EJERCICIO FÁCIL
EJERCICIO FÁCIL
Aunque pueda parecer una actividad sin importancia, andar puede convertirse en un buen deporte siempre y cuando lo hagas rápido y siguiendo ciertas pautas. Esto es conocido como power walking, pero existe otra disciplina que ofrece unos resultados similares y está muy extendido en otros países europeos. Estamos hablando de la marcha nórdica o nordic walking, que no es otra cosa que caminar a paso ligero y con impulso, ayudándonos de unos bastones.
En el nordic walking, el impulso que nos dan los bastones hace que los movimientos sean más intensos, lo que ejercita todo el cuerpo, en especial el tronco superior. De hecho, los expertos aseguran que logra activar hasta el 90% de la musculatura. Este ejercicio es más efectivo que caminar y es más adecuado que el running para aquellas personas que sufren problemas en las articulaciones porque carece de impacto.
Se trata de un ejercicio aeróbico integral que ayuda a mejorar la resistencia, fuerza, flexibilidad, coordinación y equilibrio, adaptándose a cualquier persona, sea cual sea su condición física, edad o experiencia deportiva. Además, con poco tiempo de práctica se queman bastantes calorías (hasta un 40% más que caminando) y casi las mismas que con un trote suave.
Para practicar bien el nordic walking debes abrir la caja torácica para mantener la espalda erguida y caminar con ayuda de los bastones, lo que consigue una mayor oxigenación. Al activar la musculatura del tren superior e inferior, facilita una postura más adecuada durante el ejercicio gracias al uso de los bastones que mejoran también la coordinación.
Al tratarse de un ejercicio aeróbico, obliga a un mayor consumo de oxígeno y moviliza casi todos los músculos del cuerpo, consiguiendo un 40% más de beneficio que la marcha normal. Como ya hemos dicho antes, el nordic walking activa hasta el 90% de la musculatura, lo que ayuda a perder peso y a tonificar todo el cuerpo.
El esfuerzo muscular y cardíaco que implica el nordic walking mejora la circulación sanguínea, además de contribuir a que la presión arterial disminuya. Esto es debido a su capacidad aeróbica, que hace que las pulsaciones se eleven y aumente el retorno de la sangre al corazón.
La marcha nórdica ayuda a prevenir la osteoporosis porque el contacto de los bastones contra el suelo produce unas vibraciones que ayudan a las articulaciones y a la salud de los huesos. Además, la marcha nórdica reduce la carga y el impacto en las articulaciones de las extremidades inferiores, por lo que es adecuada para todo tipo de personas.
El uso de la glucosa para poner en marcha los músculos hace que se estabilicen estos niveles reduciendo el riesgo de padecer diabetes. La marcha nórdica mejora la resistencia a la insulina, lo que junto con el control del peso contribuye a la prevención de enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
La marcha nórdica ayuda a reducir los niveles de estrés, ansiedad o depresión y a mejorar la calidad del sueño, así como también a mejorar la capacidad de concentración y coordinación. Todo esto se debe a que este ejercicio, así como otro trabajo cardiovascular, aumenta la producción de endorfinas.