la posibilidad de que pueda rehacer su vida con una nueva pareja sentimental. Eso es algo que entra en las quinielas de los cronistas reales, aunque también sucedió así en el caso de la infanta Elena y jamás supimos de ninguna relación afectiva después de su ruptura con Jaime de Marichalar.

Sea como fuere, la esperada firma del divorcio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin termina con lis impedimentos para volver a casarse del ex deportista. Los observadores atentos de la nueva pareja VIP de Vitoria apuestan por un anuncio nupcial próximo, para este mismo año. Solo podría disuadir a la pareja una petición de Claire Liebaert, aún muy cómplice de Cristina de Borbón y, supuestamente, no tan afín a la nueva pareja de su hijoi