ORGANIZACIÓN EXPRÉS Cinco trucos fáciles que funcionan para ordenar toda tu casa en cinco minutos

Una visita inesperada, tu suegra timbrando al telefonillo sin previo aviso o esa amiga que te llama para avisarte de que sube a tomar un café cuando ya tiene el coche aparcado en tu puerta. Y tú, con la casa sin barrer o, mejor dicho, con cada habitación como si fuera un campo de batalla (recuerda, el caos doméstico, engorda ) al que tienes que poner orden en lo que sube el ascensor. ¿Misión imposible? No, con estos trucos .

Mi abuela siempre decía que nadie te va a pasar un dedo por los muebles a ver si hay polvo, pero que por muy limpio que esté todo, si no está ordenado, la casa será un desastre. Los años le han dado la razón y ahora sé que la clave del orden es, precisamente, no desordenar. Eso es lo que te permite que, ante esa visita inesperada, puedas hacer la competencia a Marie Kondo en cinco minutos sin despeinarte.

Como decíamos, la clave del orden es no desordenar y, por eso, es fundamental no dejar tareas rutinarias sin hacer. Después de cocinar, deja los cacharros limpios y cada cosa en su sitio, ventila la habitación y haz la cama antes de salir de casa, recoge la mesa al terminar de comer, no dejes las toallas en el suelo al salir de la ducha ni los productos de belleza fuera de su sitio cuando termines tu ritual beauty. Por supuesto, enseña a los más pequeños a recoger sus juguetes cuando terminen sus ratos de ocio. Parece todo muy obvio pero te garantizamos que si cumples con ello, te ahorrarás tiempo y sobresaltos.

Ya hemos dicho que una cocina ordenada parece más grande, más limpia, nos ayuda a ahorrar y, además, ayuda a adelgazar. Pero, por si no fuera suficiente, será el reflejo del resto de la casa. Evita acumular cacharros en el fregadero, ve recogiendo utensilios según cocinas y limpia siempre la placa y la campana al terminar, no uses el lavavajillas como armario y no acumules gadgets en la encimera. Y la despensa, bien organizada.

Ni luego lo recojo, ni es que no me ha dado tiempo. Se tarda lo mismo en colgar la ropa en el armario que en dejarla amontada en una silla y la diferencia es abismal. Un gesto tan sencillo como ese cambiará por completo la percepción de orden y limpiaza en el dormitorio. Por supuesto, es extensible a bolsos, abrigos o zapatos en el recibidor. No. Nunca. Siempre en el armario.

Puedes no haber pasado la aspiradora o el plumero en un par de días (no más, por favor, que la suciedad se acumula sin darnos cuenta), pero tu salón parecerá un auténtico desastre si los textiles no están en su sitio. Por eso, un ejercicio tan rápido como colocar los cojines o las mantas cuando te levantes del sofá conseguirá resultados espectaculares.

Reconozcámoslo, hacer la colada es quizá una de las rutinas domésticas más tediosas por el tiempo que supone y las tareas que implica. Poner la lavadora, tender, recoger la ropa, planchar, colocar... Es un rollo, sí. Pero volvamos al punto uno: no retrases trabajos que sabes que al final tienes que hacer. Por eso, nada de dejar cinco días la ropa tendida en medio del salón: según se seque, al menos guárdala y colócala.