La reina Letizia, durante su viaje de cooperación a Haití. /
Arranca una semana intensa para la reina Letizia . En los próximos tres días, del 12 al 14 de junio, se desplaza hasta Colombia para conocer el trabajo que la Cooperación Española desarrolla en esta país en varias áreas que incluyen la erradicación de la pobreza, la igualdad de género y el crecimiento económico inclusivo y sostenible.
La reina tomó el testigo de doña Sofía en los viajes de cooperación que realizaba la mujer del rey Juan Carlos una vez este abdicó en junio de 2014. Una labor por la que es ahora aplaudida, pero que no empezó con buen pie, a priori, por algo que podría parecer insignificante, pero no lo fue: su primer estilismo.
No era fácil para la reina Letizia asumir este reto, pues doña Sofía , su suegra, había dejado el listón muy alto, pero ella supo coger las riendas enseguida, pese al pequeño revés inicial. Su primera cita en Tegucigalpa, fue una cena celebrada en la residencia oficial del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y su mujer, Ana Rosalinda García.
Para la ocasión lució un espectacular vestido de Felipe Varela, muy apropiado para una alfombra roja, pero muy cuestionado en ese momento. Sin embargo, de esa primera toma de contacto nos debemos quedar con las palabras que pronunció en el brindis, toda una declaración de intenciones.
«No saben la ilusión que me hace poder compartir con ustedes esta nueva experiencia de mi implicación directa con la cooperación española para el desarrollo«, que servirá para «contribuir en la lucha contra la pobreza y en favor de la prosperidad».
En diciembre de 2017 llegó su segundo viaje de cooperación, en este caso a Senegal, y el vestuario quedó relegado a un segundo plano. La propia reina Letizia explicaba su labor y pretensión con estas iniciativas y el mensaje llegó mucho más claro: «Mi labor es la de dar visibilidad a la cooperación. Tanto la que hacen el Gobierno y el Ministerio como las que realizan las ONG impulsadas por los ciudadanos españoles».
Sus looks en esta ocasión eran más de corte ejecutivo, muy diferentes a los de la reina Sofía, quien realizó una treintena de viajes desde 1997, más en la línea de cooperante. Cada una con su estilo supieron y han sabido realzar y potenciar el trabajo de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo.
El tercer viaje nos ofreció la versión más humana y tierna de la reina. Doña Letizia estuvo entre el 20 y el 24 de mayo de 2018. Fue en este segundo país donde se vieron unas fotografías en las que se percibía la enorme emoción de la mujer de Felipe VI al visitar, acompañada por la primera dama del país, Martine Moise, el Centro Educativo de las Hermanas de San Vicente de Paúl, donde las pequeñas alumnas estaban fascinadas por la reina.
La reina durante su viaje a Mozambique. /
El viaje que realizó entre los días 28 y 30 de abril de 2019 a Mozambique marcó un punto de inflexión en esta actividad de la reina Letizia, pues llegaba después del ciclón Idal, que generó enormes daños materiales y, sobre todo víctimas. Solo en este país, alrededor de mil. Y cuando llegó la reina todavía el futuro metereológico inmediato era incierto.
Fue en esta ocasión cuando vimos por primera vez a doña Letizia con el chaleco de Cooperación Internacional, que le acarrearía críticas en 2021 en Paraguay, justamente por motivos opuestos al vestido de Felipe Varela en su primer viaje de cooperación.
Un año antes, en diciembre de 2020, en plena pandemia, la reina Letizia regresaba a Honduras, donde volvió a lucir el chaleco de cooperante, para hacer entrega de ayuda humanitaria al país, después de las tormentas tropicales Eta e Iota, que costó unas doscientas vidas en Centroamérica y provocó enormes daños materiales. En las imágenes, por cierto, veíamos a la mujer de Felipe VI con la preceptiva mascarilla quirúrgica.
Como ya avanzábamos, en el viaje celebrado entre el 2 y el 4 de noviembre de 2021, la reina Letiza fue criticada por el chaleco de cooperante. La diputada paraguaya Celeste Amarilla, durante una sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, afirmó, aparentemente ofendida: «Señora Letizia, merecíamos uno de los vestiditos que usted tiene en su closet, no el chaleco que usaban su guardia y su secretaria».
Doña Letizia durante su viaje de colaboración a Paraguay con el criticado chaleco. /
No se quedó sin respuesta, Fabricato Uniformes viralizó en Twitter un mensaje para desautorizar a la diputada: «Diputada, con todo el respeto que su persona merece. El chaleco de cuarta como usted dice, fue fabricado por nuestra empresa a pedido de la Cooperación Española. Una pyme nacional. Si usted quiere un vestido se le puede comprar con el buen salario que gana».
Prueba del compromiso cada vez mayor de la reina Letizia es también los destinos elegidos. El último viaje hasta la fecha fue el realizado a la república islámica de Mauritania entre el 31 de mayo y el 2 de junio, en unas condiciones, además, bastante adversas. En la última jornada de su visita fue sorprendida por una enorme tormenta de arena de enorme magnitud, pero no logró que cancelase o posponiesen sus planes.
La reina Letizia con el chaleco de la Cooperación Internacional en Mauritania. /
Los viajes de cooperación tienen una gran trascendencia como nos explica David Álvarez Rivas, profesor CCINF y expresidente de la Coordinadora de ONGD: «Además de hablar de la reina como cooperante, es importante que las instituciones apoyen políticas públicas que traten de conseguir que los países del sur y países con los que colaboramos a través de Ayuda al Desarrollo consigan sus propias capacidades, que se invierta en proyectos de capacitación, de proyectos de instituciones en países de América Latina y África, donde la colaboración española tiene décadas de tradición e implatación».
David subraya además la labor que han realizado las dos reinas: «Ya era un papel que desempeñaba la reina emérita. Doña Sofía era una de las valedoras de la cooperación española, sobre todo en Centroamérica y América Latina. Hay muchas referencias e imágenes avalando sus proyectos. La reina Letizia es también una buena embajadora. La institución, la Jefatura de Estado, apoya esas políticas de estados modernos, donde la cooperación no es una cuestión de voluntarismo sino que entra dentro de las relaciones internacionales y de política exterior. Me parece fundamental que se de imagen de que se colabora con países en vías de desarrollo, para que por sí mismos y con sus propias capacidades apuesten por colaborar y por tener unos lazos fuertes«.