Yolanda Díaz, con abanico de Locomía y pulsera con la bandera LGTBI+. / gtres

SUMA PERO NO DUERME

La vida secreta de Yolanda Díaz: un trabajo de camarera, un marido en la sombra y una pérdida difícil de superar

Se afilió al Partido Comunista en cuanto pudo, sirvió copas, limpió casas y su padre estuvo en la cárcel. Ahora, Yolanda Díaz es una de las políticas españolas que menos duerme.

Yolanda Díaz se ha convertido en la política de moda y hay quien dice que es la única de izquierdas capaz de encandilar también a votantes de la derecha. Quizá esto tenga que ver con su talante, siempre abierto a negociar, a argumentar y lejos de las descalificaciones y de las voces más altas que otras.

Pero, además de por su actitud en la política, Yolanda Díaz llama la atención por su estilo discreto, pero cuidado, con un toque elegante y clásico. Desde que se convirtió en ministra de Trabajo, en 2020, ha puesto de moda las blusas de amplias mangas, los pantalones «palazzo» y los vestidos desmangados con frunce en la cintura, y siempre en un color, sobre todo en rojo o blanco. Su melena de mechas rubias, de un favorecedor estilo «balayage», también se ha transformado y le ha conferido una apariencia más juvenil, a sus 52 años.

Sin embargo, hasta hace un muy poco, casi no se conocían detalles de su vida personal, salvo que su padre, Suso Díaz, era un histórico militante del Partido Comunista de España y exsecretario general de Comisiones Obreras en Galicia. Hoy sabemos que está casada con un delineante y que tienen una hija de 11 años, Carmela. Pero la política siempre defiende su intimidad. Su Instagram ya solo muestra fotografías de su desempeño político.

La sorprendente y complicada vida familiar de Yolanda Díaz

Yolanda Díaz nació en Fene, A Coruña, en el barrio de San Valentín, muy cerca del astillero de Navantia, en la ría de Ferrol, el 6 de mayo de 1971. Es la pequeña de tres hermanos, los dos mayores chicos. En cuanto pudo, por la edad, se afilió al Partido Comunista.

El compromiso político lo absorbió de sus padres y de todas las personas, políticos y artistas, que pasaban por su casa. Cuando tenía un año fue a visitar a su padre a la cárcel, donde estuvo dos meses, en 1972, por negarse a pagar una multa de por manifestarse tras la muerte de dos obreros de Bazán.

Yolanda estudió en el Colegio Rosalía de Castro de Santiago y de niña parece que quería estudiar filología, pero cuando llegó a la Universidad escogió el Derecho. Tras terminar la carrera, hizo varios postgrados en Relaciones Laborales, en dirección de personal y recursos humanos y en Derecho urbanístico y Ordenación del territorio.

También se formó en Seguridad Social, contratación laboral, administración y poder político y género. Se especializó en Recursos Humanos. Durante unos meses trabajó como pasante en un despacho de abogados de Santiago. En 1998, abrió su propio despacho laboralista en Ferrol.

En 2005, se unió a Esquerda Unida como coordinadora general y se presentó a la Xunta de Galicia, aunque quedó fuera del Parlamento Gallego. En 2007 se convirtió en teniente de alcalde por este partido en Ferrol, aunque no dejó su trabajo como abogada.

En 2015 se presentó a las elecciones generales con En Marea y se incorporó a la política nacional como número dos de la formación por la provincia de A Coruña. Abandonó la militancia de Esquerda Unida en octubre de 2019 y se presentó a las elecciones en las listas de Unidas Podemos. En 2020, se convirtió en Ministra de Trabajo y Economía Social y vicepresidenta del Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.

Quiénes son el marido y la hija de Yolanda Díaz

Pero Yolanda también se hizo conocida, en Galicia, por otra cuestión que atañía a su vida personal: aparecía en todas las reuniones de su partido con su hija Carmela, que nació en 2012, un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Ese gesto luego lo han imitado otras políticas de izquierdas, como Carolina Bescansa o Irene Montero. Hoy le gusta que la acompañe a los Premios Goya o algunos actos o entrevistas en el Ministerio. A la niña le gustan mucho el ballet y la música.

Carmela es hija única del matrimonio de Yolanda Díaz con Juan Andrés Meizoso, dibujante técnico de profesión. Se casaron, en Ferrol, en noviembre de 2004. Yolanda escogió un vestido rojo, no sabemos si por ideología o porque, ya entonces, sabía que le sentaba muy bien.

Su marido, también comprometido políticamente, ha ido, sin embargo, alejándose del protagonismo, consciente del peso público que ha ido ganando Yolanda en la última década. Perdió su trabajo en la crisis de 2008 y durante un tiempo se dedicó a cuidar del hogar y de la crianza de su hija. Todos los que han podido disfrutar de su mesa aseguran que es un gran cocinero.

La política lleva en Madrid lleva una vida llena de tensión: come muy frugalmente a base de pinchos de tortilla y descansa muy poco. De hecho, en una entrevista en Eldiario.es declaraba que «duermo muy poco y cada vez menos». Sin embargo, se recupera cuando regresa a su hogar en A Coruña. Allí, además, le encanta disfrutar de la playa y del mar, y de la música, una afición que heredó de su padre. Su vida cotidiana es sencilla. Ella misma ha dicho, en alguna ocasión, que es «aburrida». Eso sí, siempre ha sido inquieta, y de poco dormir.

Yolanda siempre fue una niña curiosa y alerta. Cuando era adolescente sus padres se separaron y su madre se instaló en Santiago con ella y sus dos hermanos. En aquellos años, la familia tuvo que enfrentar dificultades económicas y su madre, Carmela, traía dinero a casa limpiando hospitales o cosiendo.

El ejemplo de su madre se ha quedado marcado a fuego en Yolanda. Murió en 2013, de forma repentina, a los 66 años, lo que supuso para la ministra una herida muy grande. Quienes conocieron a ambas aseguran que Yolanda heredó de ella, sobre todo, su espíritu luchador. La propia ministra puso copas en bares y limpio casas para ganarse un dinero.

Su madre es un ejemplo para educar a su hija. De ella tomó también su estilo cuidado. Era una mujer que vestía muy bien. Yolanda ha compartido fotos suyas en Instagram e incluso la ha vuelto viral cuando escribió un «la madre que me parió» en una respuesta de twitter. Ella siempre la ha definido como una «mujer alegre y generosa». Su hija se llama Carmela por ella.