Retrato del interiorista Michael S. Smith. MICHAEL MUNDY

embajador del buen gusto

De la Casa Blanca de los Obama a su piso de lujo en Madrid: las mansiones más impresionantes que ha decorado Michael S. Smith

Decorador de la Casa Blanca, de las residencias de las estrellas de Hollywood e íntimo amigo de los Obama, la pareja del ex diplomático norteamericano James Costos nos muestra sus proyectos más fabulosos.

Eduardo Verbo

«Era 2012 cuando Barack Obama llamó a James [Costos] para proponerle ser embajador de Estados Unidos en España y Andorra, aunque todavía era secreto. Él no podía viajar al país hasta que no fuese oficial pero, como me gusta planificarlo todo, volé a escondidas con una amiga. Vi lo lejos que estaba la embajada del aeropuerto y nos visualicé paseando allí. Quería comprender Madrid. Me sucede cuando tengo que decorar una casa: debo acceder, ver cómo viven y, luego, qué hay que cambiar. ¡Me enamoré por completo!», confiesa el interiorista Michael S. Smith desde la oficina de su estudio en Los Ángeles, donde él y su pareja, hoy presidente de la productora Secuoya Studios, dedicada a estrechar los lazos cinematográficos entre EE.UU. y España, tienen una de sus principales residencias.

Se trata de una mansión modernista en Holmby Hills, uno de los barrios preferidos por las estrellas de Hollywood, que compraron en 2009 tras vender un cottage al estilo inglés en el colindante Beverly Hills . Construida por los filántropos Audrey y Sydney Irmas, las paredes del edificio están jalonadas por obras de arte de Roy Lichtenstein o Cy Twombly, entre muchos más, ya que ambos son grandes coleccionistas.

Michael, todo un caballero que habitualmente viste trajes de sastre bespoke y calza zapatos de John Lobb, se encuentra de celebración porque el pasado mes de mayo cumplió 60 años. La primera de las cuatro fiestas que ha dado tuvo lugar en sus predios de la costa oeste de Estados Unidos, donde también organizó los 80 de la actriz Jane Fonda o eventos recaudatorios para las campañas de los últimos líderes demócratas: Obama, Biden y, ahora, Kamala Harris.

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Despacho de una clienta en su villa de inspiración mediterránea en Beverly Hills. La chimenea tiene piezas de mármol de un viejo convento de Galicia. / MICHAEL MUNDY

«Lo pasamos fenomenal. Encargué hot dogs al mejor local de la ciudad. Estoy en contra de lo prohibido. Las reglas están para romperlas. Eso sí, si arriesgas, ¡tienes que asegurarte de que será la mejor salchicha! Lo que no soporto es la luz fría», relata cuando pregunto por sus recomendaciones para recibir .

Maestro de los buenos modales, el protocolo y la etiqueta, también ha congregado a sus amigos en Londres, Madrid y Mallorca, donde veranea junto a Costos desde hace muchos años. Fue el empresario Plácido Arango quien les descubrió el paraíso balear. Smith ha puesto en valor los ikats locales y, entre otras manufacturas, las piezas de vidrio soplado de la fragua de la familia Gordiola.

Un hall de Manhattan, en el que mezcla muebles barrocos, con flores y obras de Agnes Martin y Matisse. / MICHAEL MUNDY

Allí, a principios de julio, se reunió con algunas buenas clientas como Mellody Hobson, presidenta de Starbucks y mujer del director de cine George Lucas, quien le encargó la remodelación de su Château Margüi, ubicado en la Provenza francesa y que el cineasta y la ejecutiva adquirieron en 2017. También amigos como Eric Schmidt, ex consejero delegado de Google, Isabel Preysler, Carolina Herrera y, naturalmente, Michelle Obama.

«Todo el mundo le preguntaba lo mismo: «¿Por qué no presentas tu candidatura para frenar a Trump?». Es lógico que la gente esté preocupada, pero sé que ella nunca lo haría. Y no es por falta de patriotismo. Se trata de que, sencillamente, no es política. Es como si le pidiéramos a la esposa de Rafa Nadal, quien por cierto es encantadora, que empezara a jugar al tenis. ¡Sería muy extraño! Sin embargo, Kamala Harris sí se dedica a ello y tanto James como yo la apoyamos y tenemos la esperanza de que sea la próxima presidenta de nuestro país».

Con 60 años recién cumplidos, Michael S. Smith recopila sus proyectos más especiales en Classic by design (Rizzoli), cuyo prólogo lo firma Shonda Rhimes, creadora de Anatomía de Grey. / DR

De Nueva York a Mallorca

Lo cierto es que la nueva década en la que este pope del buen gusto ha entrado no es el único motivo que tiene para festejar: va a publicar este 8 de octubre Classic by design, un libro editado por Rizzoli en el que aparecen algunas de las casas más fabulosas que ha ayudado a transformar en Nueva York, Mallorca, Hawái, East Hampton o en las montañas nevadas de Montana.

