Entresvista exclusiva

Hablamos con Sami Hayek, el hermano artista de Salma Hayek: «Crecimos de una manera muy libre y convivimos con todo el mundo»

El hermano de la actriz Salma Hayek ha presentado con gran éxito su primera exposición, Frequency, en Christie's en Los Angeles.

Sami Hayek, en su exposición en Los Angeles. / Hayek studio/ Mason Kuehler

Juanra López
Juanra López

Sami Hayek ha dado un paso al frente. El artista inauguró el pasado 3 de noviembre en Christie's, en Beverly Hills, Los Angeles, su primera exposición, Frequency, que estará abierta al público hasta el 7 de diciembre. No faltó a este evento su hermana Salma , nominada a un Oscar por Frida y una de las figuras mexicanas más universales, lo que pone de manifiesto su excelente relación.

«Desde chicos siempre nos hemos apoyado en todo lo que hemos hecho -explica Sami Hayek- y esta no es la excepción. De hecho, ella fue la primera persona que me dijo que no era un diseñador, que era un artista. Siempre ha existido esa comunicación y ese apoyo mutuo, ese punto de referencia en general. Existe esa relación de estar en la esquina de cada quien, yo estoy en tu esquina, tú estás en la mía. Es algo que es extensible a mis padres o a mis primos. Hemos tenido la suerte de tener una familia con la que se puede contar. Se me hace muy bonito y me siento muy afortunado. No debería sentirme afortunado, debería ser lo normal».

Sami, que se llama como su padre, de origen libanés, vive y trabaja en Los Angeles, pero la mayor parte de su familia sigue viviendo en su país natal, al que sigue muy arraigado, no solo por sus recuerdos sino también por sus vínculos personales y profesionales: «Casi toda mi familia está en México. Mi hermana vive en Londres, pero procuramos vernos lo más posible», nos dice el artista, cuyas obas están a la venta en la web de Hayek Studio.

Licenciado en Diseño Ambiental, Arquitectura y Diseño Industrial en el Art Center College of Design, Sami cosechó un enorme éxito en la inauguración, a la que no solo asistió su hermana Salma sino también algunas figuras muy importantes de Hollywood como Sofía Vergara , Demi Moore y Anthony Hopkins : «Afortunadamente tengo una relación muy bonita con toda la gente que fue. En el caso de Demi Moore o de Sofía o del señor Anthony Hopkins es gente a la que quiero y admiro. Han sido muy importantes en mi vida. No fueron ahí porque son celebridades para adornar el evento. Por ejemplo, Anthony Hopkins es una persona a la que no veo frecuentemente, pero que en los momentos duros ha estado ahí, como una roca para mí. Fue un súper bonito detalle que viniera a la exposición porque sé que no va a muchas cosas».

Anthony Hopkins y su mujer, Stella Arroyave, con Demi Moore y Salma Hayek en la inauguración. / Hayek studio/ Mason Kuehler

El artista nos atiende telefónicamente desde Los Ángeles, a las ocho de la mañana, hora local, y muestra entusiasmo no solo por el éxito de esa gran velada artística sino también por el cariño de quienes le rodean: «Soy muy afortunado de tener gente de todas partes y de todas las índoles que están presentes, que si les llamo están. Es algo de lo que estoy muy orgulloso. Más que del trabajo, de la gente que tengo en mi vida. Me dio igual gusto ver a gente reconocida públicamente como las que mencionas que a las personas que me ayudaron a fabricar las piezas y son técnicos en un taller».

Y añade: «Ahora de grande me doy cuenta de que crecimos con esa libertad de interactuar con quien sea de cualquier estrato social, nivel intelectual, ideología o cultura. Crecí de una manera muy libre y me sigue dando la oportunidad de aprender y convivir con todo el mundo. Vivir conociendo a solo cierto tipo de gente o visitando solo cierto tipo de lugares es tener una vida muy limitada. Incluso aunque sea la gente más famosa o más rica o los lugares más de moda. Es un espectro muy pequeño y limitado».

Las claves de su exposición

¿Qué significa para ti debutar como artista en un lugar tan importante como Christie's en Los Ángeles?

