Calçots sin mancharse las manos: el restaurante que reinventa la verdura de temporada con dos deliciosos platos que te conquistarán

Entre clásicos de la cocina imprescindibles y restaurantes en los que tradición y sabor auténtico son la máxima de sus propuestas, hay otra constante en nuestros referentes gastronómicos: los productos de temporada. Ingredientes que renuevan temporalmente las cartas de los restaurantes y se convierten en citas culinarias imprescindibles. Como los calçots, una verdura que solo puede disfrutarse a comienzos de año y que un restaurante madrileño ha llevado a dos deliciosos platos que te conquistarán.

En Barra Alta, situado en el número 19 de la calle Lagasca, el chef catalán Dani Roca apuesta por esta verdura que tradicionalmente se come con las manos. Y la lleva a dos platos que se acompañan de la salsa tradicional, la romesco, pero de una forma muy diferente a la habitual. Dos propuestas llenas de encanto que se suman a su interesantísima y deliciosa carta, en la que la cocina tradicional con un toque personal es la protagonista.

Tanto si eres aficionado a esta hortaliza que año tras año gana adeptos, como si todavía tienes pendiente sumarla a tus ingredientes favoritos, Barra Alta tiene que ser tu próxima cita gastronómica antes de que termine la temporada. Te contamos por qué.

Con calçots de máxima calidad llegados desde la IGP Valls, en Tarragona, Daniel Roca propone dos platos muy diferentes pero en los que vamos a olvidarnos de los «sucios» inconvenientes de la calçotada tradicional: la necesidad de guantes y babero y las cenizas propias de las brasas. Y en ambas versiones, como no podía ser de otra manera, está presente la salsa romesco.

En la primera versión, los calçots confitados a baja temperatura, el comensal disfruta de la experiencia de la calçotada completa en un solo plato. Como explica el propio chef, cuando uno acude a una cita en la que esta hortaliza es la protagonista, la celebración continúa con carne y butifarra. Y esta última acompaña a los calçots en el plato, aderezado todo con jugo de carne, almendras fritas y pamplinas. El resultado es una creación que desearás repetir.

En la segunda versión de los calçots de Barra Alta, Roca los lleva a una elaboración propia de otras verduras, pero que adapta a estas cebollas tiernas para disfrutarla, los calçots en tempura. Con un toque de chaat masala y decorados con fibras de pimiento picante, se mantienen en su tamaño original, que el comensal puede cortar o introducir directamente en la salsa romesco.

Pero no solo de calçots vive el cliente y Barra Alta, que ya llegó a Madrid siendo un referente de la cocina de producto en Barcelona, es un local que tiene muchas papeletas para colarse entre nuestros favoritos en la capital. Porque su propuesta gastronómica está repleta de platos deliciosos, llenos de sabor y de encanto, que sin duda vas a querer disfrutar junto a tu pareja, tu familia o tus amigos. O todos ellos, porque lo bueno hay que repetirlo.

Su delicioso tartar de vieira y bogavante sobre tostada de maíz crujiente, en el que cada ingrediente es un detalle que eleva el espectacular resultado, su brioche de calamares, tan madrileño y tan renovado con roast pork y wakame, o su ensaladilla de bogavante, elaborada à la minute con patata kennebec y reducción de sus carcasas, aliñada al momento con mayonesa y brotes verdes, son elaboraciones suculentas que, como todo lo bueno en la vida, nos llevan a preguntarnos por qué no los habíamos conocido antes.

Platillos de carne y pescado, como la pluma de bellota que ya está entre las favoritas de su clientela, y el gallo de costa estilo thai como el plato a probar según las que más saben, elaboraciones con huevo, con patatas y foie o un particular mar y montaña, completanb su carta antes de llegar a los postres. Que, como el resto de la propuesta, revelan el cariño que Dani Roca siente por la buena cocina, en la que todo nos es familiar, pero que no va a dejar de sorprendernos y enamorarnos.