Formado en el Otis College of Art and Design de Los Ángeles y en el Museo Victoria & Albert de Londres, describe su estilo como «un encuentro entre el clasicismo europeo y la modernidad estadounidense». Entre sus otros clientes, el magnate de la comunicación Rupert Murdoch o la modelo Cindy Crawford. «Mi carrera ha sido más grande de lo que hubiera imaginado aquel niño obsesionado con la historia que, con 10 años, leía sobre Japón o Rusia. Jamás pensé que intervendría en la Casa Blanca. Pero no soy de los que se queda estancado. La creatividad consiste en seguir adelante, en querer ser mejor. La vida es un desafío, ¿verdad? Ahora, estoy decorando un gran yate en Vigo, algo que nunca había hecho. También trabajo en la consultoría sobre la Obama Foundation y en el edificio que construyen en Chicago», desvela Smith, que conoció a Costos hace 25 años durante un vuelo.

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Habitación de invitados en un dúplex de cinco dormitorios, ubicado en un edificio art déco de los años 30, donde vivió, entre otras socialites, Gloria Vanderbilt. / MICHAEL MUNDY

Fue a finales de 2008, en uno de sus viajes a Jamaica, cuando el afamado interiorista recibió una llamada inesperada en la que le preguntaban si podría decorar la Casa Blanca. «Oh, por Dios. Cuelga. Es una broma», le contestó incrédulo su pareja, entonces vicepresidente de HBO, entre cuyos otros éxitos se encuentran, gracias a su capacidad de negociación, que el rodaje de Juego de Tronos llegara a España.

Pero era verdad. Michelle quería sentirse cómoda y transformar aquella mole de 5.000 m2, seis plantas, 412 puertas, siete ascensores y más de 200 años, en un hogar. Smith se documentó a fondo, incluso se entrevistó con Nancy Reagan y almorzó con Lee Radziwill, hermana de Jackie Kennedy y uno de los famosos cisnes de Truman Capote. Al final, incluso cambió la moqueta del Despacho Oval. La amistad creció tanto que Costos fue nombrado embajador sin tener experiencia previa en diplomacia. «Somos como familia. Acabamos de regresar del 63 aniversario de Barack».

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Michael S. Smith puso todo su talento cuando imaginó el baño de Nancy y Howard Marks en su residencia de Mallorca, donde él y James Costos veranean desde hace años. / MICHAEL MUNDY

Su llegada a España, en septiembre de 2013, supuso un huracán. Figurar en la lista de asistentes a sus fiestas en la Castellana, por donde desfilaron directores, políticos, artistas y aristócratas, se convirtió en un rito para la élite patria. Smith le dio ese twist tan suyo a la embajada: cuadros de Sargent y Warhol mezclados con muebles del Rastro o alfombras de la Real Fábrica de Tapices.

Romance con España

El idilio de la pareja –«no nos hemos casado pero, quizás, algún día demos el boom»– ha continuado con nuestro país, a pesar de que, en 2017, Costos dejó de ser embajador. En 2023, estrenaron la nueva versión de la que fuera el piso del artista valenciano Manolo Valdés, famoso por sus meninas, en la calle Almagro de la capital. Allí, Smith ha proyectado un hogar con cenefas, pinturas, chintz y muebles de otros siglos, que también se puede ver en el libro que sale a la venta.

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La sala de estar que Smith y su pareja, James Costos, poseen en Holmby Hills (California). Como grandes coleccionistas, albergan un cuadro abstracto de Gary Simmons y, al fondo, un óleo de la escuela de Rubens. / MICHAEL MUNDY

En realidad, ha escenificado su conocimiento de la cultura española. En el pied-a-tèrre, hay un salón rojo con tela de Fortuny inspirado en el trabajo de Pinto Coelho, el decorador de la élite española en el siglo XX, y en el salón hay dos Goyas: uno de María Luisa de Parma y otro, de Carlos IV. El decorador considera que, aunque la gente diga que no fue el mejor rey de la historia, hizo cosas maravillosas en Madrid. «Cuando su hijo lo depuso, pensó en emigrar a Estados Unidos. Así que me encantó ese vínculo y creí que sería una buena idea adquirirlos». Tienen otro Goya en la puerta de acceso al pasillo, así como obras de Antonio Saura o Antoni Tàpies. La librería está coronada con un biombo que perteneció a mademoiselle Coco Chanel. La primera huésped de la casa fue Michelle Obama.

Además, en Madrid, Michael S. Smith gestiona Greco, un showroom donde se pueden encontrar las mejores telas del mundo, como Jasper, su propia línea. Un negocio «que está gustando mucho» y que dirige junto a su socia, María García de la Rasilla , princesa de Vidin por su matrimonio con Konstantin de Bulgaria, padrino de la infanta Sofía. «Mi conexión con este país empezó siendo pequeño y ha sido parte de mi estética. Crecí en California, cerca de ciudades donde se fundaron misiones españolas». Uno de los religiosos más activos fue Fray Junípero Serra. De hecho, el lema de Costos y su marido es «Siempre adelante», una máxima del fraile nacido en Mallorca en el siglo XVIII.

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Smith es un enamorado de las telas y tiene su propia línea, Jasper. Arriba, uno de sus trabajos: un dormitorio en una residencia de Los Ángeles. A / MICHAEL MUNDY

Un mantra que, ahora, tiene más sentido que nunca porque James ha superado un cáncer de próstata. «En enero de 2023, cumplía años y nos íbamos a la India por Navidad. Se enteró entonces. Ya está curado. Esto nos ha hecho conscientes de cómo queremos vivir. Nos ha comprometido. Él, en particular, con el servicio público y con España». A estas alturas, Smith sabe que la verdadera belleza está en el interior.

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