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La razón número uno por la que la gente no se preocupa como debería por su salud es el «tiempo». ¿Pero qué pasa si el tiempo no es realmente el problema? ¿Qué ocurre si la verdadera barrera para mejorar la salud es algo que se puede remediar? Por eso te interesa saber qué son las microdosis de ejercicio.
La energía es el factor clave para el alto rendimiento y el compromiso. Estar en un estado de alta energía positiva mejora el compromiso. El ser humano tiene la capacidad para controlar la energía y reasignarla a diferentes condiciones para servir a diferentes propósitos, incluyendo impulsar el rendimiento y mejorar el compromiso. Eso es lo que te interesa: alcanzar niveles óptimos de energía, base de lo que sigue a continuación.
«Microburst» es una palabra acuñada para relacionar la gestión de la energía, donde micro representa una pequeña inversión de energía y burst caracteriza el retorno de energía desproporcionadamente mayor. Es una actividad pequeña (de corta duración) intencional que da como resultado un rendimiento desproporcionado y mayor.
Según lo examinado, una microexplosión puede ser física, emocional, mental o espiritual. Ha habido una creciente evidencia científica sobre los beneficios de las microexplosiones, particularmente las de la actividad física, cuya puesta en práctica hablaría de las microdosis de ejercicio.
Así, una breve sesión de actividad física (10 minutos de ejercicio) mejora el vigor, la fatiga y el estado de ánimo en general. Breves períodos de actividad física conducen a un aumento del autocontrol y se sugiere que el aumento resultante del flujo de sangre y oxígeno a la corteza prefrontal puede explicar estos efectos.
Se han dedicado muchas investigaciones a los efectos comparativos de sesiones cortas con sesiones más largas de actividad física. Los estudios muestran que realizar sesiones cortas está fuertemente asociado con varios resultados biológicos de salud, incluida la aptitud aeróbica y la pérdida de peso. Esto sugiere que podemos mejorar nuestra salud simplemente llevando un estilo de vida activo, a pesar de las limitaciones de tiempo citadas con mayor frecuencia como barrera, o la percepción de la necesidad de realizar actividades de alta intensidad.
Todas estas investigaciones lleva a una conclusión básica: el tiempo no es excusa. Cualquiera puede sacar dos minutos para activar una microexplosión de ejercicio. Aumentar la capacidad energética y fomentar la recuperación de energía podría producir un impacto fantástico en los comportamientos saludables.
En este sentido, según destacan las evidencias, las microrráfagas podrían ser un mecanismo clave para implementar cambios positivos por su accesibilidad, versatilidad y simplicidad. Respaldan la teoría de que la energía podría favorecer una mejor salud, un mejor compromiso y un mayor rendimiento.
Las investigaciones más recientes insisten en que el ejercicio regular reduce el riesgo de desarrollar varias afecciones a largo plazo (crónicas), como cáncer y enfermedades cardíacas. Sin embargo, una nueva investigación publicada en el European Heart Journal se centra en la intensidad y duración del ejercicio necesarios para que las personas vean beneficios para la salud.
Para su estudio, los investigadores inscribieron a 71.893 adultos sin ninguna evidencia de enfermedad cardiovascular o cáncer de entre 40 y 69 años. Analizaron las asociaciones entre la cantidad y la frecuencia con la que las personas realizaban actividad física intensa y la muerte (por todas las causas, enfermedades cardiovasculares y cáncer) y la incidencia de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Los investigadores encontraron que el riesgo de todos los resultados adversos investigados se reducía a medida que las personas aumentaban la cantidad y la frecuencia con la que realizaban actividad física vigorosa. «Sesiones de dos minutos de actividad física vigorosa (un total de 15 minutos por semana) se asocian con un riesgo reducido de muerte, cáncer y enfermedades cardíacas», concluyeron.