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La aparición del doble mentón, más conocido como papada, es una de las consecuencias más temidas del paso de los años. La elasticidad de la piel se va perdiendo y es mucho más fácil acumular grasa en puntos molestos del cuerpo, como es la cara. Sin embargo, este fenómeno no es irreversible, y es muy fácil ponerle remedio: tan solo tienes que hacer esta rutina de ejercicios y verás cómo con el tiempo desaparece.
La papada surge por diversos motivos. El más habitual es el envejecimiento. El paso del tiempo reduce la cantidad de colágeno en la piel, y esto provoca la pérdida de elasticidad y, por tanto, debilita el tejido. Es por ello que es mucho más fácil acumular grasa a partir de ciertas edades.
Los cambios bruscos en el peso también influyen en la aparición de papada. Cuando adelgazas y engordas, o viceversa, en un corto periodo de tiempo, la elasticidad de la piel también se ve afectada, y puede producirse el fenómeno que se conoce como ' papada por descolgamiento'.
Otro de los factores que influyen considerablemente en la aparición del doble mentón es la exposición excesiva al sol. Si tu piel está sobreexpuesta a los rayos solares y no la cuidas con la protección pertinente, ésta se resquebraja, acelera su envejecimiento y la pérdida consecuente de colágeno y, por tanto, se vuelve mucho menos elástica. No obstante, el factor genético también juega un papel crucial, y sobre esta condición es más difícil actuar.
Como ves, el principal causante de la aparición de la papada es la pérdida de elasticidad, pero eso tiene fácil solución. La clave está en cuidar tu piel por dentro y por fuera. Una correcta hidratación, una alimentación equilibrada y la aplicación de cosméticos que estimulen la piel y le aporten los nutrientes necesarios son fundamentales para velar por su bienestar. Pero, si aún así no consigues eliminarla, te traemos la rutina de ejercicios con la que será más sencillo completar el proceso y cumplir con tu objetivo.
A la hora de someterte a un entrenamiento enfocado a la reducción de grasa localizada, lo mejor es que consultes primero con un especialista para que te oriente sobre qué actividad es la que mejor le va a tu propósito. Además, todo ejercicio focalizado debe completarse con una rutina de cardio u otro tipo de ejercicios que, con constancia, te ayuden a perder grasa corporal y faciliten el proceso de eliminación de grasa en un punto concreto.
La alimentación y los hábitos que llevas en tu día a día juegan también un papel clave en este proceso. Desde la postura en la caminas o duermes hasta la cantidad de agua que bebes al día son fundamentales para deshacerte de este doble mentón. Procura mantenerte bien hidratada, adoptar una postura erguida a la hora de sentarte a trabajar o acostarte en la cama para evitar que la flexión del cuello fomente su aparición, y consumir alimentos ricos en vitamina C y agua, como la fruta, que sean beneficiosos para tu piel.
Existen otras soluciones externas, como los masajes localizados en la zona (mucho mejor si los realiza un profesional), que acompañados del cosmético adecuado puede llegar a ser muy efectivo, y hasta la aplicación de tratamientos estéticos no invasivos como el láser metabólico o la radiofrecuencia. Sin embargo, te recomendamos que antes de aventurarte con estas últimas opciones pruebas con las otras técnicas y, por supuesto, consultes primero con tu médico.
Además de todos estos consejos, el ejercicio físico es fundamental para eliminar la grasa bajo la barbilla. Son muy fáciles de hacer y, aunque sea esencial combinarlo con una rutina completa, estos ejercicios per se no cansan. Están enfocados en trabajar la parte baja de la barbilla y en realizar estiramientos de cuello que estimulen la elasticidad de la piel. Tan solo necesitas constancia en la repetición para ver sus resultados.
El primero de ello es el conocido como beso al cielo. Consiste en estirar el cuello lo máximo posible y lanzar besos hacia arriba. Otra variante de este ejercicio es el beso habitual, es decir, colocarte erguida con el cuello estirado y lanzar besos al frente. Realiza tres series de 10 repeticiones cada día por ejercicio.
En línea con el estiramiento de cuello que propone el ejercicio del beso, la sonrisa invertida es otro de los ejercicios más eficaces. Crea tensión en los laterales del cuello ayudándote de la postura de sonrisa invertida y mantén esta tensión durante unos segundo. Repítelo hasta 10 veces en un total de tres series.
Puedes darle un punto más a la rutina con la ayuda de una pelota de tenis. Sostén la pelota bajo la barbilla y presiona y suelta sin que ésta se caiga, y realizar este ejercicio otras 10 veces. Todos los ejercicios tienen en común la tensión en el cuello, que es lo que ayuda a que la piel se mantenga tersa, pero es fundamental que pares al detectar la mínima molestia para evitar así lesiones en la zona.