El impresionante desfile de Max Mara en Venecia: apoteósico homenaje a la multiculturalidad en su colección resort 2025

Es la primera vez en su historia que el Palazzo Ducale de Venecia, en la icónica plaza de San Marcos, abre sus puertas para acoger un desfile de moda. Y lo hace con esta colección resort 2025 de Max Mara que también abraza el diálogo entre Oriente y Occidente y homenajea la posición estratégica que Venecia ha tenido históricamente en el comercio entre continentes y también como ruta de intercambio cultural.

No es caprichoso el lugar ni el momento que ha elegido Ian Griffiths , director creativo de Max Mara , para presentar esta colección resort que estará en las tiendas a partir de noviembre, ya este año se celebra el 700 aniversario de la muerte de Marco Polo, quizá el comerciante y aventurero más famoso de todos los tiempos y que inició en la ciudad de los canales la Ruta de la Seda.

«Venecia es el punto de partida, la ciudad donde comenzó el comercio del lujo y esa conexión y comunicación entre culturas a la que rendimos homenaje con esta colección», nos dice Ian Griffiths horas antes de comenzar el desfile y mientras nos muestra el moodboard, la guía artística que preparó para inspirarse a la hora de diseñar los magníficos looks de la colección, entre los que no podían faltar fabulosos tejidos de seda, cachemir, lana de camello o terciopelo.

Una de las señas de identidad de Max Mara es la máxima calidad en los materiales y en esta colección vuelve a hacer gala de sus valores y minuciosidad a la hora de seleccionar y diseñar tejidos.

En las más de 50 salidas en el fastuoso escenario gótico no faltaron los icónicos abrigos de la casa fundada en Reggio Emilia. El sastre de inspiración masculina, el cocoon, la parka unisex, el trench, el kimono, pero también el caftán, el batín, los abrigos capa, las cazadoras (bomber, perfecto, cortavientos...) y un alarde de variedad creativa pensado para todo tipo de mujeres y edades dispares.

En la propuesta no faltó ningún tipo de pantalón, de minishort al modelo campana y el monopantalón; tampoco faltas para todas las opciones, vestidos largos, mini, jerséis-vestido, blusas de cóctel y camisetas deportivas... Toda la propuesta realizada con igual inteligencia de diseño y patronaje, así como mimo en el corte y la costura, experta y exquisita en tejidos tan diferentes como el borreguillo o los brocados de seda, la lana y los bordados de tejidos mixtos que evocaban esos lazos entre mundos culturalmente distintos pero complementarios y que evocaban desde escenas bizantinas a los cuadros de odaliscas de Jean Auguste Dominique Ingres.

El remate a una colección dificil de superar en coherencia de concepto y complejidad de costura, lo pusieron los complementos, de los cinturones de cordón rematados con borlones de seda a los turbantes que potenciaban muchos de los looks, todo un acierto de colaboración que Griffiths encargó al sombrerero Stephen Jones, quien presentó, entre otros, un original y preciosista turbante-visera.

Max Mara siempre pone en foco en la máxima calidad, lo lleva haciendo en sus 70 años de historia y lo demuestran unos resultados que la han llevado por todo el mundo. No era inesperado que en esta colección crucero pusiera menos atención, cuando las colecciones resort están incluso acaparando más protagonismo que las convencionales de primavera y otoño.

Con más de 2.700 tiendas en 100 países, el grupo que creara Achille Maramotti en 1951 y que hoy dirigen sus descendientes, Ignazio, Luigi y Maria Ludovica Maramotti, sigue su rumbo pausado pero sin pausa, su camino de un lujo tranquilo , sin estridencias de modas pasajeras, un lujo para empoderar a mujeres de distintas generaciones y sensibilidades estéticas.