La comida más importante
La comida más importante
Estarás de acuerdo con nosotros en que uno de los mejores placeres del día es desayunar. Esa primera comida en la que rompemos el ayuno y que es la que nos da la energía que necesitaremos para afrontar el día (o, por lo menos, la mañana).
Pues bien, si sabes esto, también deberías saber que de lo que desayunes va a depender, precisamente, tu ánimo y la fuerza con la que hagas frente a todo el día. Una energía que puede estar por las nubes o por el suelo, si tenemos en cuenta el tipo de alimento que nos llevaremos a la boca. Y lo mismo ocurre con las reservas de grasa y esa oscilación de peso: de lo que de desayunemos va a depender también en cierta medida que ganemos peso, que pasemos hambre (o no) y que engordemos (o no).
En esto, las francesas van, quizás, un pasito por delante que el resto de mortales. Las habitantes del país por excelencia de los croissants recién hechos saben bien qué desayunar y cómo hacerlo para no pasar hambre y no engordar. Y te advertimos: su desayuno está muy alejado del mítico café con galletas español.
Lo que desayunan en Francia, o al menos lo que cree la bioquímica francesa Jessie Inchauspé que es el mejor desayuno que podemos hacer, viene explicado en su libro La revolución de la glucosa. En este libro explica por qué debemos reducir de manera inmediata la ingesta de azúcares en nuestro organismo, pues cree que los picos de glucosa en sangre que se forman después de tomarlos son el caldo de cultivo ideal para desarrollar enfermedades metabólicas, como la diabetes.
Además, estos picos de azúcar y esta descompensación hace que a lo largo del día podamos sentirnos más cansados, con menos energía, con menos concentración y también con más hambre justo después de cada comida (y que te apetezcan los alimentos más calóricos).
«Si estabilizas el desayuno, todo en tu día irá mucho más fluido», dice en su libro. «Te darás cuenta de que, a medida de que tus niveles de glucosa se vayan estabilizando, tus antojos irán disminuyendo de forma natural«, continúa. Y, para conseguirlo, da un truco: desayunar salado.
Y es que, desayunar salado evita esos picos de azúcar que sí ocasionan alimentos como las magdalenas, las galletas o las tostadas de pan blanco con mermelada, pues son alimentos con bastante almidón (que resta energía). Además, entre nosotros, los alimentos salados con los que asociamos el desayuno suelen ser, por general, más saludable que los dulces.
Preparar un desayuno salado es lo más sencillo del mundo: opta por unas tostadas de pan de semillas (de centeno o cereales, intentando siempre que su composición sea lo más sana posible), con un poco de pavo con buen porcentaje de carne, aguacate (para añadir grasa), algo de queso o el alimento por antonomasia para aportar proteínas al cuerpo: huevos. Además, es bastante saciante. Otras opciones son el atún, los frutos secos o el tofu. De hecho, todos están entre los ingredientes que debería llevar el desayuno ideal, según Harvard.
Ya hemos explicado por qué los alimentos salados son mejores a la hora de desayunar que los dulces. Pero, ¿qué más hay que saber?
Para empezar el día con energía, de acuerdo a Marta Marcé, lo mejor es esperar un rato antes de desayunar. No hacerlo nada más levantarnos (como acostumbramos a hacer). Esto es debido a que los picos de glucosa pueden aumentar de forma rápida y descontrolada.
Además, es mejor no incluir alimentos dulces, pues el pico de azúcar será más pronunciado y notaremos hambre antes que si ingerimos alimentos saludables, con fibra y proteínas (esto hará que el nivel de saciedad sea más alargado y, por ende, aguantaremos sin ganas de comer casi hasta el almuerzo).