Estoy muy emocionado. Hasta ahora había estado haciendo espacios, objetos y muebles. No tenía intención de ser diseñador. No era una persona que dibujara desde niño o que estuviera inclinado a hacer eso. Me gustaban más los temas mecánicos o relacionados con la ingeniería. Hasta los 19 no decidí hacerme diseñador para usar los objetos y los espacios como un vehículo de expresión.

¿Cómo comenzaste a aproximarte al mundo del arte?

Lo que se me vino a la mente es que existe algo invisible que se está manifestando, que se está expresando a través de nosotros, de la cultura, de las costumbres. O al revés, que hay algo que nos atrae y nos junta para pensar de una manera específica. En ese entonces estaba en Italia y entendí cómo hay una congruencia. Si te fijas en las facciones de los italianos son muy angulares, el idioma tiene una resonancia aguda, el diseño, el vestido… Todo es congruente.

También pensé en la cultura japonesa, donde todo es algo más redondo, más grave, el idioma es más gutural, la ropa es un poco más amplia. Hay una expresión muy clara en ese sentido. Me empezó a llamar la atención hacer lo opuesto, ver cómo los espacios y los objetos pueden afectar positivamente en el bienestar de las personas que los ocupan y que interactúan en ellos. Por eso empecé a estudiar diseño, arquitectura y arte. Para jugar con esos conceptos.

En contacto con la naturaleza

Según has comentado, no creciste rodeado de arte, pero tu mayor influencia fue crecer en espacios abiertos.

Cien por ciento… Fui súper afortunado de crecer en un lugar muy chiquito de Veracruz, en la playa. Crecimos yendo al río, a la laguna, al mar, siempre en mucho contacto con la naturaleza. En cierto punto la cultura se absorbe, no es una cosa consciente. Muchas cosas que ahora veo y que tienen un arraigo espectacular vienen de ese entorno que a todos nos forma.

Si tú piensas en algo, lo que sea, tu cerebro genera un químico equivalente a ese pensamiento y esa es la primera manifestación de algo abstracto a algo físico. Ese químico que tu cerebro genera se va a todo tu cuerpo y te está transformando físicamente. Realmente nos convertimos en lo que vemos, pensamos, en lo que comemos, en la gente con la que estamos… Es muy interesante para mí hacer un estudio profundo para ver cómo puedo contribuir cómo artista para generar un espacio de más calidad para la gente que interactúa con lo que hago

Sami Hayek, charlando con Anthony Hopkins y otro de los asistentes. / Hayek studio/ Mason Kuehler

En Veracruz se llega al arte de una manera muy empírica y por eso los artesanos también tienen un importante papel en tu exposición.

Ese tema siempre ha estado muy presente en mí desde niño. En 2009 se me ocurrió cómo podía interactuar con la comunidad de artesanos. Empecé un proyecto en donde en lugar que hagan artesanías y las vendan muy baratas, les enseñamos a hacer diseño con sus propias herramientas, sus materias primas y formas. Sirvo como un puente, porque lo vendo en plataformas internacionales y la ganancia se la regreso a ellos. Fui con la intención de ver si podía ayudar a una persona y al final se hizo algo más grande y mucho más interesante de lo que pensé. Dio resultados con los que no contaba. La nueva generación, los hijos de los artesanos con los que hemos estado trabajando, están interesados en aprender el oficio de los padres y de quedarse en sus lugares.

Se ha convertido en una cosa muy fea lo de regatear a los artesanos e intentar pagar lo menos posible. Imagínate que tu padre es uno de esos artesanos que no puede comer tres veces al día, que tiene carencias en casa y no se le respeta, pues no querrás ser como él. Desearás irte a otro lugar a hacer algo mejor. Eso ha sido un problema gigantesco, porque muchos de esos artesanos no están preparados para una ciudad grande, se separan de las familias, viven en unas condiciones deplorables…

Con este proyecto de me di cuenta de que es una forma de que se queden en su lugar de arraigo, que lo crezcan, que lo dignifiquen y que esa comunidad tenga una forma de estructurarse. No quiero venderme como el salvador, porque quizás me haya beneficiado más de toda la experiencia que ellos. Al principio muy arrogantemente sí lo pensé, pero finalmente aprendimos mutuamente. Trato de incorporar algo de mano de obra de los artesanos mexicanos en casi todo lo que hago y esta exposición no ha sido una excepción.

Cómo definir el buen gusto

¿El buen gusto es innato o se puede educar?

