El incierto futuro de Tatiana Blatnik tras su divorcio de Nicolás de Grecia: ¿seguirá siendo princesa?

Las relaciones sentimentales en el seno de la Familia Real helena vuelven a ser centro de atención. Si primero era Olympia de Grecia la que se dejaba ver con un misterioso millonario argentino mientras su tía, la princesa Teodora sigue tratándose de casarse con Matthew Kumar (¿a la cuarta irá la vencida?) hace tan solo unos días conocíamos una triste noticia. El príncipe Nicolás de Grecia se separaba de su mujer, Tatiana Blatnik , tras catorce años de matrimonio, para gran disgusto de Marie-Chantal Miller, que era la que les había presentado.

La inesperada noticia, pese a que los rumores de crisis habían rodeado a la pareja en algunos momentos, ha suscitado la pregunta de si Tatiana, nacida en Venezuela, seguirá siendo princesa tras su separación. Los cónyuges no suelen conservar sus títulos tras una ruptura matrimonial, como fue el caso de Tessy Antony de Nassau, antigua princesa Tessy de Luxemburgo, que se divorció del príncipe Luis en 2019. O, sin ir más lejos, en el caso de Iñaki Urdangarin y Jaime de Marichalar cuando se separaron de las infantas Cristina y Elena.

Pero todo indica que con Tatiana, el caso será diferente. Según publicaba la edición griega de la revista 'Hello!', este medio había recibido confirmación directa de la Familia Real griega de que la venezolana conservará el título de princesa una vez finalizado el divorcio de la pareja.

El príncipe Nicolás, de 54 años, y la princesa Tatiana, de 43, decidían emprender caminos separados más de veinte años después de que se conocieran en 2003, durante unas vacaciones de esquí en Suiza. En un comunicado, la casa real anunciaba que ambos royals «tras catorce años de convivencia, han decidido disolver su matrimonio. Ambos expresan la dificultad de esta decisión, el profundo aprecio y respeto que se tienen, pero también el amor con el que han caminado todos estos años».

«Los mismos valores de respeto y comprensión constituirán la base de su relación en el futuro, una relación de profunda y sincera amistad. Seguirán viviendo y trabajando en Grecia, un lugar en el que ambos se sienten como en casa. La familia estará siempre a su lado«, añadía el texto, agradeciendo de antemano el »respeto y discreción« en este momento complicado para la familia.

El príncipe Nicolás, tercer hijo del difunto rey Constantino de Grecia y de su viuda, la reina Ana María, empezó a salir con Tatiana Blatnik a principios de la década de 2000. La princesa, nacida en Caracas y criada en Suiza, estudió en el Aiglon College y más tarde en la Universidad de Georgetown, en Washington, la misma a la que acudió el entonces príncipe Felipe entre 1993 y 1995. Antes de convertirse en royal, trabajó como organizadora de eventos para la diseñadora de moda Diane von Furstenberg .

Nicolás y Tatiana fueron fotografiados juntos por última vez en Windsor el pasado mes de febrero, cuando asistieron al funeral por el rey Constantino en la Capilla de San Jorge . A ellos se les unieron numerosos miembros de las familias reales británica, griega y española. El último cabeza de la desaparecida monarquía griega falleció a la edad de 82 años en enero de 2023, tras sufrir problemas de salud durante los últimos años de su vida.

Más allá de que conserve su título, la afirmación del comunicado de la Familia Real sobre que Tatiana continuará trabajando y viviendo en Grecia –donde se instaló definitivamente en 2013– se contradice con muchas de sus afirmaciones en el pasado sobre lo mucho que le había costado adaptarse al país y la vida royal.

Se dice que la venezolana nunca se sintió completamente a gusto en el país y se sentía más cómoda vistiendo sus vaqueros y zapatillas de deporte que con la tiara y los vestidos de gala. Ya en su boda, con notable asistencia de miembros de la realeza de toda Europa y que fue descrita como «'Mamma Mia', pero con aristócratas», la sencilla Tatiana ya parecía en desacuerdo con la excesiva extravagancia del momento, y pidió a los nobles invitados presentes que cambiaran sus trajes de etiqueta por caftanes y sandalias.

Poco después de casarse, admitió en una entrevista con 'Vogue': «No me siento como una princesa. No siento que me haya casado con un príncipe, con un título. En realidad, sí, es mi príncipe, pero nada más». La aristócrata no hablaba griego y contó a la revista sus sensaciones al llegar al país, que ya dejaban entrever lo incómoda que se sentía. «Recuerdo que cuando llegamos en coche, parecía que todo el mundo viajaba en dirección contraria».

«Llevo una vida muy sencilla. Trabajo, voy al supermercado, cocino, paseo a mi perro y el pueblo griego me ha acogido como a cualquier otra persona», añadió entonces. Tatiana intentó integrarse en la vida del país, colaborando con una organización benéfica y publicando un libro de cocina titulado 'El sabor de Grecia', además de esforzarse por aprender el idioma. Con el tiempo, dijo que se sentía más cómoda en el país. La pareja no llegó a tener hijos.