Mujer con bodegón /
Lo primero de todo: la dieta frutariana es una dieta altamente restrictiva que no es para cualquiera. Así, excluye todos los productos de origen animal, incluidos los lácteos. Las personas que siguen este programa toman una dieta que consiste principalmente en frutas crudas, aunque permite verduras, frutos secos y semillas con moderación. ¿Te ayuda a adelgazar? ¿Es para ti?
Otros tipos de alimentos, como cereales, legumbres o tubérculos, se limitan severamente o se eliminan por completo. Y se evitan los alimentos cocidos de cualquier tipo, incluida la fruta cocida. No hay una forma específica de hacer la dieta frutariana y seguro que habrás escuchado hablar a celebrities de sus bondades.
Si la dieta te atrae, comienza lentamente. En lugar de empezar de una vez, haz una transición gradual alejándote de tus patrones de alimentación actuales. Esto puede significar renunciar a alcohol, productos animales, granos, alimentos procesados y cafeína. A cambio, agregarás frutas crudas, frutos secos, semillas y verduras.
Los frugívoros suelen comer libremente de múltiples grupos de frutas. Es posible que desees ceñirte a un plan de tres comidas al día o incluir de cuatro a cinco comidas. Los grupos de frutas para elegir incluyen frutas ácidas (naranjas, tomates, bayas, ciruelas, arándanos), frutas subácidas (manzanas, albaricoques, frambuesas, cerezas), frutas dulces (plátanos, dátiles, uvas), frutas con almidón (calabaza), vegetales-frutas (pepinos, pimientos), etc.
Durante la transición, puede ser útil cocer al vapor o remojar las frutas y verduras hasta que estés lista para consumirlas completamente crudas. Trata de incluir una fuente de proteínas, como frutos secos o semillas, en cada comida. También debes añadir vegetales crudos o ligeramente cocidos al vapor con cada porción. Y asegúrate de beber muchos líquidos, como agua y zumo de frutas naturales.
Recuerda que independientemente del tipo de plan de alimentación que sigas, tu cuerpo necesita moverse para estar saludable. Es posible que la dieta frutariana no te proporcione suficiente energía para hacer ejercicio. Si esto es así, puede ser una señal de alerta advirtiéndote de que necesitas modificar tu ingesta nutricional.
Cuando se come con moderación, la fruta puede ser una parte muy saludable de una dieta nutritiva. Las frutas contienen fibra, lo que puede ayudar a reducir el colesterol y estimular los movimientos intestinales regulares. Las manzanas, las peras, las moras y las frambuesas son ejemplos de frutas ricas en fibra dietética.
Las naranjas, los pimientos rojos y las fresas son ejemplos de frutas que contienen mucha vitamina C. Esto ayuda a mantener los dientes y las encías saludables. La vitamina C también es compatible con un sistema inmunológico fuerte. Mientras, los plátanos, guayabas, melones y mangos son ejemplos de frutas con alto contenido de potasio, que puede ayudar a mantener una presión arterial saludable y regular el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
Las naranjas y ciertas frutas tropicales tienen un alto contenido de folato. Esto puede ayudar al cuerpo a producir glóbulos rojos. El folato también apoya el desarrollo fetal saludable. Y las ciruelas negras, las ciruelas pasas y todas las bayas son ejemplos de frutas ricas en antioxidantes, que limitan la producción de radicales libres. Pueden proteger tu piel y combatir enfermedades.
Si sigues estrictamente una dieta frutariana, vas a echar de menos varios nutrientes que son vitales para la salud. Esto incluye proteína, grasas, calcio, vitaminas B o ácidos grasos omega-3, entre otros. Debido a la naturaleza altamente restrictiva de la dieta, la desnutrición es una preocupación importante. Tu cuerpo podría incluso entrar en modo de inanición. Esto significa que su metabolismo se ralentiza en el intento de mantener tus reservas nutricionales y conservar energía.
También puedes experimentar a nemia, fatiga y un sistema inmunológico debilitado. Con el tiempo, la falta de calcio puede conducir a la osteoporosis. Además, y como una dieta basada en frutas también es muy rica en azúcar, puede convertirse en una mala elección para las personas con diabetes, prediabetes o resistencia a la insulina. Se trata de una dieta muy restrictiva que se desaconseja por completo alargarla en el tiempo. Durante unos días puede tener su efecto, pero no más.