Se puede educar. Empecé haciendo espacios, muebles y objetos, pero experimentando siempre con comportamientos materiales y con los procesos. Fui educándome en el sentido de que estoy convencido de que los materiales y los espacios absorben intención, actitud, energía, frecuencia, como le quieras llamar.

Hay algo invisible que los espacios, los objetos y los proyectos absorben. Hay ciertos colores que irrefutablemente tienen una actitud diferente que otros.. Lo que sientes al ver un rosado no es lo mismo que cuando ves un rojo. El amarillo no se siente igual que el azul. Cada objeto tiene una expresión. Si te das la tarea de entender y sentir puedes ir desarrollando esa sensibilidad para dirigir una sensación específica, que es lo que a mí me ha interesado. El tema de que un objeto funcional no lo sea ahora para mí es una transición normal.

Sami Hayek, en la muestra con la que triunfa en Los Angeles. / Hayek studio/ Mason Kuehler

¿Es Los Angeles un buen ecosistema para los artistas mexicanos?

Los Angeles ha tenido un cambio espectacular en los últimos quince años. Ha atraído a mucha gente que hace arte, que sabe de arte y que lo colecciona. El clima tiene mucho que ver, la luz es espectacular, los espacios también. Muchos artistas de Nueva York se han venido para acá porque ahora es una ciudad carísima. La gente tiene aquí un espacio más grande con mejor luz durante más tiempo a lo largo del año por el mismo dinero.

Han venido también muchos empresarios de todas partes del mundo que tienen su situación económica resuelta y ya no quieren vivir en lugares muy fríos. Ellos son los que están comprando arte, promoviéndolo o abriendo museos o galerías. Hay una comunidad robusta alrededor del arte. En cuanto a cómo perciben el arte de México, más que nunca lo están apreciando y valorando.

Un lugar de encuentro entre dos culturas

También se ha dado el proceso inverso, muchos estadounidenses y canadienses que se dedican al arte se han mudado a San Miguel de Allende en México.

Encuentran el atractivo de la textura de los países latinoamericanos que muchos están buscando. Les hace falta esa chispa, esa energía, ese colorido de vivir que nosotros tenemos. De hecho, hay dos conversaciones primordiales en el trabajo que estoy exponiendo. Una de ellas es esa dualidad. Esa conversación la empecé a narrar a través de mi trabajo desde que llegué a Estados Unidos. En México, en Latinoamérica, en Italia, en España tenemos esta inercia de disfrutar, de estar contentos, y de procurar a los amigos y a la familia los momentos, algo que no se ve tanto en Estados Unidos.

Cuando llegué aquí me encontré una estructura y una metodología que también son necesarias. Pensé en esa combinación. Qué bueno es combinar esto con esa fuerza y ganas de estar alegre, de vivir, de comer, de viajar y de reír. En mis obras se da esa dualidad entre algo estructurado y algo más expresivo. La siguiente conversación que tiene que ver con el título, Frecuencia, es lo que comentaba antes de cómo el objeto tiene una función en el espacio y emana cierta frecuencia. Usé geometría sacra con este fin. También hay unas frecuencias que se llaman solfeo que han sido identificadas por muchas culturas y que ayudan en temas físicos o espirituales.

¿Qué proyectos tienes al margen de esta exposición?

Voy a seguir haciendo arte. La exposición está hasta el 7 de diciembre, pero hay un museo en Long Beach, Museum of Latin American Art, MOLA, en el que haré una exposición en septiembre de 2025. Es un museo enfocado al arte latinoamericano en el que muy amablemente me han invitado a exponer. Suena muy lejos, casi dos años, pero el tiempo se pasa muy rápido. La doctora Ramos, directora del museo, me dijo que igual se podría hacer una sala con una retrospectiva y otra con puro arte..

De esta exposición han resultado algunas conversaciones de enseñar en un par de lugares. Eso lo voy a seguir haciendo. Mientras, estoy haciendo un edificio chiquito en Cabo San Lucas, y también estoy terminando un par de casas aquí en Los Angeles. También estoy en un proyecto de cacao con un amigo. Que esté centrado en el arte no significa que no vaya a hacer espacios o muebles, simplemente que ahora tengo este vehículo que me encanta porque es mucho más libre.

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