Cómo prevenir la bajada de tensión cuando haces ejercicio: los mejores consejos de los expertos

Quizás en algún momento, tras una sesión de entrenamiento intensa, te hayas sentido mareada o incluso hayas llegado a desmayarte. Este fenómeno es conocido como hipotensión ortostática, y se produce cuando el cuerpo cambia repentinamente de postura. Es una bajada brusca de tensión que suele derivar en mareos y fatiga, y aunque hay ciertos grupos con más tendencia a sufrirlo, nadie está exento de que le ocurra e interrumpa de forma desagradable su rutina de ejercicios.

Aunque la época del año en la que hay más riesgo de sufrir una bajada de tensión es el verano por las altas temperaturas, la alta intensidad del ejercicio, el esfuerzo al que sometes al cuerpo o la falta de hidratación son algunos factores que pueden derivar en este fenómeno sea la estación que sea. Para evitar que tu cuerpo sufra este episodio de hipotensión, apunta estos consejos de expertos y aplícalos durante tu entrenamiento.

Cuando la hipotensión ortostática viene antecedida por un entrenamiento de alta intensidad se conoce también como el síncope post-esfuerzo o mareo del deportista. El síntoma que avisa que tu cuerpo está a punto de padecer este síncope es el mareo. Si tu vista se nubla, empiezas a sentirte fatigada y el cuerpo se debilita, posiblemente estés a sufriendo este episodio.

El síncope no suele ser preocupante. Es cierto que sentir los síntomas y padecer la pérdida de consciencia asusta, pero no tiene por qué ser peligroso. Normalmente es fruto de un sobresfuerzo en el deporto, pero aún así es mejor que cuando te pase acudas al médico para descartar patologías.

Para reconocerlo mejor, ten el cuenta que el síndrome post-esfuerzo suele producirse cuando se detiene súbitamente un ejercicio. El nivel de pulsaciones se acelera durante el esfuerzo del ejercicio, y al detenerlo de golpe y no dar tiempo al retorno venoso a reponerse se produce la famosa bajada de tensión que deriva en este síncope.

No te asuste: este síncope puede prevenirse si tienes en cuenta estas indicaciones a la hora de entrenar. Es muy importante que antes de someterte a ejercicios de alta intensidad dediques entre 10 y 15 minutos al calentamiento. De esta forma preparas al cuerpo para la actividad a la que lo vas a someter y no empiezas de cero. Una puesta en marcha progresiva hace que el proceso sea más efectivo y saludable.

Otro de los factores que conducen a este mal es la deshidratación. Aunque el riesgo es mayor cuando entrenas con altas temperaturas, la deshidratación puede causare en cualquier momento. Por eso es importante que antes del ejercicio tomes agua, e incluso durante, para mantener los niveles regulados.

Evita movimientos bruscos o cambios repentinos de postura. Es mejor que vayas poco a poco, subiendo paulatinamente la intensidad, así será más complicado que sufras mareos y bajadas de tensión. Procura no cambiar de ejercicios verticales a horizontales muy rápido, mejor si dejas unos segundos de reposo o si limitas los entrenamientos a una misma posición.

Al igual que el calentamiento al comienzo de la sesión son fundamentales, también lo es la fase de recuperación posterior. Unos estiramientos finales te ayudarán a devolver al cuerpo a su estado normal sin grandes sobresaltos. Un truco final: cuando acabes el estiramiento, pon las piernas en alto para estabilizar el retorno venoso y cuidar que no te dé este síncope post-esfuerzo.