Salamba Sirsasana: la postura de yoga invertida que ayuda a rectificar la columna, llena de sangre el corazón y tonifica todo el cuerpo

Los beneficios son prácticamente infinitos con Salamba Sirsana, una postura de yoga desafiante y acrobática. Ya sea que la practiques contra una pared o sola, si la haces con regularidad literalmente pondrás tu mundo patas arriba y cosecharás no pocas recompensas. Porque obtendrás increíbles beneficios.

No es una postura sencilla. Si estás en la alineación correcta, el centro de los arcos de los pies debe alinearse sobre el centro de la pelvis, y a su vez ambos deben alinearse sobre la coronilla de la cabeza. Y todo se hace invertido. Es decir, con la cabeza en el piso y los pies tocando el cielo.

Para hacer correctamente Salamba Sirsasana, comienza protegiendo tu cabeza y antebrazos con una colchoneta o una manta doblada sobre el piso. Ponte de rodillas y con las manos con las muñecas debajo de los hombros. Las rodillas deben situarse debajo de las caderas. Lleva los codos a la colchoneta y mantenlos separados al ancho de los hombros.

A continuación, entrelaza los dedos, gira un poco la parte superior de los brazos hacia afuera y presiona activamente la parte interna de las muñecas contra el piso. Luego, coloca la coronilla de tu cabeza en el suelo. Acomoda la parte posterior de tu cabeza con las manos entrelazadas, manteniendo los brazos en posición.

Lleva tus caderas hacia arriba y los pies más cerca de los codos, con los talones elevados, hasta que las caderas estén sobre los hombros. Afirma los omóplatos contra la espalda y hacia el coxis para mantener el torso alargado y proteger el cuello y la cabeza. Ahora, exhala y levanta ambos pies del suelo al mismo tiempo.

Mientras enderezas la columna vertebral, firme el coxis contra la parte posterior de la pelvis, extiéndete hacia el cielo a través de las puntas de los pies. Es fundamental presionar los antebrazos hacia abajo con fuerza para evitar apoyar tu peso con el cuello y la cabeza. Mantén el peso equilibrado uniformemente entre sus dos brazos. Si llegaste a la posición con las rodillas dobladas, enderézalas ahora.

Si eres principiante en Salamba Sirsasana, no desdeñes la posibilidad de comenzar haciendo la postura con la ayuda de una pared. Permanece en la pose durante 10 segundos. Baja exhalando, manteniendo los omóplatos firmes. Toca el suelo con ambos pies al mismo tiempo. Si planeas practicar esta postura con frecuencia, agrega de 5 a 10 segundos cada vez que la completes. Una vez que puedas permanecer durante 3 minutos, continúa con esa duración durante las próximas 7-15 veces que practiques la pose. Luego, aumenta progresivamente hasta llegar a los 5 minutos.

Hacer Salamba Sirsasana dentro de tu rutina de yoga va a estimular las glándulas pituitaria y pineal, que ayudan al crecimiento y la producción de hormonas sexuales. Fortalece la columna vertebral, el cuello, los hombros y los brazos. También tonifica piernas y abdominales al tiempo que alivia la acumulación de líquido en las piernas y los pies.

Se trata de una postura que permite un tránsito de flujo sanguíneo saludable y puro a las células cerebrales. Estimula el sistema nervioso y ayuda notablemente en el tratamiento de dolores de cabeza, ansiedad, asma, sinusitis, depresión, diabetes, insomnio y síntomas de la menopausia.

Salamba Sirsasana aumenta la conciencia mental y la claridad. Calma y tranquiliza la mente en momentos de nerviosismo y estrés. Además, puede revertir los efectos del letargo, la pérdida de sueño y la pérdida de memoria. Estimula y fortalece los pulmones, facilitando una respiración saludable

Estamos antes una pose que claramente contribuye a mejorar la postura y la digestión. Ayuda en el alivio de la amigdalitis, la tos persistente, el resfriado común, el mal aliento y las palpitaciones. Y ayuda a superar los problemas del hígado, los riñones, el estómago, los intestinos y los órganos reproductivos al invertir la atracción de la gravedad.