VIENTRE PLANO
VIENTRE PLANO
Para conseguir un vientre plano, perder grasa abdominal es clave, puesto que es su principal enemigo, pero no es lo único que puede ayudarte. Tanto la grasa como la propia postura puede incidir en el aspecto de tu cintura y para esto último puede ayudarte practicar el conocido como método Fukutsudzi.
Este ejercicio del que vamos a hablarte hoy viene especialmente bien si tienes poco tiempo para dedicar a mejorar tu propio cuerpo, ayudándote a mejorar tu postura y tonificando la musculatura del abdomen. Y sólo con un simple estiramiento, aunque no por ser fácil es menos intenso.
Este estiramiento perteneciente al método Fukutsudzi es una gran herramienta para eliminar barriga, porque, aunque su objetivo principal es mejorar la postura corporal y la movilidad de toda la columna, su consecuencia natural es que aplana el vientre.
Su objetivo inicial no es el de reducir barriga, ya que no consume la suficiente energía como para perder grasa en la zona del abdomen, pero practicado a diario, el método Fukusudzi sí incide en la postura corporal y, sobre todo, en cómo nos mantenemos de pie, lo que se refleja en el vientre.
Gracias a este método se gana movilidad en la columna, la caja torácica y el diafragma. Por otro lado, al mejorar la postura reduce la sensación de barriga porrque al no estar comprimida no sale hacia afuera, sino que queda más plana, logrando la sensación de vientre plano.
Se trata de un estiramiento muy intenso de todo el cuerpo. Para realizarlo correctamente debes tumbarte boca arriba sobre una esterilla con una toalla enrollada de unos 10 centímetros de diámetro bajo las lumbares, justo encima del sacro, en la zona del ombligo.
A continuación, estira las piernas, separándolas lo ancho de las caderas, y luego los pies, llevándolos ligeramente hacia dentro hasta que se toquen los dedos gordos. En esta posición, los talones se separan y dejan aproximadamente unos 20 centímetros entre ellos.
Continúa estirando los brazos llevándolos hacia atrás por encima de la cabeza, separándolos ligeramente y con las palmas mirando hacia el suelo. En este caso son los meñiques los que se tocan. Llega hasta donde puedas, sin forzar. Si los meñiques no llegan a tocarse al principio, no te preocupes, poco a poco irás mejorando.
Mantén esta postura unos cinco minutos, separando y juntando los dedos de los pies, al ritmo de la respiración. Respira por la nariz, con calma, sintiendo el estiramiento y evitando mover las manos. Cada vez que espires y haya salido el aire, intenta realizar una pequeña pausa, como si te rindieras.
Cuando quieras terminar el ejercicio, hazlo con mucha suavidad y sin movimientos bruscos, y cuando te vayas a levantar, hazlo de lado. Pasa del suelo a sentarte y, por último, ponte de pie. Llega hasta donde puedas y empieza con sesiones de uno o dos minutos, incrementando el tiempo poco a poco hasta llegar a los cinco minutos.