El yoga es un ejercicio muy recomendable para mantenerte en forma, pero también para mejorar tu salud mental. Los beneficios de practicar yoga todos los días son casi infinitos: mejoras tu concentración, tu equilibrio emocional, la flexibilidad, desarrollas mayor fuerza muscular, tu respiración y reduces el riesgo de sufrir ciertas enfermedades. Pero claro, no a todo el mundo le resulta divertida la práctica. Y eso se puede solucionar realizándolo en pareja.
El yoga en pareja tiene múltiples beneficios, además de los típicos de esta disciplina milenaria. Para empezar, incremente la confianza y la comunicación en pareja, ya que hacen falta ambas características para lograr las asanas. Además, genera un entorno de autenticidad y honestidad reduciendo el estrés y la ansiedad porque se genera una poderosa conexión con tu compañero de yoga.
Pero es que además, según los expertos, practicar yoga en pareja mejorará la intimidad y la vida sexual al potenciar una mayor conexión física y mental. Además, este tipo de práctticas fomenta el juego y la diversión, lo que genera un clima propicio para las relaciones sexuales.
Aquí te proponemos seis posturas para realizar con tu compañero, ya sea pareja, amigo o incluso un desconocido de tu clase. No tienen por qué ser asanas muy complicadas, aunque cuanta más dificultad, mayor confianza necesitarás con tu pareja, lo que mejorará vuestra relación.
Esta postura no es apta para principiantes, pero si ya tienes algo de experiencia, os permitirá trabajar en pareja los brazos, el abdomen y toda la espalda, además de poder estirar las piernas. Para hacerlo correctamente, uno de los miembros de la pareja debe tumbarse boca arriba con la espalda y las piernas estiradas y los brazos levantados en 90 grados. La otra parte de la pareja sujeta con sus manos los tobillos de la persona tumbada y esta la agarra por los tobillos también. Es importante mantener los brazos rectos y trabajar el core.
Esta postura es ideal para trabajar en pareja y fortalecer los abdominales, los músculos de las caderas y la espalda y mantener el equilibrio. Para realizarla correctamente debes comenzar sentada, con las piernas flexionadas y las puntas de los dedos de los pies tocando con las de tu compañero. Cogeos de los antebrazos, subid las piernas y colocad los brazos en paralelo.
Colocaos en la postura del perro boca abajo, uno delante del otro. La persona que está delante debe caminar hacia atrás para poder subir las piernas en la espalda del compañero y adoptar una postura de 90 grados. Para deshacer la postura debes tener mucho cuidado, así no dañarás al otro.
La postura de la silla o utkatasana es una postura sencilla con la que puedes trabajar las piernas y los glúteos, así como la zona media del cuerpo. Colócate frente a frente con tu pareja con los dedos de los pies rozando los de tu pareja. Sujetaos fuertemente de los antebrazos y flexionad las piernas como si fuérais a sentarnos de manera que se forme un ángulo recto entre piernas y glúteo y otro entre glúteos y espalda.
Para hacer esta postura, comenzad de pie el uno frente al otro con los pies en paralelo y separados al ancho de las caderas. Apoyad las manos sobre los hombros de la pareja y comenzad a andar hacia atrás dejando que el tronco caiga hacia adelante hasta que ambos forméis una línea recta entre las dos espaldas. Eleva la pierna derecha a la altura del glúteo intentando crear una línea recta y mantened esta postura durante cinco respiraciones antes de cambiar de pierna.
Colócate espalda con espalda con tu pareja. Entrelazad los codos, tomad juntos una respiración profunda y al soltar el aire uno flexiona ligeramente las rodillas para empezar a inclinar el tronco hacia adelante lenta y suavemente. A la vez, la otra persona deja caer su peso sobre la espalda del portador permitiendo que la columna se arquee y la parte delantera del torso se abra.