Las inversiones de yogacomienzan de manera sencilla y aumentan en dificultad con el tiempo. Empezando por lo más básico, pueden ser tan simples como una flexión hacia adelante. Y ya para los expertos, pueden incluir asanas de verdad desafiantes. El objetivo de la inversión es mejorar la flexibilidad, la circulación, la energía e incluso la autoestima.
El yoga invertido propone una categoría de asanas que colocan la cabeza debajo del corazón y las caderas. Por lo tanto, «invierten» el cuerpo de su posición vertical habitual. Cualquier pose en la que tu corazón esté más alto que tu cabeza se considera una asana de inversión. Esto incluye posturas tan comunes como Adho Mukha Svanasana, Viparita Karani o Salamba Shirshasana.
Las asanas invertidas pueden variar de fáciles a difíciles y deben seleccionarse en función de su experiencia, fuerza, condiciones de salud e historial de lesiones. Incluso entre personas sanas, es importante saber cómo realizar cada asana de manera segura para evitar lesiones y obtener los mayores beneficios.
Practicar asanas invertidas puede au mentar la circulación sanguínea y el drenaje linfático para ayudar a distribuir oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo y eliminar los productos de desecho. Ayudan a estimular el flujo de sangre venosa desde la pelvis hacia el corazón, donde luego se envía a los pulmones para reoxigenarse. Esta posición también puede ayudar a reducir la frecuencia cardíaca y permitir una mejor absorción de oxígeno en la sangre.
El yoga invertido mejora la circulación sanguínea/UNSPLASH
Igualmente, la inversión de yoga puede a umentar el estado de alerta y los niveles de energía. Pueden hacerlo aumentando la absorción de oxígeno y nutrientes en las células y liberando endorfinas, como dopamina, norepinefrina y serotonina, que aumentan la atención y mejoran el estado de ánimo. Además, estar boca abajo requiere concentración, lo que con el tiempo puede mejorar tu capacidad para concentrarte en cualquier situación que se le presente.
El yoga es conocido por su capacidad para mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza independientemente de la edad. Las asanas de inversión requieren una gran conciencia y fuerza de mente y cuerpo para mantenerte en una posición estirada contra la fuerza de la gravedad, lo que aumenta la fuerza muscular, la resistencia y la flexibilidad con el tiempo. Cada postura se centra de manera única en diferentes grupos musculares, lo que permite una mayor flexibilidad general de las extremidades, rango de movimiento y fuerza.
También se ha demostrado que practicar yoga aumenta la autoestima, la imagen corporal y la confianza en general. En particular, muchos yoguis afirman que el yoga invertido les ha brindado una sensación de humildad, paciencia y perseverancia, ya que la mayoría de las personas necesitan tiempo y práctica para realizarlas correctamente. Una vez aprendidas, pueden brindarte una mayor sensación de confianza en tu capacidad para superar los obstáculos en su vida diaria. Enseña la noción de desapego y abraza la imperfección.
Esta técnica de yoga ayuda a reducir la hinchazón/UNSPLASH
Finalmente, ciertas asanas de inversión, pueden reducir el dolor y la hinchazón en las extremidades inferiores al promover la circulación linfática. El sistema linfático elimina los desechos y subproductos del cuerpo y ayuda a mantener el equilibrio de líquidos. La fuerza de la gravedad combinada con un movimiento suave permite aumentar el flujo linfático y la circulación sanguínea desde las extremidades hacia el corazón. Como tal, esto puede aliviar el dolor, la incomodidad y la hinchazón.
Hay cuatro asanas invertidas para probar si eres principiante. La primera es la del perro boca abajo (Adho Mukha Svanasana), una de las asanas más populares. Se dirige a los isquiotibiales, glúteos, cuádriceps y músculos de la parte superior de la espalda. Otra es la postura del gesto invertido, Viparita Karani, que sitúa las piernas sobre una pared para aliviar el dolor lumbar.
Otra postura básica de yoga, y también del invertido, es la del niño (Balasana), una pose sencilla de baja intensidad que puede inducir la calma y relajar suavemente la columna, las caderas, los hombros y el cuello. Y finalmente está la postura de la pinza o Uttanasana, una asana de plegado hacia adelante que puede ayudar a estirar la columna vertebral, los isquiotibiales y las pantorrillas.
Una vez que te acostumbres a las asanas de inversión, es posible que desees probar posturas más difíciles, como la postura del cuervo (Bakasana), la postura sobre la cabeza (Salamba Shirshasana), el pavo real (Pincha Mayurasana), la postura de la mano (Adho Mukha Vrksasana) o la postura de la rueda (Chakrasana).