Falling leaf, el mejor ejercicio de relajación para vencer el cansancio, el estrés y la tensión

Realmente, pocos ejercicios –ya sean físicos o mentales- se explican tan fácilmente a través del nombre. Falling leaf se traduce literalmente como hoja que cae. ¿Y hay algo más relajante y hermoso que ver esa escena… o imaginarla? Es el mejor ejercicio de relajación que puedes hacer en casa o la oficina en épocas de cansancio, estrés y tensión.

Estás ante un excelente ejercicio de relajación que puedes probar cada vez que te sientas exhausta, estresada, enfadada o frustrada. También puede ser muy útil si no puedes conciliar el sueño. Intenta buscar un lugar tranquilo y alejado de ruidos, ya sea en tu casa o en la oficina en un momento de descanso. Comienza tu mejor ejercicio de relajación.

Empieza la relajación con la postura del árbol, una de las muchas asanas beneficiosas del yoga. Vrikshasana, como se le conoce, es buena para la mente y el cuerpo. Mejora la concentración y el equilibrio corporal. Además, es una de las claves para tener un cuerpo y una mente más sanos.

¿Cómo hacer la postura del árbol? Erguida, encuentra un punto fijo en el que concentrarte e imagina que tus pies se arraigan firmemente en el suelo. Levanta lentamente una pierna y lleva la planta del pie hacia el interior de la pierna de apoyo. Presiona el pie y la pierna entre sí para mantenerte firme y levanta los brazos hacia el cielo.

Ahora viene la parte de máxima relajación en sí. Cierra los ojos y deja que todo tu cuerpo se relaje. Permite que tus pies se relajen, deja que tus piernas se hundan en la colchoneta o una alfombra, deja que tu vientre y tu espalda se vuelvan suaves y pesados, siente cómo tus brazos se derriten y deja que tu cuello y tu cabeza estén totalmente apoyados en el suelo.

Imagina que tu estera de yoga se convierte lentamente en un suave montón de hojas de otoño. Deja que tu cuerpo se hunda y escucha cómo crujen debajo de ti. Respira hondo y huele el aire fresco y terroso. Imagina sobre ti el cielo azul claro, con nubes blancas y esponjosas que pasan lentamente. Es probable que también veas una bandada de pájaros dirigiéndose hacia el sur para pasar el invierno, volando juntos en una perfecta forma de V.

Luego, en tu mente, observa los árboles que te rodean, preparándose para el invierno. Observa cómo las hojas adquieren sus colores vibrantes. Míralas temblar y viajar libremente sobre el aire, bailando hasta llegar al suelo mientras sopla el viento. A tu alrededor caen las hojas, rodeándote con su acogedora calidez.

Sigue respirando lenta, consciente y constantemente. Observa cómo caen las hojas hasta que te sientes completamente rodeada por ellas. Descansa virtualmente sobre ese lecho de hojas. Permanece en este punto todo el tiempo que desees o necesites, nutriéndote del aire fresco del otoño y el cálido sol.

Cuando estés lista para levantarte, respira profundamente y estira el cuerpo desde la punta de las manos hasta los pies. Mantén los ojos cerrados, acurrúcate y gira hacia un lado. Siéntate lentamente y tómate uno o dos minutos para concentrarte en tu respiración. Abre los ojos suavemente y trata de mantener ese sentimiento de paz contigo durante el resto del día.

Cuando una persona está relajada, respira por la nariz de forma lenta, uniforme y suave. Según diferentes estudios, copiar y repetir deliberadamente un patrón de respiración relajado parece tener una influencia decisiva en calmar el sistema nervioso que controla las funciones involuntarias del cuerpo.

La respiración controlada puede provocar cambios fisiológicos que incluyen: disminución de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, niveles reducidos de hormonas del estrés en la sangre, reducción de la acumulación de ácido láctico en el tejido muscular, niveles equilibrados de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre, funcionamiento mejorado del sistema inmunológico, aumento de energía física e incremento de la sensación de calma y bienestar.