Si la moda es el destino de Victoria Federica de Marichalar y Borbón , su nicho va a ser la viralidad. Por mucho que su padre, Jaime de Marichalar , pretenda llevarla por el gélido camino de la alta costura y el gran lujo, lo cierto es que las imágenes que trascienden de la hija pequeña de la infanta Elena son las que añaden alguna polémica al estilismo. Es algo que han fomentado las mismas revistas que tan cuidadosamente han elegido padre e hija: sus dos posados han sumado motivos ajenos a la moda para impactar. Moraleja: el peso fashionista de Victoria Federica es limitado.
Aunque en el territorio Instagram puedan circular los looks de Victoria Federica con más o menos éxito, las imágenes de la hija de la infanta Elena que rompen internet no pesan tanto por la moda como por las circunstancias. En unas, el homenaje a su madre es evidente, robándole aquel glamour cien por cien español que inventó Jaime de Marichalar expresamente para ella. En otra, es toda la iconografía ecuestre la que impacta: la cita a los retratos ecuestres de Velázquez que cuelgan en el Museo del Prado, una alegoría del buen gobierno de los reyes españoles, es obvia.
La última foto viral de Victoria Federica, otro look que trasciende por razones ajenas a la moda, no ha sido orquestada por una 'intelligentsia' amiga, sino por la inexperiencia, la falta de profesionalidad o la mala suerte. Incluso puede que por una combinación de ambas. La hija de la infanta Elena acudió a la gala benéfica Starlite, en Marbella, con el mismo vestido que la icónica vecina marbellí Gunilla von Bismarck. Una coincidencia fatal.
Aunque hay quien puede pensar que se trata de una coincidencia orquestada, esta teoría de la conspiración resulta demasiado estrambótica, sobre todo porque parece que Victoria Federica se llevó un disgusto enorme (y se enfadó muchísimo) al comprobar que ella y Gunilla llevaban el mismo vestido de la firma italiana Amen. Puede que Vic se pirre por romper internet a los Kardashian, pero no hasta según qué extremos.
Parece que la aristócrata alemana y reina de Marbella se había comprado el vestido de lentejuelas de colores hacía algún tiempo y que este dato se le escapó a la estilista de Victoria Federica y, quizá, a ella misma. Tampoco la marca acertó a advertir a la sobrina de los reyes felipe y Letizia que su look ya tenía una dueña famosa. La maniobra publicitaria les salió perfecta.
Muchos se han extrañado ante la coincidencia de gusto de Victoria Federica (22 años) y Gunilla von Bismark (72). Sin embargo, no es difícil detectar en el estilo de la hija menor de la infanta Elena cierto tono retro que tiene que ver tanto con el espíritu de la moda en el siglo XXI, entregado totalmente al revival y a la revisión de archivos, como al propio gusto de Vic.
Las voces más críticas con el estilo de Victoria Federica han señalado que la joven no viste acorde con su edad, sobre todo en las citas de alfombra roja españolas, bodas de amigas y posados nacionales donde elige unos vestidos largos más propios de señoras que de jovencitas. Por ejemplo, el vestido de terciopelo azul diseñado por Lorenzo Caprile. Nada que ver con el look de Vic cuando trabaja para marcas foráneas: la influencer brilla mucho más vestida de Off White o de Dior.
Sin embargo, no es esa falta de criterio la que explica la coincidencia del gusto de Gunilla von Bismark y Victoria Federica, dos mujeres tan diferentes en edad, estilo y temperamento. Encontramos cierta comunión entre ambas en una silueta, el vestido ajustado, con manga larga y falda tubo, en la que la hija de la infanta Elena insiste una y otra vez: es su favorita.
A esa silueta claramente longilínea, que subraya al máximo la altura y la delgadez de Victoria Federica, se añade el toque retro que tanto abraza la moda y que forma parte de la biografía de Gunilla von Bismark: los años 70. De hecho, Gunilla y Victoria Federica citan a un icono de estilo que bien puede ser una inspiración para Vic: Cher.
La Cher de los años 70 puede servir de idealización de la actual Victoria Federica, pues comparten bastante señas de identidad de su físico y, de hecho, Vic trata de sacarle partido de una manera bastante parecida a la que encontró Cher. Eso sí: la cantante y actriz puede echar mano de muchos más recursos que la nieta de los reyes eméritos, a la que siempre se va a mirar con lupa si se excede con las lentejuelas, las plumas o las transparencias.
Sea como fuere, el vestido que eligieron tanto Gunilla von Bismark como Victoria Federica podría estar perfectamente en el armario de Cher en los años 70, en los años 90 o hoy mismo. Queda en el aire si este estilo retro y atrevido que dirige la mirada a la silueta de modelo de la hija de Jaime de Marichalar es el ideal, o funcionan mucho más las referencias castizas a los clásicos españoles, inspirados en la infanta Elena. Nosotras lo tenemos claro: nos aburre verla con el mismo vestido ajustado. Necesitamos más moda ya.
20 de enero-18 de febrero
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