casas de lujo
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Lo suyo fue un amor a primera vista. El diseñador de moda Peter Dundas (Oslo, 1969) describe así la relación que le une a su casa, situada en una de las colinas de Los Ángeles, a la que se mudó el pasado año. Lo mismo que sintió en 2014 cuando conoció a Evangelo Bousis, su actual marido, en una fiesta de cumpleaños en Mykonos. «Parecíamos predestinados», asegura.
Dundas, conocido por los sensuales diseños que han lucido estrellas como Beyoncé o Rihanna, se curtió como diseñador en Jean Paul Gaultier y Christian Lacroix, antes de convertirse en director creativo de Ungaro, Emilio Pucci y Roberto Cavalli y crear su propia marca en 2017 junto a Bousis.
Ambos encontraron esta casa cuando ya había nacido su primer hijo, Alexios, que tiene ahora 21 meses, y estaba a punto de hacerlo su hija Eleni, que acaba de cumplir un año. «Fue la casa número 30 que vimos –recuerda Bousis–. Peter estaba en una prueba ese día y teníamos que volar a Londres por la tarde». En su villa de verano en Grecia, la pareja tiene un ritual que incluye un brindis con champán al atardecer. «Es nuestro momento favorito del día –reconoce el esposo de Dundas–. Llamé a Peter y le conté: «Es la misma puesta de sol que tenemos en Grecia. Te va a encantar». Y así fue.
Situada en un terreno aislado y salpicado de cactus, la casa se construyó en 1957 y se transformó en los años 80, cuando el arquitecto Frank Israel le añadió un ala. En un día despejado, la vista de 180 grados que hay desde el salón permite ver Malibú y el océano. «Está detrás del Beverly Hills Hotel, así que puedes pasar todos los días por esas calles con palmeras que todo el mundo sube a Instagram», asegura Bousis.
Dundas describe a sus vecinos como «gente que valora su intimidad», entre ellos, la modelo Naomi Campbell, con cuya hija juegan sus pequeños. Él creció en un entorno natural, rodeado de bosques y lagos, donde nadaba. «Fue uno de los puntos decisivos de mudarnos a esta casa: que los niños pudieran pasar mucho tiempo al aire libre», explica.
En la vivienda suele organizar sesiones fotográficas (recientemente con Alessandra Ambrosio y Joan Smalls) y hay un continuo ir y venir de amigos que disfrutan de las barbacoas que todos los domingos convoca el diseñador. Los dormitorios están en un lado de la casa y las zonas de estar, en el opuesto. La cocina, aunque estrecha («los propietarios que encargaron la obra cocinaban mucho menos que nosotros», asegura), se abre a la zona de piscina.
Dundas se ha encargado de la decoración, conservando un sofá y unas sillas de Frank Gehry que tenía su marido en su antiguo apartamento. «No soy minimalista, pero hemos intentado mantener un interior amplio y limpio», señala. Hay guiños, naturalmente, al diseño escandinavo, pero los puntos en común entre la moda que crea y sus interiores incluyen el amor por los años 60 y 70. «Todo se reduce a lo que me gusta y me hace vibrar. No creo en cosas sobre las que no te puedas sentar y con las que no te sientas cómodo».
Entre las piezas que ha elegido, destacan una chaise longue Barcelona , diseñada por Mies van der Rohe, y un par de sillas Wassily, firmadas por Marcel Breuer, que ha situado frente a la chimenea de piedra negra. También ha mezclado una mesa de Charlotte Perriand y piezas de Christian Liaigre, que triunfó en los 80 y 90. «Otro de mis diseñadores favoritos es Pierre Paulin. Cuando vivía en Florencia tenía una silla Ribbon, una de sus piezas icónicas. Estoy intentando encontrar una para aquí», reconoce.
El arte también tiene un papel protagonista. «Encontré un [Yayoi] Kusama en una subasta hace 12 años y sigue siendo una de mis piezas favoritas. Compramos una ilustración de Yves Saint Laurent y Ev me regaló una fotografía de David Bowie firmada por Terry O'Neill. Tenemos también obras de Takashi Murakami, Tracey Emin y Jenny Holzer».
Ningún espacio está vedado a los niños, y se ven un montón de juguetes, un corralito y un tipi. «Los niños tienen que aprender a comportarse con la casa», afirma el creador. ¿Es éste su hogar para siempre? Dundas hace una pausa. «Para nosotros, eso es decir mucho. Juntos y por separado hemos tenido un estilo de vida nómada: yo me fui de casa a los 14 años y Ev, a los 16. Hemos tenido la suerte de vivir en muchos sitios. Y es probable que sigamos así».
20 de enero-18 de febrero
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